“Hay factores que mantienen a las mujeres en el círculo de la violencia. Entre ellos, la dependencia económica, la falta de refugios temporales y el papel que las mujeres asumen como víctimas porque creen que es lo que merecen”. Tuvimos la oportunidad de conversar con Liuba Kogan, profesora del curso Pensamiento Social Contemporáneo y parte del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, y nos dio sus opiniones sobre #NiUnaMenos y la Violencia en contra de la mujer en Perú.
-¿Qué sensación le genera que por #NiUnaMenos hayan marchado casi medio millón de personas por una causa común en el Perú?
La marcha ha convocado a gente muy distinta, de diferentes clases sociales, edades e ideologías, alrededor de un tema que es dramático pero que normalmente no tiene la visibilidad y tratamiento necesarios. Por ejemplo, Perú es el país de Latinoamérica donde ocurren más violaciones y es tercero a nivel mundial. Los medios de comunicación siguen utilizando a la mujer como un objeto, las sanciones sociales y legales contra los agresores son muy benevolentes…
…Y ¿qué tendría de diferente a una marcha como la que hubo en contra de la “Ley Pulpín” u otras?
En este caso en particular, la violencia contra la mujer y el feminicidio afecta a la sociedad en su conjunto. Por ello se observó la gran convocatoria y participación de familias, hombres, mujeres, organizaciones, etc.
En mayo de 1968, en Francia, grupos estudiantiles de izquierda junto con obreros y miembros de distintos sindicatos llevaron a cabo protestas contra una sociedad muy consumista, pero aún con dichas movilizaciones el consumo se aceleró en los siguientes años. ¿Podría suceder así con la marcha #NiUnaMenos?
Hay diferentes maneras de gestar una protesta. En mayo del 68, fue la convergencia de los jóvenes y de la población que se les fue sumando, cada uno de ellos tenía intereses diversos; por ejemplo, los trabajadores fabriles abandonaron la protesta porque los disturbios destruían sus centros de trabajo, a los que querían retornar luego de las protestas. Terminó siendo privilegiadamente una protesta de jóvenes.
mayo-1968-Francia
…Pero ambas en cierta forma buscaron “concientizar” a la sociedad ¿No es cierto?
En el caso de #NiUnaMenos miles de personas se manifestaron pacíficamente en torno a una problemática común. La presencia de figuras públicas en la marcha resulta relevante, debido a que son mujeres que han sufrido algún tipo de maltrato y se animan a hacer algo por cambiar la situación en la que se encuentran.
-En España, si una mujer maltrata a un hombre, se considera un caso de violencia doméstica. Sin embargo, si sucede lo contrario, se considera violencia de género y las penas son mayores.
Existe algo que se llama discriminación positiva. En el caso que comentas se busca aplicar políticas beneficien un a las mujeres, quienes han sufrido históricamente discriminación y violencia. Por ejemplo, una política que busque atacar el feminicidio (asesinato de mujeres por hombres motivado por el odio, desprecio, placer o sentido de posesión hacia las mujeres), que se da muy seguido en el Perú, tendría mucho sentido.
…¿Entonces estas políticas sí son buenas o más bien atacan un problema de discriminación con discriminación?
La discriminación positiva es ciertamente una forma de discriminación que busca dar beneficios a grupos vulnerables; sin embargo el ideal es que estas políticas sean de corto plazo al generar el resultado esperado.
-¿Por qué mucha gente no apoyó la marcha?
Con exactitud no lo sabemos, pero es cierto que para un grupo de la población el tema le resulta irrelevante. La marcha no va a cambiar la manera de pensar de las personas, y si lo logra, no será de todos.
-¿Por qué ante la violencia de género se exigen penas mayores? ¿Es eso efectivo o se deberían buscar otras alternativas?
Está demostrado que aumentar las penas a los agresores no reduce el número de violaciones, asesinatos, maltrato o feminicidios. Hay factores que mantienen a las mujeres en el círculo de la violencia. Entre ellos, la dependencia económica, la falta de refugios temporales y el papel que las mujeres asumen como víctimas porque creen que es lo que merecen.
En Europa es común que existan casas de refugio para mujeres que han sufrido algún tipo de violencia. Esas medidas se pueden ir implementando y haciendo aquí también. De hecho, en Perú podemos encontrar algunas, aunque todavía son muy pocas.
…¿Qué tan factible es que esto suceda en el Perú?
Es necesaria la voluntad política del Estado para emprender acciones a distinto nivel y de modo multisectorial.
..Se debe tener en cuenta que un juicio de casos de violencia contra la mujer puede tomar hasta 5 años (o incluso más), el nivel de burocracia es altísimo y el gobierno es completamente ineficiente a la hora de hacer ejercer la ley.
Las mujeres que quieren sentar denuncias todavía enfrentan muchos obstáculos, entre ellos la doble victimización (por ejemplo la manera en que se realiza la intervención del médico legista). Otras mujeres prefieren callar porque su caso se haría visible y podrían sentir vergüenza, otras se sienten responsables de haber sido golpeadas.
-¿Qué papel cumplen los colegios para reducir los casos de violencia contra la mujer o contra las minorías?
Siempre he creído que la escuela es un espacio privilegiado para la educación de la tolerancia, el respeto y la cultura de paz. Es ahí donde se les enseña los distintos valores que conocemos y, especialmente, que para solucionar los problemas no se necesita de violencia.
…¿Será importante enseñar a “hacerse respetar”?
De algún modo, pero más importante es enseñar a los hombres a respetar a las mujeres. No debe ser una tarea de las mujeres.
tomada de larepublica.pe
– ¿Cómo cree que usted, yo y todos podríamos ayudar a solucionar este problema desde la vida diaria?
Son varias las maneras que en conjunto pueden ir cambiando la situación de las mujeres en el largo o mediano plazo: el papel de los medios de comunicación, la labor de la escuela, la charla entre familiares, el apoyo a las mujeres para, foros en Internet.
– Muchas gracias por su tiempo.
– A ti.
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