Probablemente, se te hizo complicado leer el título (hasta a mí). ¡Sin embargo, tengo la solución! Quédate en este interesante artículo para poder descifrar esta palabra y enterarte de la actualidad de la materia. Pues, haremos una revisión de las recientes investigaciones significativas para el campo de la psicología y la neurociencia. De esta manera, podrás enterarte de la capacidad de nuestro cerebro para renovarse: neuroplasticidad y la relación de los diversos sistemas en nuestro cuerpo con el desarrollo de las psicopatologías: psiconeuroendocrinología.
Durante muchos años se creía que el cerebro era una estructura inmutable y estática. Sin embargo, en los años ochenta gracias al avance tecnológico y el desarrollo de las nuevas técnicas de neuroimagen, las neurociencias fueron un campo cada vez más desarrollado. Las neurociencias cognitivas, al estar formadas por dos disciplinas: psicología cognitiva y neurociencias, fusionan diferentes puntos de vista y técnicas para entender al cerebro como un sistema complejo y su funcionamiento. En la actualidad gracias a esta disciplina científica se han podido resolver diferentes incógnitas relacionadas al funcionamiento del cerebro humano y su incidencia en las conductas. Por ejemplo, en el 2007 Berislav y Zlokovic investigaron el papel de las glándulas gliales en la actividad neuronal, la plasticidad sináptica y la función cerebral. Afirmando que la interacción entre neuronas es esencial para entender las enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Por otro lado, la neurocientífica Mary Hatten en su publicación “Building and Repairing the Brain: From Development to Disease” planteo una visión general del desarrollo cerebral en la etapa prenatal y como las anomalías en el desarrollo pueden estar relacionadas con trastornos neurológicos (2023).
Fuente: https://neurocognicionyaprendizaje.blogspot.com/2013/01/el-cerebro.html
Actualmente el un reto para las neurociencias cognitivas se basa principalmente en la complejidad del ser humano. Los homos sapiens sapiens al poseer sistemas entrelazados, resultan todo un enigma para las diversas disciplinas al momento de ser investigados y descifrarlos a ciencia cierta. Se llevaron a cabo estudios sobre la neuroplasticidad y cómo ésta ayudaba a la adaptación en las diferentes etapas de desarrollo del ser humano y se dieron paso a terapias basadas en neurociencia, presentando mejores resultados en pacientes con trastornos neurológicos y psiquiátricos. Al afirmar que el cerebro es plástico, postula que es una estructura que puede recuperar ciertas funciones en caso de daño cerebral. Es decir, la habilidad del cerebro para re organizar las funciones que realiza y ayudar a la supervivencia del individuo.
Gracias al desarrollo de diversas observaciones, se pudo dar pase a la psiconeuroendocrinoinmunología. La palabra abarca la interacción del sistema endocrino, nervioso e inmune y gracias a esta, se ha podido explicar la relación entre las enfermedades físicas y cambios psicológicos. Es decir, en la actualidad es aceptado afirmar que los cambios psicológicos y de comportamiento están relacionados a las citoquinas (pequeñas proteínas) producidas por la activación de células del sistema inmune por infecciones, entre otras afecciones.
Por ejemplo, en el caso de la depresión, desde hace más de 20 años se lleva investigando sobre este trastorno. Se cree que tiene base ambiental y genética. Gracias a diversos estudios, se pudo ver la interacción del sistema inmune, endocrino y nervioso. A su vez, estudios epidemiológicos demostraron que la depresión es un desorden hereditario. Todo parte del gen de la serotonina (neurotransmisor relacionado al estado de ánimo), existen dos versiones del alelo: short (S) y long (L). Frente a situaciones de estrés, las personas que poseen la combinación S|L y S|S son más propensas a desarrollar depresión (Cassano y Argibay, 2010). He aquí una combinación de genética y ambiente que demuestra que, para la aparición de este trastorno, es necesaria más de una variable. He aquí, donde podemos dar cuenta la participación de la genética y los distintos sistemas que entran en juego cuando en el cuerpo se produce una alteración.
En síntesis, hoy en día el desafío de la complejidad innata de la relación anatómica-fisiológica y de mente-cuerpo de cada individuo, persiste para la rama de la psicología e investigadores de la materia. Un mayor entendimiento y estudio de los procesos mencionados significaría mejores tratamientos para las diversas afecciones que enfrentamos como sociedad. Es por ello, que es importante reconocer que no estamos solos si padecemos algún trastorno, y, sobre todo, entender que no es nuestra culpa; pues como se revisó a lo largo del artículo, hay una serie de factores que pueden desencadenar alteraciones en nuestro organismo. Futuras investigaciones y avances tecnológicos supondrán un avance significativo para entender nuestro funcionamiento de manera más eficiente.
Bibliografía:
Cassano, Paola, & Argibay, Pablo. (2010). Depresión y neuroplasticidad: Interacción de los sistemas nervioso, endocrino e inmune. Medicina (Buenos Aires), 70(2), 185-193. Recuperado de: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0025-76802010000200015&lng=es&tlng=es.
Deane R, Zlokovic BV. Role of the blood-brain barrier in the pathogenesis of Alzheimer’s disease. Curr Alzheimer Res. 2007 Apr;4(2):191-7. doi: 10.2174/156720507780362245. PMID: 17430246. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17430246/
Mary E. hatten. (2023, octubre 9). Our Scientists. https://www.rockefeller.edu/our-scientists/heads-of-laboratories/1180-mary-e-hatten/
Redacción: Ariana Recharte