Lion. Basada en hechos reales, relata la dificultosa vida privilegiada y exitosa de Saroo en Europa. Saroo, quien aparentemente todo lo tiene, vive angustiado por no poseer las respuestas que realmente le interesan. ¿Si fueras separado de tu familia accidentalmente de muy joven, sin recordar rastro alguno de cómo llegar a ellos, podrías despertarte día a día sin una mezcla de pérdida, desamparo y remordimiento? ¿Cómo ser feliz con la idea de que alguien te busca y sufre por tu ausencia a lo lejos?
Lion no es solo la búsqueda de la familia perdida, sino el intento desesperado por recuperar los vínculos extraviados. ¿Son esos vínculos los que nos hacen sufrir? Sí, porque son esos vínculos los que nos exigen estar presentes, y si no podemos simplemente estar ahí, la frustración es insoslayable. El deber kantiano, en este caso, le dice a Saroo que tiene que actuar, que moverse, que iniciar la búsqueda de lo imposible.
Expresiones vehementes y diversidades pintorescas en lo escenográfico son los elementos con los que apuesta la cinta a revelarnos las visiones y el hundimiento astral del protagonista en su búsqueda personalísima. Saroo se propone cerrar el circulo y poder decir gracias a quien le dio la vida (su madre) y quien le enseño sus primeros pasos (Guddu). Nos hace ver como el humano se reduce a sus raíces mas primigenias —su crianza—. Porque el niño jamas muere, siempre busca el hogar, el amor. Lion definitivamente te conmueve o comprueba tu alexitimia, por sus impactantes escenas sentimentales. Puntuación: 8.3
Fences nos recuerda que es lo que quiere un hombre de familia para su legado: lo mejor (según su vivida perspectiva). Situada en Pittsburgh en los 50, comenzamos a interactuar con la época en la que había mas inequidad en las oportunidades, nuevamente como en Hidden Figures, por temas raciales y sociales . En el avance de la película nos centramos en las vivencia, los traumas y los sueños destrozados de Troy Maxson, y como estos perfilan su crianza autoritaria y madura. ¿En qué ocasiones no hemos sentido que nuestro padres «nos privan del fracaso o de escoger algo» que queremos con ingenuidad y lozanía? «Preferiría mil veces equivocarme por mi mismo, que equivocarme por los consejos de un tercero», ese pensamiento pertenece a los hijos de Maxson. Porque si alguien no cumple sus sueños no significa que nosotros tampoco. podamos. Estamos invitados a divagar al respecto. Puntuación: 6.1.
Manchester by the Sea es una producción que nos revela con consecuencia, lógica y transparencia la psicología de sus pocos personajes (algo similar a las novelas de F. Dostoyevski). Lee Chandler sobrevive, apenas, aislado de una vida pretérita inconcebible. Una vida que fue duramente azotada por un accidente que «marcó un antes y un después», una maldición que exigiría el suicidio para muchos. En la historia, él debe volver a su traumático pasado motivo del fallecimiento de su hermano mayor, el cual le heredará a Lee gran parte de sus pertenencias, entre ellas la tutela de su hijo Patrick. Acompañada de música clásica y algo similar al género blue, junto con impactantes flasbacks y montajes simbólicos al mar, comenzamos a entender el porqué del retraimiento social del protagonista, su dolor cargado a cuestas —el cual jamás se va—, la manifestación psicosomática de su enfermedad mental, la causa de su incontenible agresividad e impulsividad en los bares y su humanidad y su amor —idealizado por el arquetipo que le creó un hermano que vivió en virtud—. Es más, diría que uno ya se quieres sentir bachiller en psicología por poder explicar con facilidad los motivos de los desaires y conductas de Lee Chandler (!). Porque Manchester by the sea se convierte en lo que es el matiz bicolor de la vida. La cual no siempre es tan rápida, caustica o explosiva como quisiéramos, sino que en ocasiones es extremadamente morosa como la concebía Antoine Roquentin en La Nausea ; y sobre este escenario de existencia lenta, con heridas que aún no cierran y una mezcla de confusión, debemos tomar decisiones sensatas o errores ilógicos aunque plausibles. En ocasiones sentiremos aquí que colindamos con la locura, la muerte y la ironía. Puntuación: 7.7
Hell or High Water. Con stress y violencia nos hace sacar lo western de nosotros. La historia nos traslada a Texas, entorno a dos hermanos y la deuda de su difunta madre con un banco, el cual deseaba poseer propiedades de la fallecida. El dinero es el medio por el cual todos se corrompen. Y por ello, los hermanos osan decir que el fin justifica los medios y habría que hacer lo “necesario” para obtener lo que se necesita. Poco da a pensar cuando la vida es tan fugaz y las decisiones son o el todo o la nada. ¿Cómo reaccionar al deseo de venganza, no es acaso con la pasividad frente a lo injusto o con la lucha propia? El hombre puede transmutarse cuando lo decide, y eso lo cambia todo. Las consecuencias de sus actos, son evidentes, y el final a poco del comienzo ya se sospecha. No hay final feliz para el que por violencia y muerte obtiene lo que sea que requiera. Hell or High Water es una cacería agresiva que abre surcos y los cierra, enmarañando al expectador con escenas secas, duras y con una soslayada inhumanidad. Puntuación: 6.9.
Moonlight es, en pocas palabras, insólita. Con una precisión prodigia en sus montajes y con efectos sonoros imprescindibles, nos entrometemos en la intimidad de un personaje: su lastimosa infancia, incómoda pubertad y comprensible adultez en el Miami de los 80. Un entorno violento y homofóbico, desgracias que colindan con las drogas y la disfuncionalidad familiar, son los elementos que malforman al joven Chiron. La reflexión de este filme nos llevará a cuestionar si somos tolerantes a la diversidad, si sabemos enfrentar las fuerzas que nos aminoran o si somos capaces de escoger a pesar de ser incomprendidos. Puntuacion: 8.0.
