Estimado lector, como buen #VAlover, seguro de que ya leíste el artículo sobre el nuevo juego de moda: Fall Guys. Probablemente, ya te enviciaste y has llegado a las siguientes conclusiones: odias las frutas, tu personaje es súper torpe porque siempre se está cayendo y, dependiendo del día, los molinos pueden ser tus amigos o enemigos. Asimismo, quizás has notado que lo que demanda más paciencia dentro del juego es el Balance final, ya que tienes dos opciones: esperas a que se nivele y pasas tranquilo o sucumbes ante la emoción y las pasas tirándote entre las fichas. Curiosamente, este minijuego puede explicar la conducta económica que genera miedo al retiro masivo del fondo de las AFP.
Si ya has jugado este juego, sabrás que, para ganar en Balance final, los jugadores deben pasar sobre fichas de dominó que se inclinan al lado de mayor peso. Lo bonito y estresante de esto es que el balance depende de los otros: si hay muchos personajes en un lado, la ficha se inclina y todos caen. Se podría decir, además, que hay dos tipos de jugadores: los que esperan y los que no. También, hay un tercer tipo de jugador, que son los que fastidian y hacen de todo para perjudicar a los demás, pero los omitiremos en este análisis. Como hay un número limitado de vacantes para clasificar a la siguiente ronda, los jugadores tienen una “batalla” contra el tiempo. Precisamente, esto último es lo que genera, en algunos, una conducta sesgada.
Por ejemplo, son treinta jugadores, de los cuales veinte de ellos se encuentran al lado derecho. Claramente, la ficha se inclinará para esa dirección por el peso. Lo óptimo sería esperar a que todos se caigan, la ficha se nivele y sea posible cruzar sin morir en el intento; sin embargo, hay jugadores que optan por unirse a los otros veinte y saltan. Si optan por esa decisión y se encuentran enfocados en pasar a la siguiente ronda, presentarán una alta tasa de impaciencia y un factor de descuento cercano a cero. Aunque no parezca, la intranquilidad son factores determinantes en nuestras acciones.
Según Daniel Kahneman, autor del libro Thinking Fast and Slow, el cerebro tiene dos sistemas: el impulsivo y el racional o lógico. El primer sistema esconde los miedos, ilusiones y otros sesgos que nos hacen tomar la mayoría de decisiones. El segundo se encarga de analizar la información. En el caso de los jugadores con una alta tasa de impaciencia, esta tasa “nubla” el segundo sistema #CerebroModeOff. Los jugadores con esta característica son más impulsivos, ya que tienen miedo a no clasificar. Por ello, saltan pese a las altas probabilidades de morir, e ignoran la opción de esperar y cruzar con más seguridad. Su factor de descuento sería casi cero porque les da más utilidad saltar que esperar. Por otro lado, a pesar de que los jugadores pacientes tengan, también, miedo a no clasificar, tienden a esperar un poco más a que se nivele la ficha. Ellos, asimismo, valoran más los saltos seguros y la utilidad de estos últimos.
Entonces, ¿qué sucede con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y el retiro de fondos? Primero, hay que recordar que estas instituciones financieras (con muchas oportunidades de mejora como sistema) nacen como una alternativa de ahorro obligatorio para las pensiones de jubilación. ¿Alguna vez viste la bóveda gigante del tío rico MacPato? Ya, eso no existe. El dinero recaudado se encuentra invertido en diferentes activos, como bonos, acciones, derivados, etc. Segundo, la complicada situación actual económica ha afectado a muchas personas. Por ello, se autorizó la liberación de un porcentaje de los fondos, para que, de una u otra forma, pueda ayudar a los perjudicados.
Sin embargo, ante la incertidumbre ocasionada por la baja rentabilidad del sistema y la coyuntura misma, muchas personas sienten miedo de perder todo el dinero de sus AFP y han optado, antes de tiempo, por también retirar su dinero. Como ya se mencionó, la bóveda gigante no existe, y, para entregar dinero, las AFP deben “salir al mercado” y vender los activos que tienen. Ante una gran demanda por fondos, debe existir una gran cantidad de activos que deben ser vendidos y, ante una mayor oferta, el precio caerá. En otras palabras, los activos financieros valdrán menos y se deberá vender más para recaudar el dinero demandado por las personas.
Ahora, ¿cuál es el nexo entre los jugadores impacientes de Balance final y el retiro masivo de fondos? Si bien es cierto que, en el retiro de fondos, no se busca clasificar a la siguiente ronda, ambos comparten una característica en particular: la impaciencia. La ficha de dominó sería la acción de retirar los fondos. Ante la coyuntura, los perjudicados optarán por el retiro y ello generará mayor peso en un lado de la ficha. El retiro masivo de los fondos provocará que el desbalance sea mayor. Estas personas tendrían un factor de descuento pequeño, y preferirían retirar ahora dado los estragos del contexto actual. Ese lado de la pieza terminará provocando una caída en los precios de los activos; en otras palabras, perjudicaría en mayor magnitud a los demás. Como resultado, los impacientes pierden y deberán comenzar otra vez.
Cabe recalcar que el mundo real es mucho más complicado que Fall Guys. No hay vidas ilimitadas, ni preciadas coronas, ni frutas cayendo del cielo. Sin embargo, las decisiones económicas deben ser analizadas con detenimiento porque siempre habrá un trade-off. En Fall Guys, este se encuentra en esperar y cruzar tranquilo, mientras que, en los fondos de pensiones, está en esperar y retirar. Finalmente, cada uno es dueño de sus decisiones.
Edición: Claudia Barraza
Fuentes:
Kahneman, D., 2013. Thinking, Fast and Slow. New York: Farrar, starus and Giroux.