En la madrugada de este jueves 6 de febrero falleció Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye”, debido a un cáncer al esófago en etapa terminal. Un final pacífico para una vida marcada por la violencia extrema del narcotráfico colombiano de la era de Pablo Escobar. ¿Qué?,¿no sabes quién es “Popeye” no tienes Netflix? Tranquilo estimado lector chibolo Frepap, ahora mismo te cuento sobre su sanguinaria vida, sus peores crímenes y qué significa que aún hablemos de él.
Popeye
Jhon Velásquez “Popeye” fue nada más y nada menos que la mano derecha del mismísimo Pablo Escobar en la estructura criminal que había creado con base en Medellín. Popeye era el sicario no tu sicaria número uno de Escobar y era el encargado de perpetrar o dirigir los crímenes que “el patrón” mandara. Así, Popeye controlaba a los “pistoleros” leales a Escobar, tranzaba con otras organizaciones criminales y se encargaba de la fuerza armada del cartel de Medellín.
En 1993 fue finalmente arrestado y condenado por la justicia colombiana debido a su participación en diversos crímenes, los cuales te cuento más adelante. Durante este tiempo, Popeye empezó a cantar como pajarito confesar y así reveló la dinámica criminal de cartel de Medellín y detalles sobre algunos de los más macabros magnicidios en la historia de Colombia.
Luego de salir libre en el 2014, Popeye se dedicó activamente a divulgar su testimonio y propagar sus posturas políticas en las redes sociales. En el 2016, abrió una cuenta de YouTube llamada “Popeye Arrepentido”, la cual superó el millón de suscriptores.
Finalmente, en el 2017 volvió a prisión qué sorpresa por cargos de fraude por poner a su nombre propiedades que habían sido adquiridas con dinero ilícito. Ahí pasó sus últimos días, hasta que fue trasladado a un hospital para recibir tratamiento paliativo para el cáncer que padecía y que pronto terminaría con su vida.
A sangre fría
Popeye declaró a la revista colombiana “Semana” que llegó a matar a más de 300 personas por cuenta propia, y organizó el asesinato de más de 3,000 personas (leíste bien, 300 y 3,000). Sus crímenes van desde ajustes de cuentas, “silenciar soplones”, hasta el asesinato de políticos y terrorismo. Como él mismo cuenta, llegó a matar a su propia novia porque se enteraron de que le estaba informando a la DEA. Entonces, Pablo Escobar le dijo “Popeye, vaya, mátela”, y Popeye, devoto al “patrón”, lo hizo. A continuación, te cuento los 3 crímenes más cruentos en los que Popeye participó.
El asesinato de Luis Carlos Galán (18 de agosto de 1989)
Galán era candidato presidencial en ese entonces. Se iba a presentar en Soacha como parte de su campaña y, aunque su equipo de seguridad le recomendó lo contrario, Galán llegó en una camioneta destartalada. Una vez en el lugar, el candidato se subió a un estrado improvisado de madera. Dicho estrado permitió que los sicarios (devotos al “patrón”) se puedan esconder entre tubos que soportaban la estructura. No pasó mucho tiempo cuando los disparos de las ametralladoras interrumpieron el evento, se apagó la luz, y Galán, a pesar de que llevaba un chaleco antibalas, cayó herido. Horas después, la prensa comunicaría su fallecimiento.
El vuelo 203 de Avianca (27 de noviembre de 1989)
Cuando el avión, de unas 65 toneladas, de la empresa Avianca llevaba poco tiempo en el aire, explotó sin previo aviso. Los cuerpos fragmentados de las víctimas, las maletas y partes del avión quedaron esparcidos en un radio de 5 kilómetros. Cuando llegaron los rescatistas no encontraron sobrevivientes: murieron los 6 miembros de la tripulación y los 101 pasajeros. La labor de identificación de los cadáveres no pudo ser más complicada: solamente un cuerpo quedó entero. Esa misma mañana un hombre llamó a Radio Caracol atribuyendo el atentado a “Los Extraditables”, un grupo de “señores de la droga” liderado por Pablo Escobar. El objetivo era asesinar al entonces candidato presidencial César Gaviria, quien no se encontraba en ese vuelo.
La bomba del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Bogotá (6 de diciembre de 1989)
A las 7:33 de la mañana un carro bomba, cargado con media tonelada de dinamita, explotó frente al DAS. El presunto objetivo era el presidente del DAS, Miguel Alfredo Maza Marqués, quien se había comprado el pleito de luchar contra el narcotráfico. Él resultó ileso, pero 63 personas fallecieron y más de 600 quedaron heridas. La explosión fue tal que dejó un cráter de 4 metros de profundidad y 13 metros de diámetro. La onda expansiva alcanzó un radio de 3 kilómetros, arrasando tiendas comerciales, bancos, fiscalías, juzgados (donde mucha evidencia quedó destruida) entre otros establecimientos. Los autores del acto narcoterrorista: el cartel de Medellín.
Fuente: Medellínabrazasuhistoria.com
El asesino redimido
Si bien “Popeye” acabó sus días alejado del hampa y divulgando su experiencia para que los jóvenes no sigan una vida criminal, el legado de violencia que deja nunca será olvidado por los colombianos ni por los otros latinos, quienes hemos vivido historias similares. Toda esta historia deriva a dos reflexiones: ¿25 años de prisión es justicia para el daño irreparable causado por estos criminales inhumanos, devotos a un “patrón” y a quienes no les importa jalar el gatillo? Hablamos de decenas de miles de muertos, miles de viudas, miles de huérfanos y miles de familias destruidas por la droga. Y, ¿cuál sería una penitencia verdaderamente justa?
Edición: María Gracia García
Fuentes:
https://elcomercio.pe/mundo/justicia/murio-popeye-john-jairo-velasquez-vasquez-estos-son-los-tres-sanguinarios-secuaces-del-sicario-de-pablo-escobar-que-siguen-vivos-colombia-cartel-de-medellin-noticia/?ref=ecr
