Muchos pueden discutir si son #TeamMarvel o #TeamDCComics, pero si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo, es en que pertenecemos al #TeamDisney4Life.
Si bien la última película de Disney, Encanto, ha sido una sensación; no se compara con el cariño con el cual grandes y chicos recuerdan las clásicas de Disney, como Winnie the Pooh, las princesas de cuento, Bambi, y más; sin embargo, la emblemática ‘casa del ratón’ ha sufrido un golpe bajo, ya que, desde inicio de este año, la obra de A.A. Milne ha entrado en dominio público al haberse liberado de las restricciones de propiedad intelectual.
¿No entiendes ni papa? Tranquilo, que te lo explicamos a continuación.
Para poder explicar de manera adecuada este acontecimiento que puede confundir desde a los Baby Boomers hasta a los GenZ, debemos definir brevemente el tema principal. ¿Qué son los derechos de autor? Pues son aquellos que protegen las obras creadas por los seres humanos y pueden ser aplicables para el arte, la música, los inventos, y claro, las obras literarias.
Aterricemos esta idea. En el Perú, las obras están protegidas durante el lapso de vida del autor más 70 años después de su muerte, conforme al Artículo 52 de la Ley sobre el Derecho de Autor. Es decir, transcurrido dicho plazo, la creación ya formará parte del dominio público y el autor pierde los derechos patrimoniales, es decir, las regalías; pero mantiene los derechos morales, los cuales protegen de manera permanente el vínculo entre el autor y su obra creada.
Ahora, ¿qué pasa con el osito más querido por todos? (sin ofender, Osito Lima). Pues, en Estados Unidos se ha armado una gran polémica al iniciar el año ni el omicron causó tanto impacto en la tierra del Tío Sam, puesto que la primera obra del entrañable amigo de Christopher Robin fue publicada en 1926 y, considerando que la legislación estadounidense protege únicamente la propiedad intelectual 95 años desde la publicación o 120 años desde la creación, lo que termine primero, la obra ha pasado a ser de dominio público.
Entonces, ¿los peluches que encontramos en cada esquina de los tiernos personajes de esta obra o los discos de las películas dejan de ser piratas? Aguanta tu coche, esto no es así.
Como se puede apreciar en la imagen superior, hay mucha diferencia en cómo recordamos al osito Winnie y cómo fue ilustrado en la obra del 1926. Por lo cual, como ya lo puede suponer, querido lector, el que está en dominio público desde este año es el ilustrado en el año 1926, por lo que no se puede lucrar con la entrañable imagen que todos tienen de Winnie Pooh.
Los derechos de autor aún protegen la imagen de Winnie Pooh con el polo rojo y las animaciones originales de Disney, ya que la versión creada por ellos luego de comprar los derechos de autor de la obra fue recién desarrollada en 1966, de modo que es a partir de ese año que empieza a correr el plazo para el team de Christopher Robin.
Para evitar futuros problemas, se debe aclarar que dentro del dominio público se encuentra únicamente el primer libro de los cuatro que escribió A.A. Milne, lo que deja dentro de la exclusividad de Disney al Tigger, ya que este animado personaje apareció recién en el tercer libro publicado en 1928, aún falta un par de años para que brinque libremente de tienda en tienda.
Ahora sí, queda claro que cualquier trabajo que sea inspirado en el contenido de la obra de 1926 podrá ser utilizado sin previa autorización. Lo cual no deja fuera de las posibilidades la existencia de una secuela de Gotzila vs Kong, en la cual unan fuerzas para luchar contra un enorme oso amarillo adicto a la miel o incluso un Winnie the Pooh (Taylor’s Version).
Si no tienes fe en los choclos de Josie, puedes emprender y vender copias del primer libro de Winnie The Pooh. ¡Ánimo! No limitamos tu espíritu emprendedor.
Editado por: Isabella Solimano