Una problemática que persiste aún en nuestra sociedad, y al parecer se ha instalado para no irse, es el trabajo infantil. El escenario de un niño trabajando, se puede ver diariamente. Sin embargo, no deberíamos acostumbrarnos a ello, pues “la forma en que tratamos a los niños está íntimamente relacionada con el futuro de un país” (El Peruano) y más aún, de uno como nuestro país. Tomando en cuenta ello, existe una cantidad considerable de normas que tratan de combatir y erradicar este problema, pero entonces ¿qué falta por hacer? ¿Por qué sigue existiendo el trabajo infantil?
Para empezar, el trabajo infantil hace referencia a aquellas actividades laborales que impiden a los niños de gozar debidamente de la etapa de su niñez. Estos dificultan el cuidado de su salud, seguridad e interfieren, significativamente, en su educación. De esta manera, se pone en riesgo el desarrollo adecuado tanto físico como psicológico de los niños.
Fuente: El Peruano
En nuestro país existen normas de protección especial para los niños, que conforman entre otros, el grupo más vulnerable de nuestra sociedad como son: la Constitución, el Código de Niños y Adolescentes, el Código Civil y otras normas internacionales más, las cuales protegen al niño que se ve en la necesidad u obligación de trabajar, (¿así como prohíben el trabajo infantil?). Cabe señalar que, en el transcurso de los años, se han implementado distintas normas destinadas a prevenir y contrarrestar el trabajo infantil y adolescente.
No obstante, la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), afirma que la probabilidad de trabajo por parte de niños y adolescentes en los diferentes sectores sigue siendo un problema a la vista. Esto se pudo evidenciar en la encuesta realizada en el año 2019 que mostró que el 18,9 por ciento de los niños de entre 5 y 13 años realizaban trabajo infantil, y que el 9,1 por ciento de los adolescentes de entre 14 y 17 años realizaban trabajo peligroso. Asimismo, a partir del año 2020 se ha visto que la pandemia del Covid-19, ha afectado enormemente las economías familiares -y nosotros no somos ajeno a ello-, lo cual ha elevado el porcentaje de trabajo infantil en el Perú.
A partir de dicha coyuntura, se han captado muchos niños trabajando en las calles, en el transporte público, entre otros espacios y en horarios no aptos para su adecuado desarrollo físico y psicológico, lo cual es contrario a la finalidad dispuesta por las normas y a la protección de sus derechos. Más aún cuando se encuentran en una etapa donde no deberían encargarse de responsabilidades que no les concierne a ellos, sino a sus cuidadores, al Estado e incluso a la sociedad.
Fuente: COMEXPERÚ
En base a ello, se puede decir que, el trabajo infantil se produce por variadas causas. Por ejemplo: uno de los problemas que tienen, quienes deberían cuidar a los infantes, son la falta de oportunidades laborales para los padres o en otros casos, existe un abuso de poder de los padres por encima de sus hijos, quienes son obligados a realizar trabajos. Sea una u otra causa, a los niños se les impide incluso recibir una educación mínima, lo cual indudablemente, afectará su futuro y por más que existan normas para prevenir el trabajo infantil, no es suficiente para contrarrestar dicha problemática.
Al respecto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha presentado diversas estadísticas mundiales en las que se puede apreciar que el trabajo infantil afectaba a más de un tercio de los niños y adolescentes, quienes no se encontraban escolarizados. También se dio a conocer que el sector agrícola concentraba la mayor parte del trabajo infantil. Esto no es ajeno a lo que puede apreciarse en nuestro país, puesto que tenemos diversas regiones con áreas rurales, donde la presencia y fiscalización de las entidades en el ámbito laboral del Estado son escasas, por no decir, nulas. Hoy en día, lo más probable es que las estadísticas se hayan incrementado.
Fuente: OIT
Ahora bien, después de haber visto las estadísticas presentadas, caemos en cuenta que el trabajo infantil parece ser un problema de nunca acabar. No obstante, como previamente se mencionó, los padres, el Estado y la sociedad, deben tomar acción para cumplir con las normas en esta materia, y así contribuir para dar fin al trabajo infantil. Aunque esto seguramente, no sucederá muy pronto.
El Estado mediante la SUNAFIL debería fomentar el empleo, fiscalizar e imponer sanciones a aquellos empleadores que contratan a menores para trabajar sin autorización #SUNAFILalAtaque. Asimismo, el Estado debería buscar la prevención del trabajo infantil, sensibilizar a la población e incentivarlos a denunciar estos casos en las herramientas virtuales que se han implementado (Ejem.: SOS Alerta contra el Trabajo Infantil y el Trabajo Forzoso), pues este problema es de carácter social, ya que las acciones de nuestra sociedad en conjunto influyen en este problema.
Fuente: Gestión
Finalmente, el trabajo infantil es un problema persistente en el Perú. Por ello, se han mostrado algunas medidas que tú lector, como parte integrante de la sociedad podrías tomar en cuenta para contribuir en la erradicación de este problema. Aunque coméntanos, ¿qué otras medidas se podrían tomar?
Edición: Krissé Suazo