Desde hace mucho tiempo los peruanos nos encontramos en la mira de un enemigo que ha sobrevivido a pesar de todos los esfuerzos que ha realizado el gobierno para eliminarlo; un enemigo que se aprovecha de la pobreza, el desconocimiento y las condiciones de hacinamiento y falta de servicios públicos, y aunque suene como un partido político, en realidad hago referencia al mosquito—y a las enfermedades que este trae consigo.
Estos insectos voladores chupasangre (aunque en realidad solo las hembras de unas pocas especies se alimentan de sangre) son, según la Organización Mundial de la Salud, uno de los vectores de enfermedades más peligrosos debido a la capacidad infecciosa que tienen y a la gravedad y mortalidad de las enfermedades que llevan con ellos tales como el zika, la malaria, el dengue y el chikungunya. Pero, ¿cómo es que un insecto tan chico como este puede causar tanto daño? Esto se debe a que al picar a un animal o a un ser humano que ya es portador, absorbe al virus o parásito junto con su sangre y este se incuba dentro del mosquito sin causarle ningún daño (generalmente), pero preparándose para ser transmitido e infectar al organismo que el mosquito pique después.
Lo que ocasiona que los mosquitos tengan tanta facilidad para reproducirse y expandir su territorio en nuestro país es, muy aparte de los corredores climáticos en los cuales se desplazan, la sobrepoblación manifestada en una altísima densidad poblacional en los tugurios y otras zonas vulnerables, la falta de adecuadas políticas públicas de acción rápida para lidiar frente al brote de una enfermedad y la poca cobertura de los servicios de agua potable corriente, lo que conmina a que los vecinos almacenen el agua en barriles o pozos permitiendo que esta sea utilizada por los mosquitos para dejar a sus larvas en ellas.
Los gobiernos locales y el ministerio de salud no son ajenos a este problema. Es por ello que ya no nos sorprende ver las campañas de fumigación o los afiches indicando cómo limpiar los recipientes de agua con cloro u otro producto; sin embargo, estos métodos no han resultado 100% efectivos y los mosquitos hasta han logrado adaptarse a ciertos insecticidas volviéndose inmunes a ellos gracias a la selección natural, lo que ha llevado a autoridades y científicos de todo el mundo a pensar en métodos más extremos.
¿Qué ocurriría si se elimina toda una especie? Alrededor del mundo existen miles de especies de mosquitos, y las que transmiten enfermedades no representan más del 1% de éstas. Mediante tecnología de manipulación genética, en la localidad de Piracicaba en Brasil se ha hecho experimentos que consisten en liberar mosquitos cuya descendencia crece de manera atrofiada impidiendo que puedan reproducirse y por tanto acabando en un par de generaciones con la especie en la zona específica, generaciones que transcurren rápidamente pues el ciclo de vida del mosquito es de aproximadamente un mes.
A pesar de que a simple vista esta podría ser la solución definitiva a la plaga de mosquitos, los científicos deben sopesar las consecuencias negativas que esto podría traer; tal como dice el dicho “la naturaleza es sabia y cada cosa que hace es por algo”, cada especie cumple un rol en la cadena trófica, pero, ¿qué tan importante es el rol que cumplen los mosquitos? De acuerdo a muchos entomólogos, los mosquitos no tienen un papel vital en la cadena alimenticia representando solamente un pequeño porcentaje en la dieta total de sus principales depredadores, a excepción de los ecosistemas árticos en donde actualmente se pueden apreciar nubes de mosquitos volando y—ya que muy pocos insectos viven en esa zona—son la principal fuente de alimento de aves y otras especies. No obstante, una vez más, los mosquitos que viven allí no son los que transportan enfermedades que se busca eliminar. Si de algo son culpables estos mosquitos árticos, es de ocasionar estragos en la fauna de ecosistemas aledaños, pues el cambio climático ha expandido sus parámetros geográficos y reproductivos habituales. En cuanto a la polinización de plantas, los mosquitos una vez más si bien cumplen roles de polinización no son fundamentales para esto, a excepción de algunas especies de orquídeas pero que tampoco son polinizadas por las especies más peligrosas para el ser humano.
Todo esto le deja un triste panorama a la supervivencia de los mosquitos. Por suerte para ellos hay un factor que aun no hemos analizado, y es la posibilidad de que al ser eliminadas ciertas especies, el hueco que dejen en el ecosistema sea llenado por una plaga aún peor. De todas formas esto requeriría un estudio más a fondo y especifico a cada zona en donde se erradica completamente las especies mortales de mosquitos. Y por otro lado queda también el tema ético acerca de si es correcto eliminar a toda una especie por el hecho de que es dañina para nosotros; si hiciéramos esto, ¿tendríamos el valor moral para destinar recursos a defender otras especies en peligro de extinción?