Al igual que en Phineas y Ferb, nuestro australiano mamifero, semiacuatico, sudaleche favorito ha estado desapareciendo bajo nuestras narices. Los ornitorrincos son un caso de una especie tan presente en la cultura popular que las personas tienden a dar por sentado que también abundan en el mundo real. Lamentablemente no es así.
Tahneal Hawke, investigadora del Instituto para la Conservación de Ornitorrincos, formó parte de un estudio que concluyó que el número de ornitorrincos ha estado decayendo aceleradamente. Para llegar a esta conclusión analizaron datos de 258 años de historia documentada ornitorrinquense. Sus resultados demostraron que el 58.6% de las zonas donde históricamente se podía encontrar este especie, ahora es imposible.
Las principales causas son la caza indiscriminada por su piel, la destrucción de hábitats y la expansión de ciudades. Además, se ha detectado que muchos ornitorrincos mueren al verse atrapados en redes de pesca de crustáceos y peces, así como también al consumir basura plástica. Todo esto ha ocasionado que el ornitorrinco pase de ser una especie “Casi amenazada” a ser una especie “En peligro” (aunque sólo a nivel nacional en Australia). A pesar de esto, aún no se están aplicando leyes que faciliten su conservación.
¿Cómo es que recién nos damos cuenta de esto? El hecho de que tuvieron que pasar 13 días de fuego amazónico nos demostró el bajo interés que puede tener la sociedad hacia la conservación. Los ornitorrincos son animales nocturnos que huyen de los humanos, lo cual dificulta su conteo y ocasiona que el no verlos no nos resulte raro. Añadiendo a esto, los ornitorrincos son considerados tan comunes que nadie se preocupó por monitorearlos y la población general olvidó cuántos solían existir por lo que consideraron su actual número y la frecuencia de avistamientos como algo normal.
Considerando el bajo número de individuos, los investigadores temen que la especie entre en un vórtice de extinción. Cuando una especie tiene un número muy reducido de individuos experimenta una serie de procesos que se ven potenciados el uno por el otro hasta que la especie inevitablemente se extingue. Esto podría ser acelerado por el calentamiento global. La piel de los ornitorrincos es tan gruesa e impermeable que prácticamente impide que pierdan calor. Si bien esta característica les permite sobrevivir en ríos a 0°C, el constante aumento de temperatura en Australia ocasionaría que muchos espacios se vuelvan inhabitables para ellos. Se estima que para el 2070 se perderá otro 30% de la población sólo por causa del cambio climático.
No es tarde para salvar a esta especie emblemática de Australia. Es necesario que se realicen más proyectos de monitoreo y se pueda marcar a los individuos para realizar un seguimiento. Esta información también debería servir como un llamado de atención a las autoridades de otros países, pues más especies pueden estar sufriendo la misma suerte del ornitorrinco.
Edición: Daniela Cáceres