La noche del 23 de mayo de 1987, Kenneth Park se levantó de su cama, subió a su carro y manejó 14 millas hasta la casa de sus suegros. Cuando llegó a la casa, tomó una vara de hierro, entró y golpeó a muerte a su suegra y luego intentó estrangular a su suegro. Cubierto en sangre, subió a su carro, manejó hasta la estación de policía más cercana y confesó que creía haber matado a alguien. Cuando el caso llegó a juicio, su defensa alegó que durante todo el acto violento, Kenneth había estado en un episodio de sonambulismo.
¿Cómo es que alguien puede convertirse en un asesino mientras duerme?
Primero un poco de teoría del sueño: Existen dos estados de sueño: REM y NREM. Cuando una persona se queda dormida entra automáticamente al estado NREM, el cual a su vez tiene 4 etapas; al progresar por estas, la persona deja de ser sensible a estímulos externos y su habilidad muscular disminuye.
Al terminar todas las etapas, la persona entra al sueño REM, donde la idealización de los sueños ocurre. Además, la persona pierde completamente el funcionamiento muscular por lo que no puede “actuar” sus sueños.
Cada “ciclo de sueño” incluye la etapa NREM y REM, y dura alrededor de 90 minutos en adultos. Mientras la noche progresa, las etapas 3 y 4 del NREM disminuyen mientras que el REM se acrecienta.
El sonambulismo es un desorden del sueño en donde el paciente presenta actividad irregular del músculo esquelético mientras duerme. Esta condición ocurre en las dos últimas etapas del sueño NREM, por lo que los episodios se dan mayormente en las primeras horas de sueño. Usualmente, no funcionan los intentos de despertar a la persona y, a veces, el tratar de despertarla puede provocar una respuesta violenta. La percepción sensorial está disminuida considerablemente por lo que la persona no puede ver, oler, sentir ni escuchar en toda su capacidad. Adicionalmente, no se tiene ninguna recolección de lo sucedido durante el episodio.
Estudios en la Universidad de Zúrich han demostrado que en un episodio de sonambulismo los pacientes presentan actividad en el tallo cerebral y en el cerebelo, mientras que el cerebrum y la corteza cerebral se mantienen inactivos. La activación de la corteza cerebral es un precursor fundamental para estar en un estado de conciencia, por lo que se podría concluir que un sonámbulo no presenta un estado de conciencia ni voluntad.
¿Entonces si un sonámbulo mata a alguien se va a la cárcel?
Yo no soy abogada ni prenderlo serlo, prefiero mil veces leer sobre mitocondrias antes que un documento legal; pero para poder escribir sobre este tema tuve que acudir a este famoso documento.
El código penal dice:
“Artículo 20.- Inimputabilidad
Está exento de responsabilidad penal:
- El que por anomalía síquica, grave alteración de la conciencia o por sufrir alteraciones en la percepción, que afectan gravemente su concepto de la realidad, no posea la facultad de comprender el carácter delictuoso de su acto o para determinarse según esta comprensión;”
En el caso del sonambulismo no se está hablando de una anomalía psíquica ni una alteración de la percepción porque no hay ninguna lesión cerebral ni alteración biológica de los sentidos que podrían considerarse una patología neurológica. Lo que sí hay es una grave alteración de la conciencia cuyos casos incluyen el delirio febril, la embriaguez, y nuestro tema principal: el sonambulismo.
Además, para que un acto sea considerado como un delito este tiene que cumplir ciertos elementos: acción, tipicidad (la acción voluntaria de la persona que cometió el delito), antijuridicidad y culpabilidad.
Si alguno de estos elementos son probados como negativos entonces no se puede definir la acción como delito por lo que no habría ningún tipo de acción penal. En el caso de un homicida sonámbulo, la persona cometió el acto sin una acción voluntaria, debido a que por su estado fisiológico, no presenta voluntad. Por lo tanto, por el criterio de tipicidad, la persona que mató mientras dormía no va a la cárcel, en teoría.
Sin embargo, la cuestión no es tan simple. La ley también tiene bajo consideración si es que el individuo que presenta esta condición habría provocado tal estado de forma premeditada o imprudente. Se debe cuestionar si es que el culpado, sabiendo de su condición, no previó que en su estado de sonambulismo podía realizar actos imprudentes o ilícitos de baja o alta magnitud.
Claramente nadie que es sonámbulo va a poder prever que va a matar a alguien mientras duerme, pero sí se cuestiona si la persona pudo haber tomado medidas preventivas para tratar su sonambulismo. De igual modo es curioso pensar que el estado en el que pensamos estar más relajados y tranquilos puede ser donde perdamos todo tipo de control sobre nuestras acciones y cometamos actos inimaginables.
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