El financiamiento es un factor clave para el éxito de un negocio. Una buena estrategia financiera puede generar grandes beneficios, así como un mal plan puede llevar compañías a la quiebra. Es por esto que surge la necesidad de contar con un modelo que ayude a optimizar el financiamiento conforme una empresa crece y tiene la necesidad de contar con más dinero (capital) para expandir su operación. En este artículo te contaremos sobre un clásico: el Pecking Order Theory (o Teoría de la jerarquía financiera), un modelo de gestión financiera que se ha convertido en el coquito un fundamento de las finanzas corporativas modernas.

¿Qué es el Pecking Order Theory (POT)?

Como siempre, comencemos definiendo. El POT es un modelo popularizado por Stewart Myers y Nicolas Majluf en 1984 que establece, como bien dice su nombre, una jerarquía a la hora de elegir una fuente de financiamiento en un negocio. Esta teoría, junto al Net Income Approach y al Static Trade-off Theory, forman parte de los 3 principios financieros que ayudan a una empresa a elegir una estructura de capital. Si bien cada una juega un rol diferente según la estrategia de la empresa, se ha observado empíricamente que el POT es el más utilizado para definir la estrategia financiera y la estructura de capital.

La estructura de capital es la relación entre la deuda (D) y el capital (E) de un negocio (D/E).
Fuente: Corporate Finance Institute

El orden que plantea esta teoría se muestra de la siguiente manera: primero, a través de las ganancias de la empresa; segundo, a través de deuda; y tercero, a través de la emisión de acciones. Este orden cobra sentido cuando tenemos en cuenta que la información es asimétrica. Es decir, algunos agentes poseen mayor información que otros y esto genera un desequilibrio en el poder de la transacción.

Aterricemos la idea: quienes suelen tener mayor información sobre el negocio son los gerentes. Ellos conocen la empresa desde dentro, por lo tanto, conocen las proyecciones, el performance, los riesgos, etcétera, a diferencia de los agentes externos a la empresa (como los acreedores o inversionistas). Por lo tanto, para compensar esta falta de información (y el riesgo que surge de ella), los agentes externos exigen mayor rentabilidad para financiar un negocio.

Es por ello que el financiamiento interno (a través de las utilidades) es el menos costoso y el más conveniente porque diluye la asimetría de información. En cuanto a las otras dos opciones en la jerarquía, la emisión de deuda es la menos costosa porque, en caso de quiebra, los deudores tienen mayor derecho sobre el reclamo de los activos, por lo que no exigen el rendimiento más elevado. En cambio, los inversionistas que compran acciones, asumen mayor riesgo y exigen un retorno mucho mayor, por tal motivo, este modo de financiamiento termina siendo el más caro.

Fuente: Corporate Finance Institute

La estrategia financiera

Ya vimos la teoría, ahora veamos qué sucede en la vida real. Una vez entendido el porqué de la jerarquía planteada, surgen las siguientes preguntas: ¿por qué las empresas optan por el financiamiento más caro (emitir acciones) y no se limitan a la deuda? Incluso, ¿por qué emitir deuda en primer lugar? Una de las primeras respuestas sería que las empresas, conforme agotan sus opciones de financiación, optan por alternativas más costosas para poder expandirse.

Pero existen más escenarios. Otros modelos financieros, como el de Modigliani & Miller, sostienen que una empresa aumenta su valor al apalancarse, debido a que la deuda genera un escudo fiscal (o sea, la empresa paga menos impuestos) y reduce su WACC (Weitghted Average Cost of Capital). Pero como a mayor deuda, mayor riesgo, existe un nivel óptimo de deuda que la empresa deberá buscar para su operación. No profundizaremos en este modelo por ahora, pero el punto es que la empresa puede elegir emitir deuda sin terminar de usar sus propios recursos (según cual sea su estrategia) y no seguir necesariamente el POT.

Además, los gerentes pueden elegir una alternativa de financiación según las señales que estas emiten al mercado. ¿Cómo así? Resulta que, dependiendo del tipo de financiamiento que elija una empresa, los agentes externos pueden plantear una hipótesis sobre el estado del negocio. Por ejemplo, si una compañía emite deuda, esto puede ser interpretado como que los gerentes tienen confianza en la rentabilidad de su negocio. Por otro lado, si la empresa vende acciones, esto puede ser interpretado como que los agentes internos saben que sus acciones están sobrevaloradas y prefieren venderlas.

Fuente: Gestión.pe

En conclusión, el Pecking Order Theory funciona como un sistema eficiente de elección de fuentes de deuda, y la evidencia empírica sustenta su uso. Sin embargo, existen otros factores que pueden alterar el orden propuesto, como la meta de endeudamiento o las señales que la gerencia pretenda dar al mercado. Espero que este artículo te haya servido para entender cómo funciona esta teoría y ya no te quedes jato puedas participar más en tus clases de finanzas.

Edición : María Fernanda Tumbalobos