En las últimas semanas, hemos experimentado un ambiente de tensión debido a los inesperados y desalentadores resultados de la primera vuelta presidencial en las elecciones generales del Perú. La ciudadanía se ha polarizado al tener que elegir entre dos candidatos que llevan bajo el brazo modelos económicos distintos. Un escenario que ni el mismo Hayimi pudo predecir.
Las personas han manifestado sus opiniones en los medios de comunicación, por micrófonos abiertos en programas de televisión o vía redes sociales, por ejemplo. Entre tantos, saltó a la luz el anuncio del hotel para perros “Perrotel”, el cual causó revuelo entre los cibernautas. Este se mantuvo en el trending topic de Twitter durante días y, recibió todo tipo de críticas, y por supuesto, memes. Pero ¿qué decía esa publicación?
Como podemos observar, el título del anuncio dice que, en “Perrotel”, no iban a recibir caninos que fueran parte de una familia comunista. En otras palabras, les negarían la estadía a aquellos canes cuyos dueños estuvieran apoyando al candidato del lápiz en esta segunda vuelta. #QuéCulpaTieneElPerro
¿Cómo sería esto posible? Quizá incorporando un manual para detectar perros comunistas. La dueña de este hotel dejó en claro que la preferencia política de su empresa estaba orientada hacia el partido que representa hoy a la derecha.
A raíz de ello, surgió un nuevo argot político denominado “Perruqueo”, que es, según la Asociación de Correctores de Textos del Perú, una fusión entre las palabras “perro” y “terruqueo”.
Ante el inesperado alcance del post, y las numerosas detracciones al hotel para perros, los cibernautas, en un intento para desacreditar a Camila Lucioni, dueña del hotel, mostraron que es hermana de Guido Lucioni, quien fue relacionista público de Keiko Fujimori, y candidato al Congreso de la República por el partido naranja en las elecciones del 2011.
Ella, defendiendo su anuncio, respondió desde su cuenta personal de Facebook, en donde alude a que, ante la incertidumbre de lo que le depara el futuro del Perú, estaba expresando su opinión. #LibertadVsPerruqueo
¿Eso es posible? Efectivamente, la Constitución reconoce que tenemos derecho a libertad de expresión por el momento. Siendo así, la dueña de “Perrotel” tiene la potestad de manifestar su opinión, pero no desde la cuenta de su empresa.
El post habría pasado desapercibido, como muchos otros, si hubiera sido publicado desde una cuenta personal, donde la señora Lucioni estaría haciendo ejercicio de la libertad opinión, expresión y difusión del pensamiento que el ordenamiento le otorga. Pero, al no ser el caso, y se entiende que el anuncio de la empresa manifiesta una postura específica. Por ello, evidentemente estaríamos ante un acto de discriminación a los consumidores por motivos de una convicción política distinta.
¿Qué nos dice el Código de Protección y Defensa del Consumidor? Pues, en su artículo 38, tipifica que está prohibida la discriminación a los consumidores, por motivos tales como origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole. Por ello, que “Perrotel” anunciara que no iba recibir a perros de familias comunistas, si cabe en el presupuesto que la propia norma prohíbe.
Ante la controversia, Indecopi se manifestó a través de un comunicado en sus redes sociales. La institución, además de rechazar los actos que afectan a los ciudadanos en su condición de consumidores, puso sobre la mesa que el incumplimiento de dichas disposiciones podría ser sancionado hasta por S/. 1 980 000. En la misma línea, el Código Penal establece que los actos de discriminación pueden ser sancionados con pena privativa de la libertad entre dos o tres años, o, en el mejor de los casos, con prestación de servicios a la comunidad de sesenta a ciento veinte jornadas. ¡Agárrate, Perrotel!
Aunque, en este caso, ningún consumidor llegó a verse perjudicado, y por el contrario, este hecho fue tomado con humor, debe resaltarse que si un usuario se ve afectado por un acto de discriminación proveniente de una empresa, este podría acudir ante el Indecopi y presentar una denuncia ante la Comisión de Protección al Consumidor para validar sus derechos.
En suma, las opiniones pueden ser varias, y distintas en formas y colores. Todos estamos de acuerdo con que deseamos lo mejor para el Perú, y claro, pensamos que nuestras ideas y apreciaciones son las correctas. Pero hay que recordar que, si bien tenemos el derecho de poder elegir entre ambas opciones, debemos evitar que esto se convierta en un acto de intolerancia, discriminación y violencia.
Edición: Claudia Barraza