Estas líneas no buscan hacer un recuento de lo bueno y malo que nos dejó el 2017 en el aspecto político y social –de hecho, muchos artículos afines ya inundan las redes sociales y no quiero sumarme a ellos. Por el contrario, dejando justamente de lado los evidentes temas controversiales que nos provocan decepción y un sinsabor inevitable –porque, vamos, siendo sinceros, el año pasado no fue de los mejores para nuestro país–, presento tres aspectos sobre los que, considero, deberíamos reflexionar y hacer algo al respecto para empezar el 2018 con pie derecho.
1. Tus objetivos 2018. Después del alboroto y la característica celebración de fin de año, ¿ya te preguntaste a dónde quieres llegar el 2018?, ¿cuáles son tus planes y principales motivaciones?, ¿cómo piensas alcanzarlas? Es de suma importancia que tengas claro qué aspectos de tu vida personal, laboral y académica quieres cambiar y/o mejorar y qué acciones son las que te llevarán a lograrlo. Para poder medirlos, una alternativa es escribir a mano un listado de tus propósitos en el 2018 y ubicarlos en lugar visible para que, dentro de lo posible, los visualices cada día y recuerdes que hay mucho por hacer. Eso sí: revisa ese listado cada dos o tres meses para medir tus avances y ejecutar cualquier cambio a tiempo, en caso lo amerite.
2. ¡Salud! Y no me refiero a sutil choque de copas que caracteriza los brindis entre amigos. Sí, la mayoría de quienes se encuentran leyendo esto son y/o se sienten jóvenes y robustos. Pero… ¿recuerdas ese recurrente dolor de estómago que te agobió durante algunas semanas el año pasado?, ¿o tal vez esa migraña que no te permitió dormir y que solo se iba con unas tabletas contra el dolor? Vaya. Suena muy cotidiano y hasta cierto punto “normal, sin embargo, nunca sabemos si esos malestares puedan ser el principio de alguna enfermedad crónica. Por ello, preocúpate por ir al médico para un chequeo integral y, de este modo, descartes cualquier mal o, en caso ya haya invadido tu organismo, puedas tomar cartas en el asunto y empezar un tratamiento cuantos antes. Recuerda: siempre que es mejor prevenir que lamentar.
3. La relación con el mundo que te rodea. Es probable que durante el último año hayas tenido encuentros poco agradables o conflictos algunas personas ya que, de alguna u otra manera, te hicieron daño o, cómo no, tú los heriste o les faltaste el respeto. Tal vez ya no se dirigen la palabra o han cortado todo tipo de comunicación. Y, claro, en efecto, se dice que hay que alejarnos de las personas conflictivas y ruidosas pues somos la suma de las personas con las que nos rodeamos y no queremos gente así en nuestra vida, ¿cierto? Sin embargo, si por algún motivo estás en falta con alguien o tienes pendiente perdonar a algunas personas, ahora es el mejor momento de hacerlo, pues vivir con rencor no es saludable para el alma y solo carga negativamente tu día a día.
Y tú, estimado lector, ¿cuándo piensas darle ese gran cambio a tu vida? Solo tú tienes la respuesta.