Hace algunos días, ha comenzado a cundir el pánico entre las clase media y alta urbana del Perú, especialmente en la ciudad de Lima. Las últimas encuestas del IEP y Datum muestran una tendencia al alza de Pedro Castillo, candidato de Perú Libre a la segunda vuelta presidencial. Mientras que para la primera la diferencia es de 10.4 puntos, para Datum esta es de 5.4. Ambas coinciden en mostrar a un Castillo al alza. En el caso de Keiko Fujimori, Datum mostró una leve caída, mientras que el IEP muestra una subida (pero mucho menos significativa que la de Pedro Castillo). ¿Por qué está ocurriendo esto? ¿La suerte está echada? En las siguientes líneas, Voz Actual te explica el porqué de la subida de Castillo y el estancamiento de Fujimori.
Equipos técnicos
Uno de los temas que más hizo trastabillar a Pedro Castillo durante las primeras semanas después de la primera vuelta fue la inexistencia de un equipo técnico en Perú Libre. Sin duda alguna, esta situación le restaba muchos votos al improvisado candidato de Perú Libre. Por ello, la semana pasada, el partido presentó a su equipo técnico. Entre ellos estaban el epidemiólogo Antonio Quispe, el científico Modesto Montoya y los excongresistas Hernando Cevallos y Juan Pari, etc. Cabe resaltar que en este equipo técnico no había economistas reconocidos que puedan garantizar un buen manejo macroeconómico en un potencial gobierno de Pedro Castillo.
Ese mismo día, Fuerza Popular también presentó a viejos nuevos integrantes de su equipo técnico. Sin embargo, la propuesta no satisfizo a muchos sectores de la población, especialmente a los indecisos. El partido naranja postuló rostros conocidos que traen más temores que garantías. ¡Vuelven los noventas! Así, por ejemplo, regresó Francisco Tudela (vicepresidente de la tercera reelección de Fujimori), apareció Eugenio D’Medina (economista y famoso por ser troll en Twitter), etc. Estos personajes se suman a otros cuestionados como el exministro de Economía y Finanzas, Jorge Baca Campodónico (sentenciado por casos de corrupción) y la excongresista Carmen Lozada (quien fue inhabilitada del ejercicio de la función pública por 5 años).
Así, a pesar de la improvisación y los rostros poco conocidos del equipo técnico de Castillo, el conocido equipo de Fujimori parece no haberle dado al público peruano tranquilidad o seguridad. Todo lo contrario, parece ser conocido por cosas que el público no valora.
Falta del Mea Culpa
4 de cada 5 peruanos no votaron en primera vuelta ni por Pedro Castillo ni por Keiko Fujimori. Esto demuestra que ambos candidatos debían apelar a una gran cantidad de personas para poder ganar la presidencia de la república. Pedro Castillo dio algunas señales de moderación al aliarse con Verónika Mendoza y Juntos por el Perú (quienes tenían una propuesta más moderada) y al firmar la Proclama Ciudadana. Más allá de que uno le crea o no a Castillo, esto puede haber convencido a un importante número de indecisos (especialmente a aquellos que se definen como antifujimoristas).
Keiko Fujimori, por el contrario, no ha realizado ningún gesto que le permita acercarse a los indecisos o a aquellos que aún la ven con reticencias debido al legado del gobierno de su padre y a la actuación de su bancada en el Congreso que disolvió el expresidente Martín Vizcarra. En primer lugar, ha hecho una campaña “en contra del comunismo” que puede haber “pegado” en los sectores más pudientes de la sociedad o en los fujimoristas “duros”, pero que no la ayuda a conquistar a un electorado más amplio. En segundo lugar, al parecer, los estrategas de la campaña de Fujimori todavía no entienden que el Perú ha sido muy afectado por una pandemia que ha generado mucho desempleo, pobreza y muerte. El mensaje de Fujimori de preservar “el modelo” no calará en un electorado que siente que ya no tiene nada que perder. Finalmente, otro problema de la campaña de Fujimori ha sido reivindicar el gobierno de su padre, lo cual genera muchos cuestionamientos. En el colmo de la ceguera, la candidata ha prometido indultarlo, lo cual tampoco la favorece frente a los indecisos.
En conclusión
Si en estas últimas dos semanas de campaña no hay un viraje de 180 grados en la campaña de Keiko Fujimori, el triunfo de Pedro Castillo está casi asegurado. A pesar de que en una reciente entrevista para Perú 21, Fujimori pidió perdón por su desempeño como líder de la demoledora bancada conocida como “La Mototaxi” o “La Botica” (entre otras declaraciones que llamaron la atención), esto parece más un gesto de desesperación ante la subida de Castillo en las encuestas que un sentimiento real.
Si Keiko Fujimori quiere ser la presidenta del bicentenario, tiene que hacer un pedido sincero y público de perdón ante la sociedad peruana. Mientras no lo haga de manera abierta y creíble, mientras no se distancie de su pasado (tanto de su padre como de su paso por el Congreso), tendremos que acostumbrarnos a decir “¡No más pobres en un país rico!”.