La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) representa uno de los desafíos más importantes para las empresas: identificar el impacto que generan sus operaciones hacia los stakeholders. Pero, ¿sabemos lo que realmente significa ser “socialmente responsable”? o ¿cuáles son las diferentes formas que esta responsabilidad puede adoptar en el ámbito empresarial?
Una empresa “socialmente responsable” tiene como objetivo dentro de su estrategia de negocio no solo facturar o maximizar las utilidades, sino también incorporar objetivos sociales y medioambientales.
La RSC se divide en cuatro categorías: responsabilidad ambiental, ética, filantrópica y económica.
1. Responsabilidad ambiental
La responsabilidad ambiental se refiere al compromiso de mitigar el impacto negativo en el medio ambiente. Algunas prácticas que las empresas pueden realizar para contribuir a la responsabilidad ambiental:
- Disminución de la contaminación: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de plásticos de un solo uso, el consumo de agua y los residuos en general.
- Regular el consumo de energía: aumentar la dependencia de las energías renovables, los recursos sostenibles y los materiales reciclados o parcialmente reciclados
- Compensar el impacto ambiental negativo: plantar árboles, financiar investigaciones y donar a causas relacionadas.
2. Responsabilidad ética
La responsabilidad ética se refiere a garantizar que las organizaciones se comporten de manera ética en sus acciones y decisiones.
Las empresas pueden adoptar la responsabilidad ética de diferentes maneras. Por ejemplo, una empresa podría tratar a los colaboradores con equidad, practicar la transparencia en las comunicaciones y respetar los derechos humanos. Del mismo modo, una empresa puede exigir que los productos, ingredientes o materiales se obtengan de acuerdo con los estándares de libre comercio.
3. Responsabilidad filantrópica
La responsabilidad filantrópica se refiere al objetivo de una empresa de contribuir al bienestar de la sociedad y de las personas.
Algunas empresas impulsadas por la responsabilidad filantrópica donan a organizaciones benéficas y sin fines de lucro que se alinean con la misión. Otras empresas incluso crean su propia fundación u organización para retribuir y tener un impacto positivo en la sociedad.
4. Responsabilidad económica
La responsabilidad financiera se refiere a que el objetivo final no es sólo maximizar las ganancias, sino también garantizar que las actividades primarias y de apoyo tengan un impacto positivo en el medio ambiente, las personas y la sociedad.
En el año 2022, el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco) reconoció a las empresas con mejor evaluación en responsabilidad social y gobierno corporativo tras realizar un estudio que involucró consultas a más de 2,400 personas, entre directivos, expertos, analistas, líderes de opinión, entre otros.
En este contexto, Interbank se distingue por su compromiso con la sostenibilidad, implementando un plan integral que abarca la reducción de la huella de carbono y la eficiencia operativa. La empresa lleva a cabo auditorías energéticas para mitigar las emisiones, lo que le valió el reconocimiento de la tercera estrella de la Huella de Carbono Perú por parte del Ministerio del Ambiente (MINAM) en 2022. Además, Interbank promueve activamente la gestión de residuos y programas de reciclaje, contribuyendo así a la reducción de materiales en vertederos, minimizando los impactos ambientales y fomentando la economía circular.
Natura, por su parte, adopta un enfoque innovador al medir su impacto ambiental a través de un indicador único llamado IP&L (Integrated Profit & Loss). Esta herramienta de gestión integra las ganancias y pérdidas para evaluar y comunicar los efectos sociales y medioambientales del negocio.
Finalmente, Backus AB InBev ha lanzado el programa “Emprendedores Backus”, una iniciativa integral que contribuye al progreso de los bodegueros del país mediante cinco pilares: infraestructura, capacitación, digitalización, surtido de productos y acceso a créditos. Este programa ha dejado un impacto significativo en miles de emprendedores y emprendedoras de 13 provincias, destacando especialmente que el 65% de los beneficiarios fueron mujeres propietarias de negocios.
En conclusión, en un mundo empresarial cada vez más consciente, la integración efectiva de estas responsabilidades fortalece la reputación y lealtad de los stakeholders. Empresas como Interbank, Natura y, Backus AB InBev demuestran su compromiso con el medio ambiente y la sociedad. La RSC no solo es una estrategia de negocio, sino también un enfoque que redefine el éxito empresarial para la sostenibilidad.
Edición: Cristóbal Contreras