Una noticia en Corea del Sur pasó por debajo del radar en los últimos días. Sin embargo, la última actualización de nuestra sociedad Facebook nos da un motivo para analizar el caso; y es que, en un mundo donde se prodiga un mensaje de igualdad en el sentido más amplio del término, es obvio que surgirán muchos casos de abuso hacia ciertas minorías (justamente las que claman por un lugar en esta sociedad). Pasó con los paganos, los afro-descendientes, los judíos y toda clase de migrantes en distintos momentos de la historia; y hoy le toca al colectivo LGBT. Repasemos esta noticia y, de paso, demos una mirada hacia el futuro, hacia el inminente cambio en la forma de ver y aceptar a estas minorías.
El primer paso es definir un término importante: una Cacería de Brujas. Se entiende como Cacería de Brujas a la acción de sindicar a alguien de ser algo moralmente deplorable (como una bruja, un pagano o un ladrón) y convocar a las masas para que condenen dicho acto (como “cazar” a la bruja, llevarla a la hoguera). Ahora veamos la noticia en sí. El 12 de Junio de este año, CNN publicó un reportaje acerca de algunos procesos disciplinarios anómalos en la milicia de Corea del Sur. El caso cuenta la historia de un Sargento Anónimo acusado de “acciones repudiables” a quien llevaron a un proceso disciplinario inminente tras el cual podría llegar a pasar dos años en prisión. Estos “actos repudiables” tendrían mucho que ver con manifestaciones de la sexualidad de dicho soldado – que se define como homosexual. Las averiguaciones, según relata el Sargento Anónimo, habrían sido originadas de manera premeditada y sin ningún sustento, tan solo la sindicación de que era gay. Esto terminaría con nuevos y aún más abusivos controles, que terminaron con la requisa de toda la información personal de este sargento. Esto no se termina aquí; ya que, hasta abril, más de 30 soldados del Ejército Surcoreano habrían sido igualmente sindicados por sus superiores por haber cometido los mismos “actos de lamentable conducta”. ¿Ya vieron el parecido con la Cacería de Brujas?
Es importante saber también que, en Corea del Sur, es prohibido emprender relaciones homosexuales dentro del Ejército, esto a fin de “mantener la integridad del colectivo militar”. Además, es bueno saber que el servicio militar es obligatorio para todos los jóvenes y marca un estigma social de no llevarse a cabo. Sin embargo, tras los últimos escándalos, varias organizaciones Internacionales tomaron cartas en el asunto y sugieren que estos procesos sean abortados inmediatamente y los agentes sean absueltos. Tanto el Ejército Surcoreano como el Ejecutivo han mantenido un conveniente silencio. A esto se suma la reciente elección de Moon Jae-in como presidente, que no viene precisamente con un arco iris bajo el brazo y ya dijo que se “oponía a la idea de homosexualidad” en uno de los debates electorales. Claramente la cosa pinta muy mal para los soldados implicados, y eso solo sucede en Corea del Sur. Hora de ir con su hermano más peleandero e incomprendido – la República Popular Democrática (¿?) de Corea del Norte.
Qué no se ha dicho de dicho país. Desde escapes imposibles hacia Corea del Sur, hasta ciudades vacías para dar una impresión de riqueza. Muchos de estos mitos serán solo eso, dada la cortina de hierro reservas de dicha nación. Sin embargo, algo quedó muy claro. En Corea del Norte hay muchas cosas que no se pueden experimentar, desde el deseo por superarse hasta emprender un negocio propio. Según el único desertor norcoreano homosexual conocido, Jang Yeong-jin, entre estas experiencias está el aprendizaje sobre lo q significa ser homosexual; es decir, ni siquiera se conoce dicho concepto en Corea del Norte, no se enseña y apenas salga a la luz será origen de escándalos y de un estigma social. Bueno, supongo que es como pintarle una raya más al tigre norcoreano.
En fin, algo en común tenían esos dos países. Pero, lo interesante del caso de las Coreas es que sirve de ejemplo para entender que falta mucho por recorrer en varios países, algunos de ellos referentes de altísimo poder económico. Por ejemplo, sería interesante ver los ejemplos del Ejército de China, de Estados Unidos o los latinoamericanos y reconocer que ahí también existe algún abuso hacia ciertas minorías. Y es que, hoy en día, simplemente no podemos rehusarnos a ver la realidad, de que existen otras personas con otros gustos diferentes a los nuestros, que no deberían afectar el desempeño profesional o algún ejercicio civil. Cuando comprendamos eso ya no habrá más “Cacería de Brujas”, y podremos comprender un soldado gay es un activo igual de valioso como cualquier otro militar.