Tú que ya tiraste la toalla, recógela que aún no es tarde para ser quien deseas ser.
Hace unas semanas, 3 precisamente, nos encontrábamos listos y listas para empezar una nueva vida (o al menos eso queríamos). Dejando el 2017 atrás podíamos replantearnos nuestras metas y esta vez cumplirlas #síclarocómono.
Personalmente, soy fan de tomarme un tiempo los últimos días del año para hacer un recuento de lo que he logrado (y lo que no), y plantearme metas para el que se acerca. Lo escribo en mi agenda o celular y dibujo en mi pizarra lo que busco, pensando que si lo tengo a la vista lo lograré. Sin embargo, pasan las semanas y mientras se despide mi motivación, viene a visitarme la flojera #miamigafiel. Ahondando en por qué me sucedía esto (SPOILER ALERT: de esto no va el artículo) encontré confort en un estudio de la Universidad de Scranton (Pearson, 2018) que estimaba que un 80% de las resoluciones de año nuevo fallaban para la segunda semana de febrero y que tan solo un 8% de las personas lograban las metas propuestas. Específicamente, en primer lugar del ranking estadounidense, se encontraba la pérdida de peso y alimentación más saludable, las cuales yo deseaba cumplir. Sentí que no solo había más personas con quienes compartir mi frustración, sino que era importante buscar información que nos ayude a revertir esta situación (de esto sí va).
Leyendo encontré que el tener expectativas positivas de la tarea, como por ejemplo hacer ejercicio o seguir una dieta, aumentan la posibilidad de realizar y completar esta misma. Claro, eso funciona los primeros días, cuando te emociona iniciar un nuevo reto. No obstante, con el pasar de los días, este se vuelve más tedioso y parece tentador volver a nuestros antiguos hábitos – además de que Lima Delivery la aplicación móvil de delivery de comidas te sigue mandando correos para que te pidas esa pizza o esa promoción de makis. ¿Cómo hacemos entonces para mantener esa motivación que nos impulse a realizar la tarea?
Ahí entra en juego un sistema básico de recompensas; el cumplimiento de metas (la recompensa) está asociado con un mayor bienestar subjetivo (a.k.a. “felicidad”). Por ello, investigadores estudiaron y propusieron que establecer pequeños objetivos que sean rápidamente logrados contribuiría a un mayor sentimiento de bienestar y menores afectos negativos hacia la tarea, lo que mantendría la motivación para realizarla (Steca, Monzani, Greco, D’Addario, Cappelletti & Pancani, 2015). Aplicado a nuestras resoluciones de salud, ello implicaría que en vez de proponerte estar en la siguiente pasarela de Victoria Secret #not, busques lograr correr 5 minutos más cada semana, cargar una pesita más grande en el gimnasio o comer un poco menos de arroz cada día. Al registrar los logros, terminaremos por formarnos una imagen positiva del propósito, lo que mantendrá nuestras expectativas para realizarlo cuando estas recompensas sean menos tangibles.
Por otro lado, rodearnos de personas que nos apoyen también ha sido estudiado como algo beneficioso en el camino hacia cumplir nuestras metas. Particular a la búsqueda de una mejor salud, tener una pareja o compañero que te acompañe no solo predice el ejercicio propio, sino que también está asociado a una mejor performance en esta tarea (Darlow & Xu, 2011). Por lo tanto, conseguir a un amigo o amiga o convencer a tu flaco/flaca de ir al gimnasio o hacer dieta juntos te ayudará a ti y a él/ella a mantenerse entusiasmados. Sin embargo, es importante que no solo sea el otro quien te anime y que tú también encuentres un incentivo interno. En diversos estudios, cuando la motivación interna no está presente, los participantes percibieron a su compañero/a como una persona controladora más que como un apoyo, reportando menos conductas saludables de alimentación y ejercicio (Ntoumanis & Thogersen-Ntoumani, 2014).
Con estos dos “tips” no les aseguro ni me aseguro lograr nada, sino tener una pequeña ventaja para conseguir lo que queremos. Y permitámonos también fallar y empezar de nuevo. Y así como los romanos nombraron el mes de enero en honor a Janus, el dios que mira al pasado y al futuro con sus dos caras opuestas, evaluemos nosotros también lo que hemos logrado hasta ahora sin despreciarlo y usándolo como aprendizaje para lo que viene.
Bibliografía consultada:
Darlow, S. & Xu, X. (2011). The influence of close others’ exercise habits and perceived social support on exercise. Psychology of Sport and Exercise, 12(5), 575-578.
New Years resolution statistics. Statistic Brain. Recuperado de: http://www.statisticbrain.com/new-years-resolution-statistics/.
Ntoumanis, N. & Thøgersen-Ntoumani, C. (2014., Autonomy support and control in weight management: What important others do and say matters. Br J Health Psychol, 19 (1) 540–552. doi:10.1111/bjhp.12054
Pearson, T. (2018). It’s a New Year: What Will You Make of It? Sage Journals, 6(1), 8-10. doi: 10.1177/2325160317744180
Steca, P., Monzani, D., Greco, A., D’Addario, M., Cappelletti, E., & Pancani, L. (2016). The effects of short-term personal goals on subjective well-being. Journal of Happiness Studies, 17(4), 1435-1450. doi:10.1007/s10902-015-9651-7