En 1996, Robert Susskind, reconocido visionario del sector legal señaló que el email sería el canal más utilizado de comunicación entre abogados y clientes. Esta afirmación en su momento desató una importante polémica en Reino Unido. Hoy nadie se cuestiona esta realidad.
Pues bien, actualmente el sector legal peruano se enfrenta a un escenario retador, dado que nos encontramos atravesando una crisis sanitaria, económica, política y social sin precedentes, que en cierta medida ha venido cambiando nuestra manera de ejercer la profesión.
En este contexto avivado por la tecnología, que actúa como acelerador del cambio hoy más que nunca, surgen nuevas preguntas que retan el statu quo de las firmas de abogados más importantes del país. Precisamente, la irrupción de la tecnología genera un entorno cada vez más competitivo para los abogados.
Hay todo un tema con la tecnología que el sector jurídico recién está empezando a abrazar. Si bien el contexto de pandemia y crisis sanitaria global que atravesamos está generando un mayor acercamiento de la tecnología al sector legal, muchos consideran que todavía existe dificultad para desarrollar la digitalización del sector. #boomers
En ese sentido, el principal reto que tiene el sector legal, en general, es asociar innovación con tecnología. Al respecto, Oscar Montezuma, director de Niubox Legal Digital, es de la opinión que “la innovación tiene que ver con la construcción de una cultura de trabajo y una cultura organizacional que en el modelo tradicional de las firmas de abogados no existe y no es una prioridad”.
Debido al actual contexto, es necesario fortalecer el gobierno digital a fin de generar mayores ventajas para las entidades y para los administrados. Así, el 19 de febrero de 2021 se publicó en el Diario Oficial El Peruano el Decreto Supremo que aprueba el Reglamento de la Ley de Gobierno Digital, que establece disposiciones sobre las condiciones, requisitos y uso de las Tecnologías y medios electrónicos en el procedimiento administrativo.
¿Cuál es la finalidad del Reglamento?
La finalidad es implantar una guía que sea parte de un gobierno digital para una adecuada gestión de servicios digitales, así como el régimen jurídico aplicable para el uso de las tecnologías en la prestación de servicios por parte de las entidades de la Administración Pública.
Este Reglamento es un gran paso para el proceso de modernización de la gestión del Estado. No obstante, se irá implementando progresivamente y debemos ser conscientes de que la aplicación de estas iniciativas está aún en una fase incipiente de implantación. Ojalá la espera no se haga eterna como en todo lo que implementa el Estado.
De otro lado, la transformación esperada de la tecnología en el sector legal plantea la necesidad de repensar la formación de los futuros abogados. Si bien estas reflexiones pueden desatar polémicas similares a la que suscitó lo pronosticado en 1996, están bastante en línea con la preocupación por la formación y capacitación de los profesionales más chibolos junior.
Los futuros profesionales del derecho deberán ser capaces de resolver problemas legales orientados a ayudar a desarrollar instrumentos legales digitales de la sociedad; y, con un rol de asesor que ayude a prevenir situaciones de riesgo legal, más allá de resolver solo conflictos.
Siguiendo la línea de lo mencionado, Sebastián Soltau, abogado y fundador de ODDS Legal, sugiere en un artículo a propósito de boom de la educación virtual que “todo estudiante de Derecho o abogado puede encontrar una razón para mirar fuera de la “caverna legal” porque las razones sobran. No interesa si eres penalista, civilista, laboralista o lo que sea. Aspectos por mejorar hay muchos”.
Asimismo, Soltau hace un llamado a que los estudiantes de derecho y abogados nos animemos a llevar cursos de altísimo nivel para romper nuestras cadenas y darle una miradita a lo que está fuera de la “caverna legal”. A modo meramente ilustrativo mencionaremos un par de ejemplos:
- El abogado del Futuro: Legaltech y la Transformación Digital del Derecho (Universidad Austral / Profesor Federico Ast)
- CS50 for Lawyers (Harvard University / Profesores David J. Malan y Doug Lloyd)
Este mismo fenómeno lo encontramos en el mundo de los Estudios de Abogados que están reinventándose con la proliferación del New Law, los ALSP -Alternative Legal Services Provider- o las sturtups de Legaltech. Del mismo modo, los abogados in house no son ajenos a esta realidad y también deberán adaptarse a este fenómeno. Esta “supervivencia” se traduce en una profunda transformación desde una doble perspectiva:
- Desde el qué: el propósito de la función legal in-house no puede ser otro que aportar valor al negocio, más si cabe, hoy en día, cuando las cuentas de resultados se ven tensionadas.
- Desde el cómo: evolucionando desde una perspectiva más tradicional y reactiva para convertirse en un solucionador de problemas creativo, proactivo y con mentalidad de negocios –Business-minded-, que debe utilizar la tecnología, el liderazgo y las habilidades de comunicación para construir soluciones innovadoras ajustadas a la ley.
Ahora, respondamos la pregunta que nos hicimos al inicio: ¿los abogados necesitan reinventarse apoyándose en la tecnología?
- La respuesta es un sí categórico.
El principal reto es el cambio cultural requerido. Acelerar la digitalización está en manos de los profesionales del sector legal, los estudiantes de Derecho y las entidades del Estado. Sin duda hay retos, pero indiscutiblemente el cambio aportará valor a la profesión y a la sociedad peruana que pide a gritos un cambio estructural.
Editado por Raisa Escudero.