El anuncio respecto a que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, había contraído coronavirus el pasado jueves no solo generó preocupación por su estado de salud, sino también incertidumbre sobre las elecciones presidenciales con mayor trascendencia en el mundo. De este modo, su contagio genera preocupaciones sobre el resultado de los próximos comicios del 3 de noviembre en un país que de por sí ya está muy polarizado políticamente.
Según señalan los medios de comunicación, se presume que Trump fue contagiado por una de sus asesoras, Hope Hicks, quien viajó con él la semana pasada, compartiendo el avión y el helicóptero presidencial.
Debido a su edad, Trump presentaba cinco veces más posibilidades de ser hospitalizado que un joven menor de 30 años, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. En tal sentido, su situación ha sido vigilada atentamente por los médicos del hospital donde fue ingresado el pasado viernes. Se sabe que empezó un tratamiento con cloro el antiviral remdesivir y, hasta el momento, ha sufrido dos importantes bajas en el nivel de oxígeno en la sangre; por lo cual, tuvo que ser asistido con oxígeno pese a su insistencia en no necesitarlo.
Con ello podemos notar que sus deseos por no mostrar una imagen débil frente a sus oponentes y al mundo son más importantes para él que su propia salud. Asimismo, al ser dado de alta, salió caminando del hospital Walter Reed con una mascarilla y fue trasladado en helicóptero a la Casa Blanca para poder continuar con su tratamiento desde allí. Una vez llegada a su residencia, fiel a su estilo, se quitó el cubrebocas y posó para los fotógrafos generando las críticas de los demócratas.
No obstante, ante esta alta hospitalaria anticipada, la preocupación por su salud aún es elevada. Hasta la fecha, sus médicos y colaboradores han evitado responder preguntas básicas sobre el estado de salud del presidente, así como brindar información sobre cuándo se enteró que había contraído esta enfermedad, o si las imágenes de sus pulmones muestran daños por el COVID-19.
¿Qué implicaba su internamiento y qué esperar ante una posible recaída?
A pesar de que ya le han dado de alta en las últimas horas, en los últimos días se vivió en Estados Unidos un clima de incertidumbre, más si tomamos en cuenta la proximidad de las elecciones de este país el próximo 3 de noviembre.
Esta enfermedad lo obliga a cancelar todos sus actos de campaña, al menos en los próximos 10 a 15 días, lo que podría perjudicarlo más en la contienda actual. Por parte de los republicanos, se había agendado grandes mítines al aire libre para intentar remontar en las encuestas, donde aún se encuentran por debajo del demócrata Joe Biden.
Cabe destacar que, hasta antes de conocerse su enfermedad, Trump había minimizado la gravedad de esta, incluso realizando críticas y burlas respecto al uso de la mascarilla por parte de sus oponentes políticos. Sin embargo, dados los comentarios lanzados por Trump en Twitter, probablemente no haya un cambio en sus políticas, pese a que, en los últimos días, más de 20 estados de este país registran alzas de contagios por COVID-19 .
Antes del alta de Trump, se estuvieron especulando varias opciones en caso de que el presidente quede incapacitado por la enfermedad. Así, si el mandatario llegara a tener una recaída, estas podrían cobrar fuerza, ya que es paciente de riesgo.
La primera de ellas es la posibilidad de aplazar las elecciones. Por ley, las elecciones presidenciales de EE. UU. se llevan a cabo el martes después del primer lunes de noviembre, cada cuatro años. Un cambio de fecha requeriría el voto de la mayoría de los legisladores en las dos cámaras del Congreso. Sin embargo, un retraso en la fecha es muy poco probable, dado que tendría que pasar por la Cámara de Representantes, la cual es controlada por los demócratas.
Por otro lado, si la enfermedad se agrava, la enmienda 25 de la Constitución de EE. UU. permite declararlo incapaz de continuar, al estilo de nuestro Congreso con su vacancia, lo que significa que el actual vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se convertiría en presidente interino.
¿Y si Trump no pudiera presentarse a las elecciones?
Si bien el vicepresidente, Mike Pence, asumiría inicialmente los deberes presidenciales, no se convertiría en el candidato por el partido republicano, ya que Trump ha sido nominado previamente. Según las reglas del partido, los 168 miembros del Comité Nacional Republicano (RNC) tendrían que votar nuevamente para elegir un nuevo candidato presidencial.
Solo nos queda esperar ver cómo evoluciona la salud de Trump, pues independientemente de si podamos estar de acuerdo con él o no, es indudable su importancia en el panorama político mundial.
Edición: María Fernanda Tumbalobos