Al leer el título de este artículo probablemente te estés preguntado “¿Por qué él/ella no la cumplió?” sin llorar, pls, lo cual, digamos, será también abordado en este artículo. Hace poco celebramos Navidad, Año nuevo y San Valentín y en cada fecha te hicieron o te hiciste mínimo una promesa. No hace falta recordar algunas para que hagas memoria de tus más profundos traumas: el clásico, “Prometo hacerte feliz” y que en cambio te saquen las reales canas verdes, “Te juro que siempre serás la/el únic@”, sin comentarios o el finísimo “¿Pero prometes seguir siendo amigos?”.
Mientras te limpias las lágrimas, ciertas dudas aparecen: ¿Qué pasó entonces? ¿Las amenazas de amor se están cumpliendo? Y si no ¿Por qué? Antes de seguir con la tortura mental, deja que la economía te brinde respuestas.
En el campo de Teoría de Juegos, es importante examinar cómo las personas reaccionan ante ciertas amenazas/promesas que otro agente realiza, por ejemplo, en un juego de negociación. Dentro de la teoría, cuando el agente pueda traicionar sin que el otro pueda predecirlo y tenga ciertos “pagos” que acompañen su decisión, probablemente lo haga.
Por un lado, para utilizar bien este instrumento, vamos a suponer que la promesa no es únicamente un pacto unilateral, sino que se nutre en cada periodo. Es decir, el agente 1 va a observar y tomar en cuenta el comportamiento del agente 2 para continuar o no con la promesa. Para ello, se establece un factor de descuento (0<δ<1), encargado de traer a valor presente los “pagos” que una persona puede obtener siendo “fiel” o no al pacto.
Las lindas mates…
Para la parte matemática basta con comparar la sumatoria de los pagos descontados de “seguir la promesa” y los de “romper la promesa en el periodo t”. Si asumimos un pago constante en cada periodo que se decida mantener la promesa, entonces nos quedará una suerte de comparación entre el factor de descuento y número de periodos.
- Beneficios de no romper la promesa dentro de un horizonte de tiempo indeterminado:
- Beneficios de romper la promesa en el periodo t y recibir un castigo k. Como alguna vez escuché por las aulas de microeconomía 2, en medio de la presentación del tema: “Si me traicionas, te juro que no te perdono”.
Donde k>0 o k<0 dependiendo de cómo el castigo de romper su promesa (TU INDIFERENCIA) afectaría su “función de pagos”
En conclusión: Tu amiguit@ te va a defraudar dependiendo de la paciencia que pueda tener y del castigo que puedes infringirle. Toma en cuenta este pequeño modelo cuando, por ejemplo, quedes en ver una serie en Netflix y ambos prometan por la sarita que no adelantarán capítulos. El castigo debe ser el “real castigo”.
Más allá de Teoría de Juegos
Si te quedó un poco corto este modelo bilateral, en el que la promesa se sostiene entre dos personas y aún mueres por entender por qué tu ex no cumplió amarte por sobre todas las cosas cuando tú lo hacías, entonces sigue leyendo. Más allá de los modelos clásicos, hay otros factores que pueden alterar las decisiones de mantener o no una promesa además los “pagos” y la “paciencia”: la reputación y las emociones sociales. En el primer caso, se entiende que algunos individuos tienen preferencia por mantener su palabra (Ellingsen & Johannesson, 2004); en el segundo, (Dufwenberg y Gneezy, 2000) y (Battigalli y Dufwenberg, 2007) pueden explicar el comportamiento de las promesas bajo la teoría de la aversión a la culpa, en la que asumen que existe una disposición básica a experimentar culpa cuando decepcionas la expectativa de los “pagos” que espera la otra persona producto de una “promesa”.
En resumen, hay dos formas de entender por qué se cumplen las promesas, de la forma bilateral como promesa que se sostiene entre dos personas, la cual depende de paciencia y castigo, así como la unilateral de tal forma de que dejes a tu #honor por el suelo, o que dentro de ti aún tengas corazoncito y no quieras defraudar a la persona (aún si los pagos futuros no sean lo máximo para ti). De una y otra forma, esa persona te falló y la economía puede demostrarlo matemáticamente #okno. La próxima, fíjate en las preferencias del individuo a quien le entregas tu cora y tu cuenta de Netflix.
Editado por: Camila Rodríguez
Bibliografía
Ellingsen, T., y M. Johannesson (2004): “Promises, Threats and Fairness,” The Economic Journal, 114, 397–420. [1467]
Dufwenberg, M., y U. Gneezy (2000): “Measuring Beliefs in an Experimental Lost Wallet Game,” Games and Economic Behavior, 30, 163–182. [1467]
Battigalli, P., And M. Dufwenberg (2007): “Guilt in Games,” American Economic Review, Papers and Proceedings, 97, 170–176. [1467]
Vanberg, C. (2008): ‘Why Do People Keep Their Promises? An Experimental Test of Two Explanations’ Econometrica.