Perú, Chile, Ecuador, México, Argentina y Venezuela: si hay algo en lo que coinciden estos países, es la ola de protestas y manifestaciones que se han apoderado de ellos durante este último mes. Acaba octubre y lejos de ser recordado por la celebración del Señor de los Milagros, el Día de la Canción Criolla o por las fiestas de Halloween; lo será por el recuerdo de las revueltas en la mayoría de los países latinoamericanos. #LatinoaméricaIsOnFire #HalloweenLatino.
Estos últimos acontecimientos han sido una forma para la población de alzar su voz y demostrar el descontento causado por las últimas decisiones de sus gobiernos, las cuales han sido las gotas que derramaron los vasos en cada país. Lo cierto es que estas manifestaciones son solo la consecuencia de años de un descontento social silencioso que, por fin, estalló.
Bajo este contexto, vale la pena preguntarnos cómo es que hemos llegado a esta situación #NoLoEntiendo #QuéEstáPasandoAquí. Al hacernos esta pregunta, una de las razones que siempre salta y que es quizá la más acertada es la mala elección de los representantes, la cual es causada a su vez por la desinformación de los votantes. Hoy #VA te explicará cómo la asimetría de información en la elección de nuestros representantes ha originado los sucesos que estamos viviendo en la actualidad y por qué esta persiste.
En microeconomía, nos enseñan que los mercados imperfectos #ComoSuAmor se caracterizan por presentar problemas de asimetría de información. Estos son producidos cuando un agente económico tiene más información que otro y esta falta causa la toma de una decisión subóptima. Estos problemas pueden ser tanto de selección adversa como de riesgo moral. En el primero, la asimetría sucede antes de un trato y el agente menos informado no es capaz de distinguir la buena o mala calidad de lo ofrecido por el otro agente. En el segundo, hay asimetría de información, pero el cambio de comportamiento de uno se percibe después de que se llega a un acuerdo.
En el caso de la elección de los representantes políticos, la asimetría de información se presenta en ambas formas. Se presenta como un problema de selección adversa, ya que son los partidos políticos los que tienen más información que los electores acerca de sus viles intenciones planes de gobierno. Los votantes toman su decisión basándose en las campañas políticas, promesas de candidatos y el sustento que ellos les podrían dar a sus promesas #ComoLasDeTuEx.
La asimetría de información también se presenta como un problema de riesgo moral luego de la elección del representante, dado que este no cumple las promesas de campaña o cambian de comportamiento o rumbo político una vez elegidos. Generalmente, en el caso de las elecciones políticas, el problema de riesgo moral es originado por un problema de selección adversa inicial. #NegativeFeedbackLoop
Quizá, luego de leer lo anterior, te hayas preguntado por qué los electores no optamos por informarnos más acerca de nuestros candidatos. Esto también podemos responderlo con economía #LaRespuestaATodo
Para comenzar, los agentes económicos buscamos maximizar nuestra utilidad y nuestras acciones responden a incentivos. Si bien es cierto, los consumidores obtenemos un beneficio en la elección de un auto, una casa o la firma de un contrato; en la toma de decisiones políticas, los consumidores (votantes) obtenemos un beneficio marginal bajo, dado que nuestra decisión tiene un pequeño impacto en los resultados finales.
Para entender esto, podríamos utilizar un ejemplo de Teoría de Juegos. En este, existen dos agentes: A y B. Cada uno asume que B es el resto o la mayor parte de la población, por lo que el voto de B define las elecciones. Tanto A y B deben tomar decisiones o estrategias, las cuales son la mejor respuesta de un jugador frente a la del otro. En este caso, ambos decidirán entre votar informados o desinformados.
Asimismo, cada jugador busca obtener la mejor recompensa por la estrategia o pago por la estrategia elegida. De este modo, la decisión de votar desinformados se puede explicar por el siguiente juego estático, en el que los votantes recibirán un pago o recompensa de 1, si es que se informaron y ganó quien ellos querían; 0, si es que no se informaron y -1, si es que se informaron, pero no ganó quien ellos querían.
En este juego, se alcanzan dos Equilibrios de Nash, uno en el que todos los agentes votan informados y otro en el que todos votan desinformados. A pesar de que los agentes recibirían una mayor recompensa si se informaran, dado que el agente A percibe que los otros no se informarán, prefiere votar desinformado.
Así, los consumidores, maximizadores de utilidad, optamos por ser desinformados en la toma de decisiones de elecciones políticas. Sin embargo, a pesar de que en el corto plazo podríamos maximizar nuestra utilidad al votar desinformados, los sucesos recientes demuestran que, a largo plazo, esto nos llevaría a obtener un beneficio marginal negativo.
El hecho de presentar problemas de asimetría de información al elegir a nuestros gobernantes es la principal causa del descontento social actual. Al votar desinformados, permitimos que nuestros gobiernos cambien libremente el rumbo político que esperábamos. Si bien es cierto que, a corto plazo, votar desinformados podría parecer mejor en términos de utilidad; a largo plazo, solo desencadena situaciones como las que estamos viviendo.
Editado por Claudia Barraza