Esta noche culmina la 21° Convención Internacional Anual de The Mars Society, y el presidente, fundador de esta organización y héroe personal de muchos jóvenes wannabe aspirantes y soñadores a astronautas y exploradores espaciales, ha soltado un ultimátum: 10 años. Tan solo 10 años y seremos la primera especie en el universo (de las que conocemos) que habrá colonizado otro cuerpo celeste.
La pregunta cae por su propio peso: ¡¿QUÉ?! HAY PERSONAS QUE NECESITAN LEER LAS INSTRUCCIONES PARA EL SHAMPOO Y, ¿QUIEREN MANDARNOS A MARTE? ¡MARTE! ¿REALMENTE ESTAMOS LISTOS?
“¿Cuándo llegaremos a colonizar Marte?” Es una pregunta que hemos intentado resolver por mucho tiempo. Cuando el bueno de Neil Armstrong pisó por primera vez la luna en 1969, el futuro de la humanidad no podía verse más brillante. Pregúntenles a sus abuelos o a sus tíos, a la ñora de la bodega, a cualquier persona que presenció aquel hito: ¿dónde creían que iban a estar sus nietos? ¿Cómo se veía el futuro? Les apuesto 15 mil rupias que dirán que íbamos a estar allá arriba, junto a esos entes que brillan en la noche; que el futuro sería allá afuera.
El porqué no regresamos a la Luna y ni siquiera nos vestimos como en Volver al Futuro 2, involucra a los conspiralocos que vociferarán: “¡Illuminatis!” o “¡Stanley Kubrick lo grabó todo!” La razón real es mucho menos emocionante, pero más preocupante (uno de estos días regresaremos a esto).
¿Dónde estábamos? Ah, cierto: ¿REALMENTE ESTAMOS LISTOS AHORA? La Doctora Camille Alleyne, científica de la Estación Espacial Internacional, afirma que Marte es una certeza. “Vamos a llegar a Marte algún día. Sin embargo, aunque tengamos toda la tecnología lista, el sistema humano no va a estar listo”. Un viaje de ida a Marte dura aproximadamente siete meses, expuestos a microgravedad, radiación y aislamiento. Estamos hablando, literalmente, de un viaje interplanetario. Nunca hemos hecho algo como esto. Por eso, no sabemos realmente qué es lo que va a suceder.
Primero, tenemos que entender cómo es que el cuerpo humano se adapta a estas condiciones. El astronauta y comandante Scott Kelly, y su hermano gemelo fueron sujetos de prueba para analizar cuáles son las variaciones fisiológicas que se generan al estar largos períiodos de tiempo en el espacio. Scott estuvo durante un año en la Estación Espacial Internacional, mientras que su hermano, el piña, se mantuvo en la Tierra, para que finalizadas las pruebas pudiéramos comprender un poco mejor cuáles son los peligros a los que nos veremos expuestos.
Gracias a sus esfuerzos (que demuestran que los gemelos pueden hacer algo más que asustar a Dannys en tétricos pasillos) ahora sabemos que estar expuesto a microgravedad durante un tiempo considerable genera atrofia muscular, una peligrosa pérdida de densidad ósea, reducción de la visión e incluso, problemas cardíacos: el corazón se contrae más de lo debido, ya que se bombea mucha menos sangre hacia los pies, ya que estás constantemente flotando.
La segunda pregunta que tenemos que contestar es si estaremos tecnológicamente preparados para lograr esta titánica epopeya. Para intentar responder esta pregunta, Engheim tiene la explicación perfecta: “Las transformaciones fundamentales de la sociedad se dan cuando las cosas se vuelven tan baratas que pueden ser utilizadas en masa”. El ejemplo perfecto, es el del lanzamiento del Falcon Heavy.
El cohete Falcon Heavy de SpaceX, lanzado el 6 de febrero desde la misma plataforma en Cabo Cañaveral desde donde lanzaban las misiones Apolo, esas que decían que iban a la luna, tenía la misión de llevar a tripulaciones hacia la Luna y Marte y ser reutilizable, y quizás ha marcado un antes y un después. En palabras simples, ahora podemos mandar carga pesada al espacio por mucho menos dinero. Y por mucho menos dinero, me refiero a una reducción de aproximadamente 500 mil millones de dólares americanos por cada lanzamiento. Esto ha llenado de esperanza y sobre todo de factibilidad a nuestra futura exploración espacial.
Desde que tenía 17 años, Robert Zubrin ha soñado y ha entregado su vida para ver a la humanidad conquistar el planeta rojo. Probablemente falte mucho más de 10 años para que el hombre se convierta en una especie interplanetaria, pero nadie nunca ganó por ser precavido y no arriesgarlo todo. Tal vez, y solo tal vez, sigamos aquí para ver el sueño de Zubrin y de todos los que ha inspirado volverse realidad. Tal vez, y solo tal vez, seamos parte de la generación que llegó a conquistar aquel futuro rojo.
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Referencias y misceláneos:
- The Mars Society Desert Research Station: http://mdrs.marssociety.org/
- Estudio de los gemelos:
- Falcon Heavy: