“No pongas tu interés en el dinero, pero pon tu dinero al interés”.
Oliver W. Holmes, médico y escritor estadounidense.
Hoy en día, los bancos forman parte de nuestra vida y convivimos mucho con ellos. Sabemos que existen y están en todas partes. Los asimilamos y recurrimos a ellos para poder satisfacer nuestras necesidades financieras. Ya sea para pagar compras con una tarjeta de débito o crédito, para realizar transferencias de dinero a algún contacto o para solicitar un préstamo estudiantil o hipotecario, acudimos a los diversos productos y servicios brindados por los bancos.
Ciertamente, la presencia de los bancos ha venido en aumento cada año a través de la expansión tanto física como virtual de sus oficinas y plataformas, respectivamente. Convivimos diariamente con estas instituciones financieras, pero ¿nos hemos detenido a pensar en por qué existen?, ¿cumplen efectivamente un rol esencial en nuestra economía? ¿podemos simplemente prescindir de ellos y acudir a otras personas o instituciones para ahorrar o prestar?
Para empezar: ¿Qué es un banco?
Un banco es una institución financiera especializada en otorgar préstamos y captar dinero del público para generar ahorros. Así, los bancos realizan algo conocido como intermediación financiera, al conectar a dos tipos de agentes: los deficitarios, con necesidades de dinero; y los superavitarios, aquellos que tienen un exceso de dinero y desean generar valor a partir de sus ahorros.
A partir de los depósitos de los agentes superavitarios, los bancos pueden otorgar préstamos a los agentes deficitarios. Los bancos sirven de nexo entre ambas partes: supervisan que los prestamistas cumplan con sus obligaciones de pago y ofrecen una rentabilidad a los ahorristas por dejar su dinero en el banco.
Ahora bien, ¿cuál es la importancia de la intermediación financiera que realizan las instituciones bancarias? Freixas y Rotchet en Microeconomics of Banking señalan que los fundamentos de la existencia de los intermediarios financieros son: (i) el ahorro en los costos de transacción y (ii) la oferta de seguro de liquidez.
Economías a escala en los costos de transacción
Los bancos ayudan a reducir una serie de costos de transacción, entre los que destacan:
- Costos de búsqueda, para la selección de clientes a atender.
- Costos de monitoreo, para asegurar el cumplimiento de las obligaciones.
- Costos de renegociación, para la renovación de ciertos contratos.
- Costos de recuperación, en caso de que el deudor incumpla su contrato.
La obtención de economías a escala aparece debido a que los bancos no solo atienden a 1 o 10 agentes, sino a millones. Por ello, a medida que se incrementa el número de clientes, los costos por cliente se ven reducidos.
¿Qué pasaría si no existieran los bancos? En ese caso, si quisiéramos obtener una rentabilidad por nuestros ahorros a través de préstamos, tendríamos que pasar individualmente por los cuatro costos presentados arriba.
- Buscar a quién prestar: ¿un amigo? ¿un familiar? ¿un colega? Supone un costo importante averiguar quién nos podrá cumplir.
- Supervisar que esta persona nos pague a tiempo y en las fechas acordadas, lo que nos puede costar tiempo y dinero.
- Renovar el préstamo con la persona puede costarnos si creemos necesario mejorar algún acuerdo.
- En el peor de los casos, luchar por recuperar la mayor parte del dinero cuando el deudor no quiera o no pueda pagar.
Si todo eso cuesta (imaginemos) 100 soles, ofrecer el préstamo se encarecería si solo actuáramos por nuestra cuenta. Sin embargo, si acudimos a un banco, ellos pagarán los 100 soles juntando nuestros ahorros con los de 99 personas más y, a cada una, nos costaría solo 1 sol, que suele ser cobrado como una comisión.
Bancos como ofertantes de seguro de liquidez
Diamond y Dybvig plantearon un modelo para estudiar la existencia de los bancos en función de la liquidez que pueden ofrecer a sus depositantes. En este modelo suponen que las personas pueden tener tres posibilidades: (i) invertir directamente, (ii) intercambiar bonos e invertir o (iii) depositar sus recursos en un banco.
Ellos llegan a la conclusión (la explicación matemática puede ser revisada aquí) de que la decisión de optar por los bancos es la óptima debido a que provee a las personas de un seguro de liquidez.
¿Cómo así? Las decisiones de consumo dependen de nuestra “paciencia”. Por ejemplo, existen personas a las que les gusta gastar su salario apenas lo reciben porque les brinda mayor utilidad (consumidores impacientes), mientras que otras prefieren “guardar pan para mayo” y consumir más a final del mes (consumidores pacientes).
Ahora bien, según Diamond y Dybvig, los consumidores pacientes pueden enfrentar dos posibilidades. Por un lado, en caso de que decidan invertir directamente su dinero, enfrentan el riesgo de que este pueda no ser recuperado de manera rápida (falta de liquidez) para consumir a fin de mes. Por otro lado, si lo guardan en una cuenta de ahorros del banco, ellos sí pueden acceder a su dinero cuando lo requieran pues se parte de la premisa de que no todas las personas retirarán su dinero al mismo tiempo.
De bancos, banqueros y supervisores
Según lo expuesto, es indudable la importancia que tienen los bancos al intermediar financieramente por los dos tipos de agentes: superavitarios y deficitarios. Estas instituciones cumplen un importante papel en el desarrollo económico de los países al proveer préstamos y oportunidades de ahorro e inversión. Perú no podría crecer como lo hace con ausencia de los bancos ya que, como pudimos aprender, monitorean sus operaciones financieras y buscan rentabilidad.
Sin embargo, es igual de importante monitorear a los que monitorean y es ahí donde entra la supervisión bancaria. En nuestro caso, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) es quien se encarga de velar por el cumplimiento de las normativas y estándares para los bancos. Por ello, es importante también informarse de las principales noticias en torno al mundo de la banca para garantizar una adecuada elección del uso y destino de nuestro dinero.
¿Por qué el banquero dejó su trabajo? Perdió el interés.
Edición: Cristóbal Contreras