La obra teatral “Criadero” de Althaus pone en escena a tres personajes femeninos que cuentan su historia como mujer, persona e inmigrante en un entorno naturalizado por el sistema patriarcal. De esta forma, podemos deslumbrar los problemas socioeconómicos y culturales que han estado atravesando desde que eran niñas hasta convertirse en madre.
Dentro de esta obra se presentan a los personajes de Alejandra, Lita y Sandra. Dichos personajes tienen algo en común: provienen de una familia disfuncional con la ausencia de la figura paterna. Además, presentan obstáculos que se repiten en cada generación, como el tener hijos a temprana edad, independientemente de si lo desean o no. Cabe considerar que los tres personajes pasaban por un contexto de guerra que influye en parte de sus decisiones, como es la dictadura del gobierno de Juan Velasco Alvarado.
Por un lado, nos presentan a Alejandra, quien tuvo un hijo por presión del esposo a pesar de que ambos sabían que no estaban en las mejores condiciones para darle posibilidad de vida al hijo. A pesar de ello, el esposo termina abandonándolos, y se desliga de la responsabilidad que tenía con su hijo. Mientras que al final, la madre toma el rol de ambos padres. Así, sus condiciones la llevan a convertirse en mesera. Por ello, los padres de Alejandra la llevan a otro país como Estados Unidos, debido a las mayores oportunidades laborales que les podía traer, ya que estaban en guerra y la migración estaba al tope. No obstante, Alejandra ni su hijo están en armonía, sino en constante movimiento.
Ahora bien, como le sucede a todo aquel que sigue el sueño americano, Alejandra termina trabajando en condiciones no tan esperadas, pues se convierte en clown. Sin embargo, más que sus chistes, al público americano le daba más risa de cómo pronunciaba su inglés. De este modo, Alejandra siente que no encaja, como el extranjero que debe ser corregido por alguien nativo, como sucede constantemente durante su función. Incluso los niños también naturalizan esto y corrigen a Alejandra, ya que se sienten con la autoridad de poder hablar bien. Esta barrera del idioma se convierte en un obstáculo para que Alejandra termine de contar su historia familiar. Así, impide su comunicación y la reproducción de la memoria, pues esta se desacredita y se invisibiliza por la risa de los demás: “She talks funny. Risas de niños” (44). Además, a diferencia de otros personajes que veremos a continuación, ella tiene otra forma de vida que no se basa en Lima, pues ella dio a luz a su bebé en Montreal. Como dice el texto, ella estuvo un poco alejada de la guerra con distintos efectos y experiencias: “En el mundo había estallado la guerra, pero en Montreal yo daba de lactar en absoluta paz” (55).
A continuación, conocemos a Lita, quien también tuvo ausencia de una figura paternal, pues la abandonó junto a su madre y renovó su vida. Sin embargo, su madre es marcada por la pérdida de un hijo antes de Lita. De esta manera, este acto marca su cuerpo y esto conduce a consecuencias en su hija Lita, pues la descuida y la aísla. Así, Lita termina buscando amor paternal en otro lado. En consecuencia, no termina midiendo sus deseos, se embaraza y se ve obligada a trabajar en plena gestación. Esto es notorio por la madre pues comienza a transmitir cierta seriedad en su rostro cuando esta termina embarazada. Así Lita descuida de su físico y deja la universidad. Lo que es interesante del monólogo de Lita es que desromantiza el parto: “Mis planes de parto natural se fueron al diablo” (53), hace notar el sentir humano del miedo. Sin embargo, también nos cuenta la historia de su madre, quien casi la termina abandonando en el hospital debido al miedo de errar como madre, y no poder tener lo necesario para alimentarla, lo cual se representa a través del sangrado de senos: “Muchas madres suspenden la lactancia al cabo de unas semanas, debido al dolor, el estrés, el cansancio, la depresión post parto, o la obligación de retornar al trabajo” (58). Por ende, también resalta la importancia de que el abandono al hijo no es solo porque quieran, sino porque se ven obligadas a hacerlo, obligadas a trabajar para darles una mejor oportunidad. Por ende, resalta la teoría de que la madre no se hace una porque da a luz, sino que se convierte. Así, termina destruyendo la figura de la mujer como una madre por naturaleza.
Por otro lado, y último, analizamos el personaje de Sandra, cuya madre también sufrió la pérdida de una hija. A diferencia de las demás, ella resalta su baja condición social, pues pertenece a la clase baja del centro de Lima. Además, se aparta del parto natural que, por ejemplo, recibió Alejandra. Sandra cuenta paso a paso sobre cómo es la cesárea desde una perspectiva cruda. Además, su monólogo es más informativo, pues ella hace notar que quienes sufren injustamente por la cesárea son las mujeres que viven en los países subdesarrollados: “En el Perú, cada año, más de 13000 mujeres sufren una cesárea injustificada en clínicas privadas” (54). Además, expone al seguro privado que cierta clase solo podía acceder. Sandra se casó a temprana edad y tuvo a su hija dentro del matrimonio a diferencia del resto de mujeres. Ella no mide sus límites pues tiene otro bebé. Ella da a luz por decisión propia. También rehace su vida con otra pareja lo cual realza el posible futuro que podría tener la mujer. El hecho de que Sandra sea la última mujer en esta obra, es muy simbólico debido a la esperanza de cambio que ella puede representar, a la esperanza de una nueva vida más allá de solo ser madre. Este personaje es quien expone la verdad de la situación en que la mujer es condicionada.
En conclusión, esta obra presenta mujeres distintas en el sentido de su contexto social para poder descartar la teoría de que la mujer solo sirve para ser madre. Esta performance demuestra los obstáculos que la mujer tiene que atravesar y cuáles son las causas de la constante repetición de los problemas que conllevan.
Bibliografía:
Althaus, Mariana. “Criadero”. Todos los hijos, Alfaguara, 2018.
Edición: Cristobal