La anemia es un problema de salud pública que afecta a 1.62 billones de personas a nivel mundial (OMS, 2015). La principal causa, y también la más conocida, es la deficiencia de hierro por una mala alimentación. Ese tipo de anemia se le denomina anemia ferropénica, el cual abarca el 50% de los casos de anemia en nuestro país. Sin embargo, hay muchísimas razones por la cual una persona podría tener anemia que no se deben solamente al consumo de hierro en la dieta. Entre ellas se encuentran la deficiencia de la vitamina B12, enfermedades crónicas, presencia de parásitos intestinales, etc. pero ¿alguna vez de imaginaste que respirar podría ser una de ellas?
Pues así es, un último estudio ha demostrado que una partícula en al aire llamada PM2.5, la cual es respirada a diario por millones de personas, está asociada a la prevalencia de anemia. Esta es una partícula muy muy pequeña, 2.5 micras de diámetro para ser exactos, (casi 100 veces más delgada que un cabello humano), que pasa desapercibida en el ambiente. Por ende, no se toman en cuenta las repercusiones que podría tener en la salud.
Al ser tan pequeña es muy fácil que entre a nuestro organismo mientras respiramos. ¿Y qué sucede si una gran cantidad de PM2.5 ingresa a nuestro cuerpo? Pues, puede desencadenar una serie de procesos fisiológicos los cuales afectarían la absorción del hierro del cuerpo, es decir, por más que tengamos una dieta rica en hierro, nuestro cuerpo no será capaz de reconocer ni asimilar este mineral cuando ingrese, creando un déficit de hierro, como si nunca lo hubieras consumido. A ello es llamado anemia inflamatoria.
El material particulado, PM2.5, es producido principalmente por la contaminación del aire generada por los autos, por ello se encuentra en mayor concentración en áreas urbanas, siendo las personas que habitan en estos sitios las más propensas a desarrollar anemia y distintas enfermedades como inflamaciones sistémicas y daños en la médula ósea, las cuales también se han visto asociadas con esta partícula. Es por ello que es de suma importancia controlar la cantidad de este contaminante circulando en el aire que respiramos.
Por fortuna, en los últimos años se ha reconocido el impacto que tiene el PM2.5 en la salud de las personas, por los cual la organización mundial de la salud (OMS) ha establecido nuevos valores en sus guías para los valores permitidos de la partícula. El valor diario permitido según la OMS es de 25 μg/m3. Sin embargo, en nuestro país el Ministerio del ambiente (MINAM) ha establecido en sus guías un valor permitido de 50 μg/m3 de esta partícula, el cual dobla el valor establecido por la OMS. Estos datos resultan alarmantes ya que se ha comprobado que a una concentración de 25 μg/m3 ya hay repercusiones graves en los humanos. Imagínense los efectos y el daño que podrá causar estar respirando el doble o más de dicho contaminante.
Sin embargo, el gobierno intenta subsanar esto mediante políticas ambientalistas. La ordenanza que contempla la restricción del tránsito de vehículos llamada “Pico y placa”, es una de ellas. Esta controla y disminuye la cantidad de autos que transitan en las vías principales de la ciudad de Lima. Sin duda alguna es un avance en la disminución en la emisión de contaminantes, pero aun así queda mucho por hacer para poder reducir los niveles de contaminación ambiental, tanto en Lima Metropolitana como en el resto del país.
Actualmente los porcentajes de anemia no han tenido cambios significativos a través de los años en nuestro país. Por más que el gobierno peruano ha invertido millones de soles anuales en estrategias como la suplementación de hierro, no se ha tenido éxito. Es por ello que deberíamos exigir a nuestro ministerio de ambiente que adecue las regulaciones de contaminantes, ya que las repercusiones a la salud de miles de peruanos son inminentes.