Te encuentras en tus últimos ciclos, o acabas de egresar, y toca salir a buscar prácticas pre profesionales o el primer empleo. Entramos en varios procesos de selección y todo va relativamente bien hasta que nos topamos con una pregunta como “¿cuántas ventanas hay en Manhattan?”, o “¿cuántas pelotas de tenis entran en un avión?”. Es en ese momento que Cell siente el verdadero terror, entre nervios y angustia, no supimos responder y seguramente nos cuestionamos el sentido de estas preguntas. Si te sientes identificado, o todavía no das el paso de postular a tus primeras prácticas, este artículo es para ti. Aquí te contaré el porqué de estas preguntas “sin sentido” y cómo deben responderse. Spoiler: pueden ser clave para que seas seleccionado, o no.
El proceso de selección
Está demás decir que la correcta contratación de personal es clave en un negocio. Los buenos candidatos suman valor a la empresa, y por ese motivo los reclutadores se esfuerzan en buscar a los mejores. En ese proceso, es muy probable que los encargados de la selección realicen preguntas capciosas, acertijos o tareas sin alguna conexión aparente con el puesto.
Pero sí que tienen sentido y son muy importantes para conocer la capacidad de razonamiento y la creatividad del postulante. Es por eso que muchas empresas, hoy en día, aplican las conocidas “preguntas Google” para conocer más a sus candidatos, y no solo quedarse con la información de los CVs. Generalmente, estas preguntas no tienen una respuesta correcta (aunque algunas sí, pero son inusuales) y se formulan para que el entrevistador analice cómo respondemos pensando “fuera de la caja” o cómo nos comportamos ante situaciones ambiguas.
Ahora, como lo prometido es deuda, te dejo algunas preguntas recolectadas por Lewis Lin, coach especializado en entrevistas laborales, y que suelen ser frecuentes en los procesos de selección. Toma nota apunta la placa:
- ¿Cuántas maneras puedes pensar para encontrar una aguja en un pajar?
Usa tu creatividad para encontrar soluciones a este tipo de preguntas (como usando un imán o quemando la paja, para este caso). Se evalúa tu capacidad de resolver un problema de forma creativa o lógica.
- ¿Cuántas ventanas hay en Manhattan?
- ¿Cuántas pelotas de tenis entran en un avión?
Para las preguntas donde piden dar cantidades, utiliza suposiciones para calcular un número estimado, como las dimensiones del lugar o de los objetos descritos en la pregunta. Se evalúa tu razonamiento.
- ¿Por qué las tapas de las alcantarillas son redondas?
Esta pregunta sí tiene respuesta, y es porque de tener otra forma, la tapa podría caerse en el mismo orificio.
- Si fueras un animal, ¿cuál serías?
Este tipo de preguntas suelen buscar características con las cuales tú te identificas más. Utilízala a tu favor.
Disclaimer: es posible que se abusen de estas preguntas
Si ya tienes algunas entrevistas laborales en tu historial, y sientes que las preguntas o tareas “trampa” fueron excesivas, es posible que estés en lo cierto. Según Alison Green, autora de “Ask a Manager”, es frecuente que los reclutadores hagan los procesos con poca información sobre el área o la posición, o que los gerentes empleen las técnicas “de Google” erróneamente. Como resultado, las entrevistas salen obviamente mal.
Alison Green, entrando más a detalle, cuenta cómo hay ocasiones donde la entrevista se lleva a cabo con un estilo demasiado informal, donde incluso no se lleguen a tocar temas del puesto. O que, en este tipo de entrevistas, el entrevistador sienta el famoso “click” con un candidato que no era el correcto. Además, volviendo a las preguntas capciosas, cuando se abusan de estas, el entrevistado puede sentirse incómodo e incluso llevarse una mala impresión de la empresa.
En conclusión, para tu próxima entrevista de trabajo, ya podrás responder estás preguntas con mayor facilidad, sabiendo que no existe respuesta correcta y que se está poniendo a prueba tu creatividad y razonamiento. Y si te cruzas con reclutadores pesados que abusan de estas técnicas, evita incomodarte y sobrelleva la situación de la mejor forma posible.
Edición : María Fernanda Tumbalobos