Sobre los murciélagos hay una lista interminable de mitos y leyendas que hasta el día de hoy hacen que mucha gente les tenga miedo/asco/odio. Pero, en realidad, estos animales lejos de hacernos daño, nos ayudan y son muy importantes para la salud de los ecosistemas.
En el Perú podemos encontrar más de 160 especies de estos mamíferos voladores, las cuales viven en diferentes ecorregiones, que van desde el nivel del mar hasta más de 3500 msnm. Solamente 3 especies son hematófagas o “vampiras”, el resto se alimenta de frutos, semillas, insectos, etc.
Curiosamente, estas 3 especies de murciélagos “vampiros” no chupan sangre como Drácula, sino que hacen un pequeño corte indoloro con sus dientes y beben la sangre con su lengua. Suelen ser peligrosos para el ganado, aves de corral y grandes mamíferos silvestres, pero no para nosotros. Además, son enanos, miden alrededor de 10 cm de la cabeza a la cola, por lo que están muy lejos de ser animales aterradores chupasangre con grandes colmillos. Eso sí, estos “vampiros” no son tan guapos como los de crepúsculo.
El resto de murciélagos, murcis entre nos, está interesado en todo menos en sangre. Es cierto que hay algunos, llamados “zorros voladores”, que llegan a tener hasta 1.7 m de envergadura de alas, pero ¿qué creen? comen fruta. Como varios murcis tienen esta dieta complementada por semillas, polen y néctar, actúan como polinizadores y dispersores de semillas. Algo similar a lo que hacen las abejas, pero incluyendo semillas.
Esta labor los hace vitales para el mantenimiento y regeneración de bosques tropicales. Más de 300 especies de frutos dependen de los murcis, como plátanos, paltas, mangos, higos, nueces y cacao #chocolatelovers amen a los murciélagos. Si les gusta el tequila, agradezcanlo también. Sin ellos no tendríamos la planta de agave, usada en la producción de esta bebida.
Sin embargo, los beneficios que nos ofrecen no terminan allí. Cerca del 70% de murcis son insectívoros. Cada noche pueden llegar a consumir su propio peso en insectos, lo que significa que cada murci se come en un par de horas a unos cuantos miles de bichos. Esto los convierte en excelentes controladores naturales de plagas, una labor que se valora en más de mil millones de dólares al año.
No solo benefician a la agricultura y a los ecosistemas, sino que directamente a nuestra salud, pues muchos de los “bichos” que se comen son mosquitos, animales que transmiten enfermedades como el dengue, zika y chikungunya.
Aunque sea sorprendente, estos animalitos que nos ayudan de manera anónima son percibidos por mucha gente como animales de mala suerte, dañinos, malignos, molestos y asquerosos #sad. Hasta les llaman ratones voladores e inclusive algunas leyendas los consideran aves.
Sucede que solemos tener miedo a ciertos animales por su apariencia, por un posible daño físico que nos puedan ocasionar o por desconocimiento de su biología. En este último año, en el caso de los murciélagos, se ha sumado un motivo más, el posible origen del Sars-cov-2. Algo que no ha hecho más que exagerar el bajo riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas por parte de los murcis. A menos que los estemos manipulando sin cuidado o destruyendo su hábitat o comiéndolos.
No culpemos a estos y otros animales de los problemas que llevamos creando desde hace tiempo. El tráfico de especies y la degradación de ecosistemas son motivos principales de que el contacto humano-murciélago aumente, y con esto el riesgo de contraer algún virus.
Los murciélagos pueden llevar virus que nos causan graves enfermedades como los virus de Marburg, SARS, MERS, etc., pero ellos no desarrollan ninguna enfermedad, posiblemente porque presentan muchos genes responsables de la actividad anti-viral y tienen un sistema inmune increíble que evoluciona constantemente junto con los virus que lo afectan. Estos animales podrían enseñarnos a modular nuestras respuestas inmunes para tolerar y vivir con infecciones de mejor manera. Además, nos podrían dar pistas sobre el envejecimiento y la juventud, pues son animales que a pesar de ser pequeños pueden llegar a los 40 años en muy buen estado.
No hay que olvidar que los murcis son los únicos mamíferos voladores, no son roedores sino quirópteros y tienen alas, pero eso no los hace aves. Las alas de ambos animales evolucionaron de manera independiente, son análogas, porque realizan la misma función, pero tienen una estructura diferente.
Por último, como datos finales, no todos los murciélagos salen de noche, solo 3 especies comen sangre, varios tienen una visión mejor que la nuestra, otros poseen ecolocalización, así que nunca se chocarán con nosotros. Son animales poco comprendidos, llenos de historias y leyendas que hacen que no lleguemos a conocer el importantísimo trabajo que hacen por el ambiente, la salud pública y nuestros bolsillos. Así que contribuyamos a la conservación de estas especies, eduquemos cuanto más podamos sobre ellos, dejemos de cazarlos por miedo. Dejemos de atentar contra la misma naturaleza.
Edición: Kelly Pérez V.