En los últimos meses, el aumento de problemas de salud mental ha causado mayor preocupación y la pandemia de la COVID 19 ha enfatizado aún más esta problemática. Según la revista Forbes, la sobrecarga laboral es uno de los principales problemas de salud mental, por lo que, resulta interesante analizar qué decisiones podemos tomar para mejorar esta problemática. En economía existen algunos conceptos, como costo de oportunidad, productividad y utilidad, que podemos adaptar para que nos ayuden a entender qué está detrás de estas decisiones. Así, podríamos intentar cambiarlas por aquellas a favor de nuestra salud mental.
Supongamos un ejemplo recurrente de sobrecarga laboral :
Un joven, al cual llamaremos “Pepe”, trabaja 8 horas al día en una empresa y por cada hora extra recibe un ingreso adicional. Actualmente tiene problemas económicos, por lo que, hace la mayor cantidad de horas adicionales posibles para recibir mayores ingresos. Las horas extras le han producido mucho cansancio, fatiga, dolores de cabeza e insatisfacción por su trabajo, al punto de llegar a presentar cuadros depresivos.
Se puede entender que el joven trabajador está renunciando a sus horas de ocio por horas extra de trabajo. Esta acción la podemos definir como su costo de oportunidad, que es la alternativa a la que renunciamos cuando tomamos determinada decisión. Al renunciar a ella también renunciamos a los beneficios que podríamos haber obtenido de haberla elegido. A qué beneficios renuncia Pepe? Probablemente aquellos beneficios que lograría usando sus horas de ocio, por ejemplo, hacer deporte, lo cual beneficiaría su salud mental.
Sin embargo, renunciar a ingresos extras por más horas de ocio no es sencillo. Tengamos en cuenta que él recibe un pago por su trabajo y el ingreso adicional, que se le remunera por la productividad adicional que le da a su empresa. En este caso supongamos que el factor determinado son las horas extra de trabajo de Pepe y que su empresa le paga por lo que produce o rinde en estas horas.
En economía la productividad es la medida que calcula la cantidad de bienes y servicios que se producen por cada factor usado, es decir, que tanto nos produce un factor determinado.
Por otra parte, los cuadros depresivos generan síntomas como angustia, ansiedad o frustración que perjudican el rendimiento laboral de las personas. Si el rendimiento de Pepe se redujera con el tiempo, lo más probable es que su empresa no lo contrate para hacer más horas extras, lo que implica menores ingresos y más preocupaciones que podrían empeorar su cuadro depresivo. Esta problemática sucede en el día a día y son cada vez las empresas que implementan programas de prevención en salud mental con el fin de mejorar el rendimiento de sus trabajadores.
Entonces, ¿Cuál sería la cantidad de horas de descanso y de trabajo extra para recibir ingresos adicionales y a la vez favorecer a su salud mental? Esto dependerá del nivel de su función de utilidad. Esto es, el interés o provecho que es obtenido del disfrute o uso de un bien o servicio en particular. Es decir, que la combinación de horas de ocio y horas extra de trabajo satisfacen más a Pepe. Sin embargo, se puede tener restricciones al momento de elegir el nivel de utilidad adecuado. En el caso de él es una restricción presupuestaria, ya que necesita del ingreso extra, por lo que su cantidad de horas descanso se puede reducir más de lo debido .
En conclusión, la sobrecarga laboral nos hace renunciar a horas de descanso que pueden ser invertidas en actividades a favor de la salud mental. Sin embargo, cambiar esta decisión no es sencilla, pues en ocasiones el trabajo extra brinda ingresos adicionales que pueden ser necesarios. Por otro lado, la sobrecarga laboral, al ser una de las principales causas de depresión, podría llevarnos a tener cuadros depresivos que perjudicarían nuestra productividad. Es por ello que cada vez son más las empresas promueven programas de prevención en salud mental. También es necesario tener en cuenta que los bajos ingresos no son el único motivo de sobrecarga laboral y que pueden existir otros factores al respecto. Finalmente, respondiendo la pregunta inicial ¿Podríamos cambiar nuestras decisiones para tomar aquellas a favor de nuestra salud mental? La respuesta no es del todo un sí, ya que, como se vio en el ejemplo, esto depende de diversos factores como, por ejemplo, los económicos.