El enfoque social de las neurociencias surge como una respuesta imprescindible para comprender el papel crucial que desempeñan las interacciones y relaciones sociales en la vida humana. Pues son esenciales tanto para el desarrollo de las personas como para su bienestar y conocimiento. Además, la neurociencia social se propone desentrañar la influencia de las estructuras anatómicas cerebrales en las relaciones interpersonales.

Esta disciplina se sumerge en los mecanismos neuronales que se activan en respuesta a la presencia o la percepción de otros, ya sean reales o imaginarios, afectando nuestras emociones, acciones y pensamientos (Ward, 2017). Esta perspectiva Tiene sus raíces en la convergencia entre el enfoque cognitivo y social de la psicología, buscando una comprensión más completa del ser humano a través de sus interacciones sociales.

Como antecedente relevante, se puede mencionar la mirada cognitivo de la psicología y su esfuerzo por entrelazarse con la perspectiva social. Desde sus inicios hasta hoy, la ciencia social ha enfrentado el desafío constante de interpretar los complejos mecanismos neuronales que subyacen a las interacciones sociales. Schillbach (2013) utiliza la metáfora de la “materia oscura” para ilustrar los procesos subyacentes que se generan durante las interacciones, resaltando la dificultad y la importancia de descifrar estos fenómenos.

Un ejemplo concreto que apunta hacia la unificación en las neurociencias sociales es el concepto de “neuronas espejo” propuesto por Ramachandran (2000). Estas neuronas ofrecen un enfoque unificador que, según él, puede hacer por la psicología social lo que el ADN hizo por la biología. Es decir, desarrollar una teoría sólida la cual facilite el desarrollo de su estudio en un futuro. Este concepto abre la puerta a la esperanza de consolidar estudios diversos bajo una perspectiva común, permitiendo el desarrollo de investigaciones a la luz de este postulado.

¿Escuchaste hablar del cerebro social alguna vez?

Podemos afirmar que existen distintos mecanismos neurales implicados en la cognición social y el comportamiento social. Diversos autores mantienen una discusión constante sobre si estos mecanismos son particulares para las habilidades sociales o son utilizados para actividades cognitivas más complejas, tales como la cognición. Por un lado, se afirma la existencia de módulos específicos, los cuales realizan cálculos y/o acciones específicas procesando la información en un solo tipo de entrada. Por ejemplo, la capacidad de reconocer rostros o la aptitud encargada del aprendizaje de habilidades lingüísticas. Por otro lado, el enfoque alternativo sostiene que el cerebro social no está exclusivamente involucrado en el comportamiento social. Es decir, juega un rol en la detección de amenazas, percepción visual y razonamiento. Asimismo, se afirma que los mecanismos involucrados en el cerebro social, fueron evolucionando para adaptarse a entornos sociales más complejos (Tremblay, Tuerk, Jackson & Beauchamp, 2023). Barret y Satpute (2013) consideran que hay tres formas mediante las cuales se puede entender el cerebro social. El primer escenario es de simple dominio, donde las regiones del cerebro están especializadas para procesar tipos particulares de información social. En las cuales, se mezcla el control cognitivo con la percepción. En el segundo y tercer escenario, se habla de redes neuronales, en el cual, el nivel dos es altamente especializado mientras que el tercero, las regiones cerebrales y las redes neuronales se especializan en funciones sociales y no sociales.

Barret y Satpute (2013) consideran que hay tres formas mediante las cuales se puede entender el cerebro social. El primer escenario es de simple dominio, donde las regiones del cerebro están especializadas para procesar tipos particulares de información social. En las cuales, se mezcla el control cognitivo con la percepción. En el segundo y tercer escenario, se habla de redes neuronales, en el cual, el nivel dos es altamente especializado mientras que el tercero, las regiones cerebrales y las redes neuronales se especializan en funciones sociales y no sociales.

Tomando en cuenta lo mencionado anteriormente, podemos afirmar que el campo de las neurociencias sociales nos abre la puerta para poder entender que hay detrás de las relaciones interpersonales que mantenemos y que mecanismos anatómicos se ven activados. A su vez, te invito a leer las fuentes usadas para una mayor profundización y entendimiento del tema

¡Hasta la próxima!

Redacción: Ariana Recharte

Fuentes:

Barrett LF, Satpute AB. Large-scale brain networks in affective and social neuroscience: towards an integrative functional architecture of the brain. Curr Opin Neurobiol. 2013 Jun;23(3):361-72. doi: 10.1016/j.conb.2012.12.012. Epub 2013 Jan 23. PMID: 23352202; PMCID: PMC4119963

Ramachandran: Mirror neurons and imitation learning as the driving force behind “the great leap forward” in human evolution (6.1.2000) https://www.edge.org/3rd_culture/ramachandran/ramachandran_index.html

Schilbach L, Timmermans B, Reddy V, Costall A, Bente G, Schlicht T, Vogeley K.

Toward a second-person neuroscience. Behav Brain Sci. 2013 Aug;36(4):393-414.

doi: 10.1017/S0140525X12000660. PMID: 23883742

Tremblay, M.-P. B., Tuerk, C., Jackson, P. L., & Beauchamp, M. H. (2023).

Social neuroscience. In G. G. Brown, B. Crosson, K. Y. Haaland, & T. Z. King (Eds),

APA handbook of neuropsychology, Vol. 2. Neuroscience and neuromethods (pp.

177–195). American Psychological Association. https://doi.org/10.1037/0000308-009

Ward, A. F., Duke, K., Gneezy, A., & Bos, M. W. (2017). Brain drain: The mere

presence of one’s own smartphone reduces available cognitive capacity. Journal of

the Association for Consumer Research, 2(2), 140-154.