Oficialmente el verano está arribando a Lima. Las ganas de querer disfrutar únicamente del sol están al máximo; sin embargo, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) cabe la gran posibilidad de que nuestras ganas de disfrutar del gringo sean opacadas por algunos días lluviosos, clásica manifestación del Fenómeno El Niño. Es muy probable que este año no nos libremos del niño (75-80% de probabilidad de ocurrencia), mas el lado “positivo” de esta noticia es que en caso de presentarse no actuaría con la ferocidad del 2017 (podemos seguir respirando).
A todo esto, ¿qué es El Niño?
- El fenómeno El Niño es un calentamiento de la superficie de las aguas del Pacífico que afecta principalmente el Sureste Asiático, Australia y Sudamérica. Este se caracteriza por el ingreso de una masa superficial de aguas cálidas en el mar, desde el norte en el caso de Perú. (RPP)
- Este fenómeno se manifiesta a través de diversos cambios climáticos anómalos, como la presencia de aguas cálidas a lo largo de la costa (adiós a la variedad de peces para el ceviche) y la presencia de lluvias que pueden provocar inundaciones y dañar diversas cosechas, como las de los limones (otro golpe duro para el ceviche).
Throwback al 2017
Comenzamos el año 2017 con un duro golpe. Evidentemente nuestro país no se encontraba preparado para enfrentar este tipo de catástrofe (lamentablemente hasta el momento no lo está). El resultado de esta catástrofe fue: 500 personas heridas, 162 personas fallecidas, 285 955 viviendas damnificadas, 1 559 487 viviendas afectadas. A esto falta sumarle las carreteras inhabilitadas, el colapso de centros de salud, centros educativos, el desabastecimiento de alimentos básicos y la escasez de agua. De alguna u otra manera todos nos vimos afectados.
Si bien este fue un momento sumamente crítico para nuestro país, unidos pudimos hacerlo mucho más llevadero. Casos como el del buzo Rafael Bullón y el general Carlos Escudero nos inflaron el pecho de orgullo, Evangelina Chamorro nos demostró la valentía que cada uno posee, y de por sí cada granito de arena que aportó cada peruano nos devolvió la esperanza.
El Niño nos unió; no obstante, no debemos esperar a que se repita la ocasión para demostrar lo que somos capaces de hacer por los demás.
¡No seamos sordos!
A través del boletín “El Niño/La Niña hoy”, la OMM dio a conocer que las probabilidades de enfrentar el inminente fenómeno costero oscila entre 75-80%. La intensidad con la cual impactará en nuestro país no será la del 2017; sin embargo, esta presentará una agresividad mayor a la usual. Según este informe, la temperatura del mar en la parte central y oriental del Pacífico tropical presentará un aumento mínimo de 1.5 grados Celsius por encima de lo normal.
Asimismo, la comisión multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno “El Niño” (ENFEN) cuya existencia probablemente no conocías en su último comunicado ratificó el estado de sistema de alerta: vigilancia del niño ante las anomalías de las temperaturas del aire registradas durante el pasado mes de noviembre. Estiman que El Niño en el Pacífico Oriental, específicamente en la costa norte del Perú, alcance una probabilidad de 67 % de ocurrencia, y que las lluvias que se presenten no sean atípicas, como las contempladas durante el 2017.
El ENFEN se mantiene expectante tanto como tú a sus mensajes ante el arribo de dos ondas Kelvin cálidas en el Pacífico ecuatorial oriental, ya que las corrientes cálidas que estas atraerían ayudarían a controlar tanto las anomalías en la temperatura y el nivel del mar en la costa norte.
Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?
La respuesta es sumamente sencilla: nosotros. La experiencia adquirida durante lo ocurrido en el 2017 marcó un hito para todos aquellos que nunca habíamos enfrentado una situación como esta. Como lo mencioné en las primeras líneas, todos nos vemos afectado directa o indirectamente ante este tipo de catástrofes.
Para el sector agrario, el cual suele ser uno de los más perjudicados, el gerente de agronomía de Yara Perú, Leandro Stella, recomienda prestar atención a todas aquellas alertas climatológicas y nutrir de manera eficaz los sembríos para que tengan un mayor tiempo de conservación. Por otro lado, una manera óptima para evitar muertes, heridos y daños materiales sería a través de un muy buen plan de reubicación de aquellas personas que por diversos motivos deciden habitar en zonas de alto riesgo. No obstante, esto último no es muy probable que se dé en estos momentos (recordemos la promesa de muchos políticos en las contiendas electorales a muchas de estas personas: “Les otorgaré títulos de propiedad.”)
Hoy por hoy estamos más que advertidos; si bien no hay muchas probabilidades de enfrentarnos a un gran Niño, no debemos bajar la guardia. Queda en manos de las autoridades y también en las nuestras no cometer los mismos errores y así evitar una tragedia de gran magnitud.