El día miércoles salieron los resultados de las elecciones intermedias de los Estados Unidos en las que se renuevan los curules de ambas cámaras del Congreso. Como sabrán muchos, Estados Unidos es una democracia, y eso significa que la opinión pública es muy influyente sobre la política. A menudo, ser una democracia también suele significar que las figuras en cargos públicos demuestren un alto grado de incompetencia, hecho que ya deberíamos haber entendido como peruanos. En consecuencia, era fácil predecir que, con una figura como el hombre naranja a la cabeza del partido republicano, estas elecciones fueran a ser bastante más fáciles para los demócratas, quienes cuentan con un chivo expiatorio. #OrangeManBad
Donald Trump por su parte, se ha venido jactando del desempeño de la economía estadounidense hasta la fecha debido al “Tax Cuts and Jobs Act”, programa de recorte tributario el cual, según él, es responsable de la caída de la tasa de desempleo. Al contrario, según múltiples economistas causará un aumento aún más rápido en el déficit fiscal. Ahora bien, no es que Trump no haya intentado reducir el presupuesto, sucede que sus cortes han sido rechazados por el poder legislativo, y aquí es cuando llegamos a un punto: en teoría Trump controla a ambas cámaras legislativas. Finalmente, lo que esto demuestra es que el presidente tiene un poder limitado sobre su partido, lo cual se podía preveer desde su baja popularidad entre el establishment republicano durante su campaña.
Pasemos a otro asunto por discutir: la cobertura de salud. En el gobierno pasado se aprobó Obamacare, política que establece fuertes regulaciones a las aseguradoras de salud, de entre las cuales destaca que estas no pueden discriminar por condiciones preexistentes. Entendiendo un seguro como aquello que pagamos preventivamente en caso se dé cierta situación negativa, no es muy difícil explicar por qué esta es una mala idea. La cifra de estadounidenses asegurados se ha incrementado considerablemente a costa de un gran aumento de los costos, debido a que en la práctica pagar el seguro equivale a pagar la atención médica completa. Según la Prensa Asociada, este es el asunto más importante de estas elecciones, en base a las encuestas realizadas. En respuesta a esta medida, el año pasado se propuso Trumpcare, que tiene como propósito reducir en cierta medida estas regulaciones. Esta ya fue aprobada en la Casa de Representantes, por lo cual sólo se necesita que el senado vote a favor y será posible que esta ley tenga oportunidades de concretarse.
Sobre lo que esto significa para los dos años que vienen: por más que los republicanos hayan mantenido el control sobre el senado, los demócratas debían competir por más para mantener este resultado. Un senador tiene un período de seis años y concursa en la tercera elección después de haber sido elegido. En otras palabras, este año quedan vacantes los curules del 2012, cuando Obama estaba compitiendo con fuerza y pudo obtener gran apoyo para su partido en el congreso. Entonces, si consideramos una probabilidad de 50/50 para cada partido, los demócratas han ganado y por mucho. En realidad, no es tan sencillo por factores como la reelección de senadores, pero estos resultados no significan un apoyo hacia Trump ni el partido republicano. Por otra parte, la demócrata Nancy Pelosi ha sido elegida para presidir la Cámara de Representantes. A pesar de haber llevado una relación accidentada con Trump en los últimos tres años -Trump previno varias veces a los votantes de su “agenda socialista”-, ella ha anunciado que no estará a favor del impeachment a menos que haya evidencia incontrovertible, además de recalcar sus objetivos compartidos en infraestructura, respecto a lo cual espera apoyo bipartisano. El presidente reciprocó su gesto y la ha felicitado por su retorno al cargo. Dado el riesgo que corre Trump de sufrir tal destino, es entendible que esté buscando aliados en donde pueda encontrarlos, sobre todo cuando parece que su propio partido se le puede voltear en cualquier momento.