En estos últimos meses las redes se convirtieron en un hervidero de publicaciones con contenido desde sesgado hasta pseudocientífico.
Un tema en particular que siempre se colaba (y aún lo hace) es cómo el proceso de cuarentena nos hizo sentir y los animales en cautiverio (especialmente los de zoológicos). Y claro, muchas personas, amigos animalistas y ¡hasta políticos! para que simpatices con ellos se aprovecharon de esto para que tú, sí tú que estás leyendo esto, repudies estos lugares y pidas que los cierren.
No es un secreto que desde hace tiempo varios movimientos animalistas creen fielmente que los zoológicos deben dejar de existir, pero veremos cómo algunas de sus acciones no se corresponden con objetivos que dicen perseguir.
Es cierto que es un tema amplio y complejo, pero en esta ocasión vengo a defender a capa y espada por qué hay muchas razones (e importantísimas) para que estos lugares llamados zoológicos (y sus primos los acuarios) continúen con sus actividades.
Entonces, empecemos.
¿Sabemos que es parque zoológico? pues no siempre fueron lo que son ahora.
Las personas han mantenido en cautividad animales desde hace miles de años, pero el propósito de ello ha ido cambiando drásticamente. Los primeros zoológicos (desde el tiempo de los faraones) fueron colecciones privadas de gente platuda para demostrar su poder. Siglos después, los primeros “zoológicos modernos” y no privados tenían como prioridad entretener a la gentita al público.
Esto empezó a cambiar durante el siglo XX. El entretenimiento pasó a segundo plano para dar pase a la investigación científica y conservación de especies. El mejor ejemplo es la World Zoo Conservation Strategy (1993) de la International Union of Directors of Zoological Gardens (IUDZG) que promovía la conservación de la naturaleza.
Ahora sí se viene lo bueno ¿cuál es la función actual de los zoológicos? ¿por qué mucha gente tiene una percepción negativa de ellos?
Estos parques juegan un rol importante en la conservación de especies, de la biodiversidad, y en general del ambiente. No solo porque gran parte de ellos puede albergar animales que de otra forma por efectos antropogénicos no sobrevivirían en su hábitat, sino porque para muchas especies en peligro de extinción representan un reservorio ex situ de diversidad genética que permitiría a tales especies mantenerse. También, gracias a programas de conservación de zoológicos, varias especies se han recuperado o salvado de la extinción. ¿Ejemplos? El ibis eremita (Geronticus eremita), el lobo rojo (Canis rufus), el cóndor de california (Gymnogyps californianus), el oryx de arabia (Oryx leucoryx), la rana de Darwin (Rhinoderma darwinii) y contando.
Entonces, no hay necesidad de florear, los zoológicos forman parte de los esfuerzos más importantes para la conservación de especies en peligro y nativas, sí, de especies y no sólo gatitos, y además, al recibir cada año alrededor de 700 millones de personas, cumplen un rol fundamental en generar conciencia sobre el cuidado de la naturaleza y las especies.
A esto hay que agregarle que la mayoría de zoológicos forman parte de organizaciones de conservación como la Zoological Society of London y la World Association of Zoos and Aquariums (WAZA) que alberga tanto asociaciones, como a zoológicos y de los más importantes del mundo. Esto obliga a que cumplan altos estándares tanto en estructura como en funcionamiento y manejo de los animales.
Pero queramos o no, hay siempre un grupo de gente movimientos animalistas radicales que va por la vida diciendo que los zoológicos no sirven y que hay que cerrarlos. El problema está en que dicen velar por el buen trato a los animales, y ¿qué terminan demostrando con sus acciones? que no les importa el bienestar de la fauna en peligro y nativa, solo el de la fauna doméstica. ¡No todos los animales son nuestros perros o gatos!, la fauna silvestre es la que realmente sufre. Se entiende el sentimiento de familia por las mascotas, lo experimento con mis dos gatos que por cierto es una de las especies invasoras más dañinas del mundo, pero este es un tema de conservación y para eso hay que ampliar nuestra mirada y definir si estamos alzando nuestra voz por la biodiversidad, la fauna nativa y en peligro, o por animalitos que te miran con carita tierna.
Algo interesante y preocupante es que los zoológicos, sobre todo en países como Perú, reciben mucha fauna nativa del tráfico ilegal de especies (un gran problema) y de dueños irresponsables. Y no, no es lo habitual que los zoológicos en general capturen a diestra y siniestra animales para exponerlos al público.
A pesar de todo lo expuesto, son muchas las personas que se han quedado con una imagen negativa y pasada de lo que eran estos lugares. Y precisamente, la información que se comparte en redes genera la idea en gente ignorante en el tema que no conoce, que en estos lugares se explotan animales; pero es lo contrario, cada vez más los zoológicos actúan como centros de conservación y de rescate de fauna en peligro y nativa.
Para terminar, los zoológicos serán necesarios hasta el momento en que dejemos de depredar y destruir el hábitat de las especies y el ambiente en general. Si no existieran, ¿quién haría el trabajo que realizan?
Editado por: Daniela Cáceres