Sabemos que el principal uso de los impuestos es recaudar fondos para que el Estado pueda realizar inversiones en beneficio de sus ciudadanos. Sin embargo, también puede ser usado como un incentivo para resolver problemas en nuestra sociedad. Por ejemplo, uno de los retos actuales es erradicar la contaminación, y una solución planteada fue gravar al carbono. Por ello aquí te contamos al respecto.
En primer lugar, los mercados pueden tener fallas, dado que a veces se generan bienes que pueden afectar al bienestar social. Un ejemplo claro es la contaminación, la cual es una externalidad negativa que surge de la producción en fábricas. Una de las principales fuentes de contaminación es aquella que se deriva del uso del carbón (no, no es el que usas en las parrillas). Así, una forma para “arreglar” esta falla de mercado es mediante la imposición de impuestos, pues hace que este bien suba su precio final y, por ley de demanda, la cantidad demandada cae.
Dicho esto, los impuestos ya no son tan malos, ¿verdad? Como vemos en la imagen de abajo, la curva azul es el efecto que tiene la empresa contaminadora en la sociedad y la curva verde representa lo que la sociedad estaría dispuesta a aceptar de contaminación (Si, ya sé que en realidad son rectas, pero a los economistas les gusta llamarlas curvas). Podemos ver que efectivamente la cantidad producida que la sociedad aceptaría de contaminación (Q*) es menor a la cantidad que se generaría si no hubiera alguna intervención (Qm). Entonces, para que la curva azul llegue a estar al mismo nivel que la curva verde se tendría que aplicar un impuesto. El reto está en saber cuál es la cantidad óptima de dicho impuesto.
De acuerdo con lo explicado, si se grava el consumo de carbono haría que el costo de usarlo fuera mayor, por lo que se convertiría en un incentivo para reducir su uso. Esto aumentaría las probabilidades que se reduzcan los niveles de contaminación e incluso se promueva la búsqueda de recursos menos contaminantes y energías más limpias. Sin embargo, también tiene sus desventajas pues dado que este impuesto hace que aumenten los costos de producción de las empresas, esto motivaría a que haya un aumento de precios de los bienes finales. De esta forma, el gasto en los hogares aumentaría. Así que, no solo el pecio del carbón ha aumentado, sino también muchos otros productos que utilizan este recurso para su producción. Entonces, ¿cómo se verá afectado el bienestar de las personas?
Sabemos que los efectos de agravar al carbono dependen de otras variables que difieren entre países. Por ejemplo, en un estudio realizado en Colombia se encontró que los efectos de agravar el carbono serían negativos para la sociedad a pesar de que sí ayudaría a reducir las emisiones de carbono. Esto se debe a que, dado el aumento del costo de producción, por el impuesto, aumentaron los precios de algunos bienes, sobre todo aquellos con una alta huella de carbono. En este caso, se concluye que el grupo de personas afectadas serían aquellas que tienen mayores ingresos mientras que los de clase media serían los menos afectados debido a que los sectores a los cuales las personas con mayores ingresos consumen tendrían pocos bienes de sustitución (¿Yeee?).
En consecuencia, para poder implementar impuestos al carbono es importante considerar los efectos en el bienestar del hogar y para poder contrarrestar los efectos negativos en la economía del hogar se podría reducir los impuestos en otros bienes. Por otro lado, un estudio realizado en México concluyó que agravar al carbono sí reduce las emisiones y que además este no tendría efectos significativos en el bienestar de la sociedad. Pero para que esto suceda es importante que al aplicar esta política se tome en cuenta una neutralidad recaudatoria, que haya cambios tecnológicos significativos para que haya inversión y haya crecimiento económico. Entonces, si se busca reducir las emisiones de dióxido de carbono no es suficiente aplicar impuestos. Paralelamente, es importante que se generen incentivos para motivar a buscar otras de fuentes de energía más sostenibles y de esa manera no afectar el bienestar de la sociedad.
En conclusión, para resolver fallas de mercados como la contaminación se puede usar la aplicación de impuestos al carbono. Esto ayudaría a que se reduzca su uso, pero es importante que los gobiernos al querer implementar esta política evalúen el impacto económico que tendría en su población. Además, es necesario tener en cuenta que los impuestos no solo tienen como objetivo recaudar dinero, sino que también pueden ser una herramienta para resolver problemas sociales como la contaminación. No obstante, vimos que esta medida puede tener efectos negativos en el bienestar social por lo que es importante que a la par se busque incentivar la innovación y encontrar fuentes más sostenibles.
EDICIÓN: ANEL OCHOA