Estamos solo a unos pocos días de que el invierno en Lima comience y ya se empiezan a escuchar las típicas frases como “no salgas con el pelo mojado, te vas a resfriar” o “abrígate bien que sino después estarás mal”, que tu abuela o madre te dicen en la mañana antes de partir de casa. Todos al salir, bajo la llovizna limeña que azota con regularidad las calles de la ciudad en esta época del año, sentimos esa humedad que se escabulle por la ropa a pesar de estar súper abrigados y nos hace creer que la temperatura es mucho más baja de lo que verdaderamente es. Lo cierto es que la mayoría de las personas asociamos el frío con el resfrío y creemos que esa correlación es siempre positiva porque en invierno las personas se resfrían más que en verano. Este acontecimiento se puede observar en todos los ámbitos que transitamos en nuestro día a día, por ejemplo, en la universidad, en el trabajo y en los medios de transporte donde se escuchan estornudos y toses, que se condensan en aulas, en cubículos o dentro de los micros, metropolitanos y trenes, respectivamente, debido a que las ventanas suelen estar cerradas porque hace frío.
Es justamente el compartir un ambiente reducido con otras personas, sin ventilación, donde los gérmenes de los estornudos se quedan en el aire sin un flujo de salida lo que genera que el resto de la gente que se encuentre dentro de aquel ambiente se pueda resfriar. En pocas palabras, la chalina que traigo puesta, las botas que me cubren de la llovizna, la chompa y la casaca que traigo encima no me va a salvar del resfrío, pues es el virus el responsable de este mal. Asimismo, hay también que tener en cuenta que exponerse al frío con el pelo mojado baja la temperatura de nuestro cuerpo lo que produce que los vasos sanguíneos de la garganta y de la nariz se contraigan. Esto genera que tengamos las defensas más bajas y el virus de la gripe tenga más posibilidades de atacarnos, sin ser, el pelo mojado, directamente el causante del resfriado.
Otro mito asociado al resfrío es la recomendación de ingesta abundante de agua cuando ya estamos enfermos, mas no está probado científicamente. Lo único que es certero es que si tenemos fiebre, nos deshidratamos y es necesario adecuar un nivel correcto de hidratación para poder combatir la enfermedad.
Lo mismo sucede para la vitamina C, que no previene el resfrío como se suele pensar y como lo mencionó Linus Pauling en su libro sobre la vitamina C y la gripe común, donde narraba, en los años 70, que las altas dosis de vitamina C diarias prevenían los resfriados.
Vivimos en un mundo lleno de mitos, pero finalmente, ¿se podría decir que las frases típicas de alerta antes de salir de casa son, entonces, enteramente erróneas?
Fuentes
Hammond, C. (2013). ¿Realmente el frío da resfrío? Obtenido de http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/10/131004_mitos_medicos_realmente_frio_resfrio_finde
Lewis, T. (2014). Seven Tickling Facts About Sneezing. Obtenido de https://www.livescience.com/44946-weird-facts-about-sneezing.html
Organización de Consumidores y Usuarios. (2015). Diez mitos sobre el resfriado. Obtenido de https://www.ocu.org/salud/enfermedades/noticias/10-mitos-resfriado