¿Quieres legalizarla? ¿Te quejas de que los porritos sean tan caros? ¿Estás en contra de que el gobierno destruya los cultivos de coca y marihuana? Si siempre te has hecho estas preguntas, hoy es tu día de suerte porque la economía te dará una mano: te explicará cómo funciona el voladísimo mercado de las drogas y cómo los gobiernos pueden estar tomando decisiones equivocadas.
Para esto, te presentaré a Tom Wainwright. Tom es un economista que te pondrá la mente de cabeza con las siguientes propuestas: ¿Qué pasaría si te dijera que los grandes carteles del narcotráfico operan como McDonald’s y Walmart? ¿Pueden ser explicados con nuestras clasesitas chéveres de Eco 1 y Eco 2? Finalmente, ¿Sabías que si el gobierno decide destruir todas las “fábricas” de drogas, podrían poner en peligro la economía agrícola de un país?
En las siguientes líneas, VA te presenta un análisis económico fumadazo de este misterioso mundo:
¿POR QUÉ LOS PORRITOS O LA COCA SON TAN CAROS?
Primero, quisiera que veas la siguiente infografía de Pictoline:
¿Te has preguntado por qué los precios de estas drogas son tan altos? ¿Por qué nunca han caído pese a los intentos de los gobiernos por destruir los cultivos?
Primero, porque los carteles de drogas tienen algo llamado “monopsonio” con sus proveedores. Sí, seguro piensas “qué @#!# es un monopsonio”. Yo sé que los economistas somos seres (un poco) pedantes y nos gusta usar términos chéveres para hacernos ver intelectuales, pero créeme que la intuición es muy fácil, te la explico.
Un monopsonio es un tipo de mercado, en el que existe un único consumidor que es el único que puede comprarle a los productores. En términos sencillos, imagina que tú y tu mejor amigo fundan una cevichería, pero tus ceviches son tan malos que nadie los quiere comprar, excepto tu vecino de gustos raros.
Como te habrás puesto a pensar, el vecino puede ser un carepalazo y decirte un día: “te compro un ceviche por 10 céntimos”. ¿Y adivina qué? Tendrás que venderle, porque no hay nadie más al que le guste tu ceviche. De hecho, debes venderle porque necesitas platita para tus gastos. (#AunqueSeaUnChiclesitoPs).
Es así como, por ejemplo, la cadena Walmart opera: Se toman la molestia de acercarse hasta las granjas de los agricultores y de este modo son sus únicos (o uno de los muy pocos) compradores. Walmart les ofrece un precio y los agricultores no tienen más opción que aceptarlo porque si no les compran, no tendrán plata para sus gastos básicos.
Los carteles de coca también operan así: se acercan a los lejanos cultivos de coca y se convierten en los únicos compradores de estos agricultores. Esto les permite cobrarles el precio que quieran y crean un ambiente que los perjudica. Luego cuando estos carteles están en EEUU, se convierten en monopolios (lo inverso a un monopsonio: muchos compradores y un solo proveedor) y así cobran a sus usuarios finales (algunos de nosotros), un precio todavía más elevado.
En consecuencia, podemos decir que el precio de las drogas se eleva por dos mecanismos: monopsonio (cuando los carteles le compran a los agricultores) y monopolios (cuando los carteles, con la droga procesada, la venden a los consumidores finales). En realidad, es una gran cadena de monopolistas y monopsonistas que logran que la droga llegue a una inflación de casi 80000%. (Te ganaron Alan).
¿POR QUÉ DESTRUIR LOS CULTIVOS DE COCA Y MARIHUANA NO FUNCIONA?
Resulta que Perú y Colombia no solo se apoyan para eliminar a Chile del mundial, sino que en las últimas décadas han unido fuerzas para erradicar y eliminar las plantaciones de coca. “Así arruinamos el negocio de la cocaína”, pensaban Caballo Loco y Cosito.
Lo que no tomaron en cuenta, es que muchos agricultores viven de este negocio y el mercado en el que operan, como expliqué anteriormente, es un monopsonio. Por ende, al destruir las plantaciones, solo han logrado que busquen medidas desesperadas para sobrevivir. Los carteles se han aprovechado de esto y han cobrado precios aún más bajos, ya que ellos tienen el poder de negociación. En consecuencia, los que asumen los daños y pérdidas tras la destrucción de plantaciones no son los carteles… SINO LOS AGRICULTORES.
Es por estas razones que el precio de la cocaína (o drogas con proveedores similares) se ha mantenido estable y ha permitido que los carteles sigan existiendo: por la existencia de “monopsonios” y por la “ayuda” de los gobiernos. Paradójicamente, si los gobiernos siguen destruyendo más cultivos, solo lograrán que los carteles abusen más de los agricultores y les cobren precios aún más bajos.
LOS CARTELES DE DROGAS SE EXPANDEN DE LA MISMA MANERA QUE… MCDONALD’S
Es un hecho: te encuentras un McDonald’s en casi cada lugar que estés. Te vas a visitar a la abuelita… que vive por un McDonald’s, te vas a la jato de tu pata… que queda cerca de un McDonald’s, hasta tu colegio quedaba cerca de uno.
Y es que McDonald’s es algo más que papas fritas y un payaso creepy: tiene franquicias por todo el mundo. Una franquicia es un acuerdo comercial en las cuales una empresa grande y ya existente (el franquiciador) le brinda su licencia comercial a una empresa pequeña (el franquiciado), para que use su marca y sus productos.
En cristiano, tú, que tienes un restaurante chiquito, puedes pagarle a McDonalds para que te dé su franquicia. Así, McDonald’s te da la receta de sus hamburguesas y te permite usar sus logos en tu restaurantes, a cambio de que mantengas un nivel de calidad y ventas. De este modo, puedes preparar y vender felizmente las BigMacs y cambiar el nombre de tu restaurante por “McDonalds”.
Resulta que… ¡Los carteles de droga también usan franquicias como McDonalds! En efecto, de este modo es que por ejemplo, el cartel de los Zetas en México se ha logrado expandir por el norte de Latinoamérica.
Lo que hacen los Zetas es buscar a pequeñas pandillas (ese grupito de bravucones que no tienen qué hacer por sus vidas) y les proponen ser “franquiciados”: les permiten usar el nombre de los “Zetas” y recibir apoyo “armamentístico”, siempre y cuando ellos les paguen una cuota o cumplan con una serie de objetivos. Así, podríamos decir que los Zetas usan muy buenas estrategias empresariales, quizás saquen notón en Gerencia, quién sabe.
En consecuencia, la economía puede darnos una perspectiva que nunca habíamos visto del mundo de las drogas. Con esto podemos explicar cómo Pablo Escobar tuvo tanto dinero que se trajo un zoológico entero a su mansión, o por qué pese a los esfuerzos de los países, los mercados de coca siguen existiendo. Asimismo, si te gustó este tema y deseas seguir en este viaje tan “volado”, te recomiendo leer “Narconomics: How to Run a Drug Cartel” de Tom Wainwright.