Hace un par de semanas se generó un debate en el team Voz Actual a raíz del siguiente quote que encontré en Facebook:
It is better to be unhappy and know the worst, than to be happy in a fool’s paradise.”
― Fyodor Dostoyevski, The Idiot
La conversación via whatsapp tuvo una duración prolongada de un par de horas. A continuación, les comparto un poco de lo que conversamos y mi punto de vista.
“¿De qué sirve saber mucho si vas a vivir totalmente infeliz?”. Inmediatamente hubo un replanteamiento: “¿de qué sirve ser feliz si no sabes la verdad de las cosas?”
En este punto ya habíamos cambiado un poco la dirección del quote: no hablábamos de “conocimiento” sino de “verdad”. Aun así, para la mayoría, la felicidad era más importante que la verdad si es que estos conceptos fueran mutuamente excluyentes. Se redujo a una elección entre la píldora roja – la dolorosa verdad – y la píldora azul – la feliz ignorancia.
Toma la píldora azul: el cuento termina, despiertas en tu cama y creerás lo que quieras creer. Toma la píldora roja: permaneces en el país de las maravillas y te mostraré qué tan profundo llega el agujero del conejo.” (The Matrix, 1999)
No era partidaria de esta visión que consideré bastante un tanto hedonista. Según Aristóteles para alcanzar la felicidad se requiere de ciertos componentes, entre ellos, la virtud; es decir, la excelencia de algo de acuerdo a su función. Por ejemplo, la función de un cuchillo es cortar mientras que su virtud es cortar con filo. El ser humano se distingue por sobre otras especies por su capacidad de razonar y, por ello, razonar excelentemente es su virtud. ¿Cómo razonar sin conocimiento? ¿cómo razonar si optamos por ignorar?
Pronto se presentaron las objeciones: “no necesariamente saber lo peor te lleva a ser infeliz: tú eres el que decide si vas a dejar que un conocimiento te aleje de tu felicidad”. Yo estaba completamente de acuerdo: uno tiene poder de decisión en qué, cómo y cuánto le afecta el conocimiento (de “lo peor”).
“Creo que enterarte de lo “peor” (si de esa clase de verdad estamos hablando) en verdad te puede llevar a una felicidad que no esperabas encontrar”. También estaba de acuerdo con lo dicho: tal vez pueda ser doloroso, pero liberador. Por ejemplo, enterarte de que te han sido infiel no es la mejor noticia que puedas recibir, pero, tal vez, dependiendo de tu poder de decisión, optes por alejarte y, poco a poco, disfrutes de una felicidad que en su momento no veías llegar. De nuevo: tú decides qué, cómo y cuánto te afectan.
Uno de los últimos aportes realizados fue la necesidad de definir “to be” happy: ¿ser feliz o estar feliz?. Busqué el quote en ruso (Лучше быть несчастным, но знать, чем счастливым и жить в дураках), pero el verbo tampoco ayuda. Al igual que en inglés, быть significa “ser” y “estar”. Para la mayoría de nosotros, la felicidad es un concepto ligado al largo plazo y tomamos la traducción de “ser feliz”, ya que implica una construcción de buenos momentos – ya sea a partir de malas experiencias. Pero, bueno, quizás una vez más se esté desviando el tema.