Es una idea muy arraigada en la sociedad, quien no ha escuchado a un familiar decir que prefiere criar niñas porque son más responsables y maduras; por el contrario, está el estereotipo extendido que nos dice que los hombres no maduran hasta después de los 40. Sin embargo, ¿existe una relación entre madurez y sexo?
¿Qué es la madurez?
Existen varias definiciones del término madurez. Algunas están estrechamente ligadas al aspecto biológico, otras al cultural y otras al desarrollo psicológico. Para fines prácticos vamos a utilizar la definición de David Ausubel, psicólogo estadunidense fundador de la teoría del Aprendizaje Significativo. Él menciona que la madurez básicamente es la capacidad plástica del potencial genético de la especie humana para proveer los elementos psicofísicos necesarios para una adecuada adaptación al ambiente. En castellano, esto quiere decir que la madurez hace referencia al comportamiento, forma de actuar o de responder a las situaciones.
Usualmente una persona catalogada como “madura” tiene ciertas características como: capacidad de responsabilizarse por sus actos, ser crítico con los demás como con él mismo, adaptabilidad y autogestión.
Hasta el momento solo tenemos la definición de madurez y al parecer no es suficiente para calificar a las mujeres como más maduras. Por lo tanto, recurriremos a diversas teorías que nos brindarán una visión más amplia para resolver esta incógnita.
Teoría Activo Interna
Juan Zacarés y Emilia Serra, nos muestran otra perspectiva de la madurez en su artículo Creencias sobre la madurez psicológica y desarrollo adulto. Ellos plantean cuatro teorías que explican cómo las personas conciben el concepto de madurez, dos de ellas son las más importantes: la teoría Pasivo Externa y la teoría Activo Interna.
La teoría Pasivo Externa explica el desarrollo de la madurez como algo que escapa en gran medida a la conducta activa del sujeto. Por lo tanto, la madurez “aparecerá” repentinamente en la persona si se cumplen ciertas condiciones: llegar a cierta edad (más de 40 años), vivir determinados sucesos (por ejemplo, la paternidad) o simplemente experimentar la misma vida tal y como venga (los golpes de la vida). La experiencia o la edad cronológica en sí mismas son las que harán madurar.
Al contrario de la teoría anterior, la teoría Activo Interna requiere de una participación activa de la persona para lograr la madurez. Esta teoría atribuye la madurez a los sucesos críticos, especialmente aquellos que conllevan tensión y sufrimiento emocional. Esta teoría da un papel relevante a la mujer, abriendo la posibilidad de un mayor nivel de madurez, debido a la asociación tradicional que se hace de la mujer con una mayor repercusión interna de las experiencias acontecidas y a la creencia en su superior capacidad de resistencia al sufrimiento.
Madurez desde el punto de vista biológico
Investigadores de las universidades de Newcastle y Glasgow quisieron comprobar la evolución de la red neuronal que se crea desde nuestro nacimiento para acumular información y cómo esto influye en el nivel de madurez. Para esto realizaron un experimento con 121 voluntarios, hombres y mujeres, de edades entre los 4 y 40 años.
El estudio se enfocó en encontrar en qué grupo se hallaban las conexiones neuronales más largas, las que enlazan zonas distintas del cerebro, y comprobaron que en las mujeres la organización eficiente de esas conexiones se da en una edad más temprana. Estas conexiones largas son las que ayudan a racionalizar la información y las diversas experiencias vividas.
El estudio concluye que no se trata de tener una mayor inteligencia o capacidad cognitiva, sino de simple evolución bioquímica.
Freud y la maduración instintiva
El estudio de la maduración instintiva iniciado por Freud y seguido por sus colegas, muestra una transformación constante del individuo, de su modo de acción y de los objetivos que se propone. Empezando por la fase oral y terminando con la fase genital, dónde es más difícil reprimir los impulsos sexuales, pero al mismo tiempo ya se ha desarrollado las competencias necesarias para expresar la sexualidad a través de vínculos de unión de carácter más abstracto y simbólico; a diferencia de las etapas anteriores donde se buscaba la satisfacción instantánea.
Freud decía que la madurez es la capacidad de posponer la gratificación, de asumir responsabilidades, acumular aspiraciones y tomar decisiones realistas. En términos más generales, los recursos internos con los que cuenta un individuo para hacer frente a conflictos y fracasos están en íntima relación con la madurez.
Luego de exponer tres teorías que trabajan la madurez desde perspectivas diferentes, podemos responder a la pregunta que se plateó al inicio: ¿existe una relación entre madurez y sexo? La respuesta es que no hay un consenso claro. Si bien la perspectiva biológica nos dice que las mujeres maduran antes que los hombres, desde el punto de vista psicológico lo que fomenta la madurez son las experiencias que cada persona vive.
Edición: Paolo Pró.