Faltan pocos días para Navidad y un nuevo reporte nos informa que Papa Noel tendrá que buscar una nueva forma de impulsar su trineo. El reporte de la American Geophysical Union indica que la población de renos y caribúes en el Ártico se ha reducido de aproximadamente 4.7 millones a 2.1 millones de individuos en los últimos tiempos.
De acuerdo a la 2018 Arctic Report Card, el calentamiento global ha tenido un efecto sumamente devastador en las poblaciones de renos y caribúes. Además, se ha resaltado que el cambio climático también ha influido en los patrones migratorios de estas especies. Esto afectará aún más sus números en el largo plazo, pues, al ser animales de manada, podrían acabar con el forraje o ser un blanco más fácil para depredadores y cazadores furtivos si permanecen por mucho tiempo en la misma zona.
Lamentablemente, las cabezas de los renos son apreciadas como trofeos y adornos de pared debido a su cornamenta.
Se ha detectado que, en Canadá, nueve manadas han perdido tantos individuos que se considera que ya no se podrá recobrar la diversidad previa. Asimismo, se le otorgó al caribú la categoría nacional de “amenazado”. Peor aún, en Rusia, 18 de las 19 manadas monitoreadas también han sido categorizadas en peligro de extinción. El gráfico mostrado a continuación detalla los cambios demográficos en distintas manadas a nivel mundial.
¿Qué hace que el cambio climático afecte tanto a los renos? En primer lugar, las crecientes temperaturas en la tundra ártica han ocasionado que la diversidad de la flora cambie. Se produjo una aparición de vegetación más alta que cubre a los líquenes y pastos que se encuentran en el nivel del suelo y que son el alimento preferido por el reno. Además, el aumento de temperatura significa también un incremento en el número de insectos, los cuales asedian constantemente a las manadas de renos, ocasionando que estos gasten más energía intentado defenderse de ellos.
Estas nubes de mosquitos son cada vez más faciles de encontrar en la tundra.
Si bien muchas de las manadas de renos se encuentran en un camino seguro a la extinción, aún hay mucho que podemos hacer para salvar al reno como especie. En ese sentido, es importante recordar que no es solo un símbolo de la navidad, sino también una fuente de alimento para numerosas tribus indígenas en el círculo ártico y una pieza importante de la red trófica ártica.
