Nos encontramos en la recta final para las elecciones municipales. Una vez más, tendremos la oportunidad de elegir a nuestros representantes locales, quienes gobernaran por cuatro años. En Lima, hay veinte candidatos, de los cuales uno tendrá la desdicha de ser el sucesor de Luis Castañeda Lossio. La diferencia entre todos es corta y a estas alturas, para ganar, todo vale.
Es importante tener claro qué hace una municipalidad antes de votar. La Ley Orgánica de Municipalidades contiene toda la información sobre la estructura y responsabilidades que tienen los gobiernos locales. Lastimosamente, como todas o casi todas nuestras leyes, esta es incomprensible o, cuanto menos, soporífera para un ciudadano promedio (lo intenté). Rosa María Palacios explica brevemente la ley en un video hecho por la PUCP. Según este, las municipalidades tienen en sus manos nuestro dinero para distribuir el espacio físico, construir y mantener servicios públicos locales y servicios sociales locales, proteger el medio ambiente y fomentar la economía local. En el mismo video menciona que la ley no es clara en cuanto al alcance de las municipalidades y por ello tiene que intervenir de vez en cuando el Tribunal Constitucional.
Tal parece que nuestros candidatos tampoco tienen muy claro su alcance. Las propuestas, debates y promesas rondan temas muy alejados de su capacidad. Sobre todo ahora que el transporte podría dejar de ser únicamente de su competencia.
Analizando un poco el debate encontré algunos patrones en común entre la mayoría de candidatos:
- Temas y frases repetitivas: “mano dura”, “cero delincuencia”, “acabaremos con la corrupción”, “crearemos una Lima moderna”, “yo no soy político”, “ayuda para las mujeres maltratadas”, “combatiremos la informalidad”.
- Candidatos convertidos en personajes: Castañeda Pardo parece que utilizó la voz de Darth Vader y “la Capuñay” podría ganar un Oscar con el papel de mamá buena en la Rosa de Guadalupe.
- Promesas populistas/disparatadas: Zurek propone la legalización de taxis colectivos y Kike Ocrospoma toque de queda para los menores de 16 sin sus padres.
- Respuestas que no molestan a nadie: Pablo Silva dijo que combatiría la informalidad, pero no y Urresti que no acepta la discriminación a nadie cuando le preguntaron sobre el acoso a la comunidad LGTBI.
- Evitar preguntas difíciles: De esta nadie se salva. Todos florearon en algún momento frente a preguntas que, claramente, no sabían responder. Sobre todo en la sección de preguntas ciudadanas.
- El primero no va: Como lo hizo Castañeda Lossio en sus dos últimas elecciones, Renzo Reggiardo y Ricardo Belmont se han negado a debatir justo cuando puntean la lista.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina y se nota. Ya no hay calles sin cartelones. Las propagandas son cada vez más vergonzosas. Hay camionetas con altavoces y pancartas en todos lados. Los candidatos se presentan en cada noticiero que tienen la oportunidad y, si es frente a un adversario, a sacarse los ojos. Facebook se llena poco a poco de imágenes y memes políticos. La carrera está a punto de acabar y cada voto cuenta.
Las promesas de mega construcciones, lucha contra corruptos, cero delincuencia y nada de tráfico son las mismas que las del siglo pasado. Mientras tanto, el recojo de basura sigue siendo ineficiente, el reciclaje casi inexistente, miles de personas siguen expuestas a desastres naturales y ni qué decir de la cultura y el arte.
Hoy nos encontramos, una vez más, en búsqueda del mal menor. Estamos cerca de dejar a Lima en manos de impresentables. Dicen que después no vale arrepentirse, pero ¿existe un candidato del que no nos arrepintamos?