Los árboles están siendo armados, los Papa Noeles se ven por todos lados, hay planes para hornear pavos y los regalos están siendo comprados: se puede decir que la navidad está aquí. Y aunque no lo creas, todos estos sentimientos de supuesta paz y armonía que la navidad nos trae se pueden ver reflejados en tu cerebro.
La universidad de Copenhagen decidió hacer un experimento para científicamente detectar y localizar la presencia del llamado “espíritu navideño” en el cerebro humano. Juntaron a diez personas sanas que anualmente celebran la navidad y 10 personas sanas que no comparten esta tradición. A estas personas se les enseñó una gama de 84 imágenes, organizadas de modo que después de cada 6 imágenes con temática navideña (bloque estimulador) venían 6 imágenes sin temática navideña (bloque de descanso).
Mientras se les enseñaba las imágenes, sus cerebros eran scanneados usando resonancia magnética por medio del método Blood-oxygen-level dependent (BOLD). Este método se utilizó poder observar las áreas cerebrales activas en momentos específicos y poder comparar estas activaciones cerebrales en los dos grupos.
Los resultados mostraron diferentes áreas cerebrales que estaban más estimuladas en el grupo pro-navidad, cuando veían las imágenes navideñas, comparado con el otro grupo. Las áreas cerebrales incluyeron:
- Corteza premotora: importante para experimentar emociones compartidas con otras personas al hacer un espejismo de sus estados de ánimo y compartir las emociones. Ejemplo: cuando ves en la televisión a personas felices comiendo panetón y solo quieres correr a la tienda en busca de tu Chocotón.
- Lóbulo parietal derecho inferior, lóbulo parietal derecho superior: están relacionados con la auto-trascendencia y una predisposición hacia la espiritualidad. Ejemplo: cuando ves las luces navideñas y piensas que ya se está acabando el año y te llenas de esperanza de que el próximo año será mejor que este. #hayesperanzaPPK
- Corteza bilateral primaria somatosensorial: cumple el rol de reconocer emociones faciales y poder retraer información socialmente relevante a partir de estas. Ejemplo: cuando llegas a la cena familiar navideña y le dices a tu abuelita que estás a dieta, pero por su cara te das cuenta que no vas a poder salir de ahí sin haber comido harta caloría.
Colectivamente, estas distintas áreas podrían constituir el grupo de neuronas que conforman el espíritu navideño en nuestros cerebros. Esto nos dice que la ciencia y la medicina se han unido para cumplir la labor más importante que se puede tener en diciembre: detectar si eres un Grinch o un Elf.
Cita: Hougaard, A., Lindberg, U., Arngrim, N., Larsson, H. B., Olesen, J., Amin, F. M., … & Haddock, B. T. (2015). Evidence of a Christmas spirit network in the brain: functional MRI study. BMJ, 351, h6266.