Existe una enorme desigualdad en la cantidad de hombres y mujeres que ingresan a los campos de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). De acuerdo a la SUNEDU, sólo el 29.2% de los estudiantes de estas carreras son mujeres. ¿Qué ocasiona esta brecha y como se puede reducir?
De acuerdo al estudio Factores que influyen en el ingreso, participación y desarrollo de las mujeres en carreras vinculadas a la ciencia, tecnología e innovación realizado por CENTRUM PUCP, una de las principales causas es la falta de estímulo por parte de los docentes escolares. Por otro lado, la poca presencia de mujeres en la ciencia ocasiona una escasez de modelos de referencia para las niñas. Según el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC) , por cada mujer investigadora hay 4.2 hombres. Inclusive, todas las entrevistadas argumentaron que sufrieron una gran dificultad para conciliar sus labores profesionales con la carga familiar.
Está claro que la sociedad y la cultura son quienes ponen las barreras para que las mujeres ingresen a carreras de STEM. Sin embargo, se ha encontrado una correlación paradójica: en países donde se impulsa una mayor igualdad de género y empoderamiento a la mujer, se nota también una menor cantidad de mujeres ingresando a estas carreras. La paradoja de igualdad de género en educación STEM es un término acuñado por G. Stoet and D. Geary para describir este fenómeno. Los investigadores notaron que los países que lideran los rankings en igualdad de género como Finlandia, Noruega y Suecia son también los que presentan una mayor brecha de género en los campos STEM. Para probar que esta tendencia se manifiesta a nivel global, correlacionaron los datos de 3 reportes distintos: la prueba PISA, la igualdad de género y la satisfacción general con la vida.
Se utilizó la prueba PISA (Programme for International Student Assessment) pues con los datos obtenidos en el 2015, los investigadores lograron concluir que a pesar de que tanto hombres como mujeres tienen las mismas capacidades en áreas como ciencias y matemáticas, las mujeres suelen tener la percepción intrapersonal de que son mejores en lectura y humanidades menospreciando sus habilidades matemáticas. Por otro lado, para medir los avances en igualdad de género y bienestar de cada país se tomaron los resultados del Global Gender Gap Index (GGGI), un reporte anual realizado por The World Economic Forum; y el puntaje de overall life satisfaction (OLS) de las Naciones Unidas.
Al correlacionar los datos de estos 3 reportes, Stoet y Geary llegaron a la conclusión de que en países con mayor GGGI y OLS existe una menor cantidad de mujeres en STEM a pesar de que los niveles de capacidad encontrados por la prueba PISA no difieren con las de otros países. Para explicar esto se propusieron 2 teorías. La primera hipótesis se relaciona con la teoría de expectativa-valor, la cual propone que los estudiantes escogen su carrera basándose en el campo en el cual perciben que se encuentra su mayor fortaleza. La segunda hipótesis y la más controversial sugiere que en países con una menor satisfacción general y donde las mujeres viven en una condición de desigualdad por su género, estas buscarían seguir carreras que les permitan conseguir una libertad financiera eligiendo carreras STEM, las cuales tienden a ser las mejor pagadas.
Por tanto, se confirma una vez más que el desbalance entre hombres y mujeres en carreras científicas no es asunto de que un sexo sea superior a otro en cuanto a capacidades intelectuales. Es sugerido que el menor ingreso de mujeres a la ciencia e investigación en sociedades más igualitarias y con sistemas de bienestar más estables se deba a que gracias a esto, ellas pueden perseguir sus propios intereses y pasiones en la carrera que deseen sin verse influenciadas por factores económicos. Cómo lograr que más niñas se apasionen por las ciencias es aún un misterio por ser resuelto, aun así existe cada vez un mayor avance y progresivamente se logrará cerrar esta brecha creada por la sociedad.
Edición: Daniela Cáceres