Hoy en día todos somos testigos, querramos o no, de la relación tóxica entre el estado y los ciudadanos. Esto se ve reflejado en muchas áreas que vinculan a ambos. En esta oportunidad, VA se enfoca en uno de los sectores que presenta las más grandes evidencias de esta tormentosa relación: el servicio de salud pública. Se dio a conocer hace poco la muerte de 1200 neonatos. Esta noticia estuvo marcada de constantes excusas tales como “no contamos con suficiente personal ni calificado”, “no contamos con suficientes incubadoras”, “no nos han asignado el presupuesto requerido y aún no lo transfieren”, entre otras.
Antes de continuar debemos evaluar al grupo de los neonatales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como neonatales –o recién nacidos– a aquellos niños que poseen menos de 28 días de nacidos. Durante estos el niño está expuesto a mayor riesgo de muerte; ya que a diferencia de los otros bebés o niños, deben recibir una alimentación y atención rigurosas que les permitan sobrevivir.
A continuación, VA te presentará un pequeño resumen de lo acontecido alrededor de esta problemática, y algunos puntos a tomar en cuenta para encontrar una solución como Fonsi: pasito a pasito suave, suavecito, despacito. Si bien se le ha dado relevancia los últimos días, es un problema que se viene cocinando a fuego lento por años.
28 de agosto
El director del Hospital Regional de Lambayeque, Eduardo Chávarry, confirmó que 30 neonatales han fallecido en la Unidad de Cuidados Intesivos (UCI) en lo que va del año 2019. Todos ellos nacieron premutaramente; por lo cual, tras nacer se les debió haber asignado una incubadora. Esto no fue posible debido a: la falta de incubadoras, respiradores artificiales y la alta demanda de servicios neonatales proveniente de personas procedentes de regiones cercanas.
2 de septiembre
El jefe de neonatología del Hospital Honorio Delgado de Arequipa, Mauro Sayritupa, dio a conocer una cifra más alarmante a la revelada en Lambayeque: 63 recién nacidos han fallecido durante el 2019. Otra vez, por las mismas razones y la falta de personal en el servicio.
3 de septiembre
Edgar Aranda, director del Hospital Materno Infantil El Carmen, reportó la muerte de 40 neonatos, también prematuros. Además de repetir las mismas razones expuestas por sus homólogos de Lambayeque y Huancayo, relató una de las medidas más drásticas que suelen tomar en este tipo de situaciones. Debido al grave estado de salud en el cual se encuentran los bebés, la falta de incubadoras y la desesperación de los padres, optan por colocar a 2 bebés dentro de una incubadora. Realmente sorprendente.
Ese mismo día por la tarde, la todavía ministra de salud, Zulema Tomás, a través de una muy esperada conferencia de prensa, dio a conocer las cifras oficiales con respecto a este tema. Saldo de recién nacidos fallecidos: 1,200 bebés. Asimismo, la cabeza del sector salud enfatizó dos aspectos para lavarse las manos como Poncio Pilatos. Primero, la falta de incubadoras y equipo especializado es un problema de años (gran novedad); segundo, los encargados de realizar las compras de este tipo de implementos son los gobiernos regionales. Con respecto a lo último, si bien ahora es labor de los gobiernos regionales, se debería exigir que esta labor se de da manera más exhaustiva; o que el Minsa asuma un rol paternalista. No le puedes tirar la pelota a alguien que ya sabes que no la puede recibir crónica de una muerte anunciada.
4 de septiembre
El jefe del área de pediatría del Hospital Regional de Trujillo, Hugo Peña Camarena, confirma el fallecimiento de 37 neonatales. Ligadas a las mismas razones antes mencionadas. En el Hospital de Belén, también perteneciente a la ciudad de Trujillo, se reportó el deceso de 25 bebés prematuros.
En el Cusco, el exjefe de neonatología y médico asistencial del Hospital Regional del Cusco, Jorge Luis Galdós, reveló la muerte de 60 bebés.
5 de septiembre
A petición de la ministra de salud, el Congreso solicita la declaratoria de emergencia del sector salud. Bastan las razones.
¿Fin de la historia?
Esto recién empieza. Tras darse a conocer lo ocurrido en Lambayeque, la Contraloría reveló sospechas con respecto a la adquisición de 1200 tarjetas de canastas navideñas por un millón de soles. Tras una revisión, el MEF detectó que los más de cuatro millones de soles transferidos al gobierno regional no han sido invertidos en ninguno de los proyectos de salud materno neonatal.
Pese a que muchos piensen que un aumento de presupuesto significaría la solución: no lo es (sorry not sorry). Oscar Ugarte, ex cabeza del Minsa, señala que a través de la implementación de un programa preventivo basado en controles prenatales, no solo se velaría por el niño por nacer, sino se matarían dos pájaros de un solo tiro, dado que la gestante también estaría en constante observación. Por lo cual, se vería íntegramente por la vida de ambos.
La grave crisis por la cual atraviesa el sistema de salud materno neonatal no proviene desde hace unos meses. Tras las declaraciones de la ministra, se han dado a conocer más casos de hospitales con la misma problemática. En Huancayo ahora optan por convertir almacenes en salas neonatales. Esto no se solucionará de la noche a la mañana; sin embargo, esperemos que la mejora sea integral y no provisional. El Minsa está facultado para asumir un rol protagónico y resolver este problema domesticable (con soluciones conocidas pero de implementación compleja).
Editado por Isabela García
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