Los días 6 y 7 de marzo se jugaron los play-offs del Grupo Mundial I de la Copa Davis 2020 en el cual la selección peruana de tenis disputó ante Suiza unos partidos clasificatorios para la Copa Davis, que es el equivalente a la Copa Mundial de fútbol pero para el tenis. Para nuestra alegría, Perú salió victorioso y clasificó al Grupo Mundial I de modo que se encuentra mucho más cerca de competir en la prestigiosa fase final de la Copa Davis el próximo año. En las siguientes líneas, hablaremos de esta importante hazaña deportiva y también lo que deja al deporte peruano.
¿Qué pasó en el tenis peruano los últimos días?
Los partidos clasificatorios de Perú para el Grupo Mundial I se dieron en
Lima e iniciaron el viernes 6 de marzo con una victoria individual para Juan
Pablo Varillas (la primera raqueta del Perú). Al día siguiente, los peruanos
Brian Panta y Sergio Galdós nos dieron la victoria en el partido en dobles y
poco después vendría el partido clave que lo protagonizaría nuevamente nuestro
héroe Varillas. Fue en la fase final del partido donde la emoción se vivió al
máximo: nos encontrábamos con desventaja a poco de terminar el partido; no
obstante, el coraje de nuestro tenista, junto al apoyo de la hinchada,
permitieron que el peruano remonte de un 0-3 a un 7-3 en el tiebreak (la recta
final del partido) y se lleve la victoria ante el suizo Henri Laaksonen (qué bien
que no vino el suizo Roger Federer, el mejor tenista de todos los tiempos). El
resultado final muestra lo importante que fue hacer sentir a los jugadores como
en casa para que no pierdan la confianza en ningún momento y de paso para
distraer al rival. Realmente se vivió una locura en el estadio (como debía
ser), tanto así que aún faltando un partido por disputar (aunque este ya no
definía nada pues Perú ya estaba clasificado al Grupo Mundial I), al equipo
peruano le ganó la emoción y decidió no jugar este último partido (¡a celebrar
se dijo!).
¿Qué significa este triunfo para el tenis peruano?
Esta última victoria nos lleva al Grupo Mundial I de la Copa Davis después
de 12 años (nada que 36 años) por lo que estamos más cerca de disputar
la fase final del torneo internacional más importante del tenis. De esta
manera, se consolidan jugadores peruanos que meten al Perú nuevamente en el
radar del tenis mundial.
¿Y qué significa este triunfo para el deporte nacional?
Claro está que el tenis no es el deporte preferido para los peruanos (como sí lo es el fútbol). Por ello, no es sorpresa que este triunfo no haya causado tanta emoción en las redes sociales (ni loco hará del 7 de marzo el “día internacional del tenista peruano”). Sin embargo, esta victoria demuestra que existe talento peruano en el deporte y no solo en el fútbol. Los atletas peruanos Gladys Tejeda y Christian Pacheco (medallistas en los Panamericanos 2019) y la taekwondista Marcela Castillo (también medallista) son claros ejemplos. Por ello, démonos cuenta que es necesario incentivar el deporte en todas sus disciplinas.
¿Por qué es importante impulsar el deporte en el Perú?
La pregunta mas bien debería ser ¿por qué no impulsarlo?…¿por qué no permitir que jóvenes con talento descubran y muestren su potencial? Pequeños con talento para todos los deportes hay a lo largo del Perú pero las dificultades económicas o las malas influencias suelen impedir que estos jóvenes logren sus sueños… Apoyar el deporte permitiría en cierta manera que muchas familias progresen y que a lo mejor estos jóvenes no busquen ganarse la vida de maneras incorrectas. También, está claro que el deporte contribuye a mejorar nuestro estado físico y mental y por tanto a llevar un estilo de vida más sano que reduzca las probabilidades de contraer varias enfermedades, lo cual es aún más importante en los pequeños y los adultos mayores ¿quién no quiere una sociedad sana?
Entonces, la reciente hazaña deportiva del Perú ha sido muy importante para el tenis y el deporte peruano. Hoy más que nunca nos queda claro que existe talento para todos los deportes en el país y que es necesario siempre hacer barra por nuestros compatriotas (#hinchasincondicionales)
Editado por Isabela García