Las desigualdades sociales han existido desde muchísimo antes de la crisis provocada por el covid-19. Sin embargo, esta crisis las ha acentuado y dejado aún más al descubierto. Según datos del último informe de la Organización para las Naciones Unidas por la Educación (UNESCO), en el ámbito de la educación, alrededor del 40% de los países de ingresos bajos y medios-bajos no han prestado apoyo a los alumnos desfavorecidos durante el cierre temporal de las escuelas. Esta realidad engloba a un gran número de países latinoamericanos (Perú está incluido) y aunque las cifras se refieren al periodo actual, la crisis educativa viene desde antes.

El antes

Para hacernos una idea de cómo estaba la educación antes de la pandemia, según el informe mencionado, cerca de 12 millones de estudiantes en América Latina estaban excluidos de la educación (equivalente a la población actual de Bolivia). De acuerdo con la UNESCO, tenemos como factor predominante a la economía familiar, seguido de los ambientes que no son adecuados para las personas con discapacidad, y la exclusión de distintos tipos. Respecto a este último factor, en América Latina, uno de cada cuatro estudiantes de 15 años declara sentirse como un extraño en la escuela. En República Dominicana la cifra supera el 30%.

En la actualidad, la mayoría de los sistemas educativos asumen que todos los niños son iguales. Por lo tanto, la sensación de extrañeza o de no considerarse parte del grupo es una consecuencia lógica. De hecho, según el informe, menos del 10% de los países de la región cuentan con leyes que ayuden a garantizar la plena inclusión en la educación. Además, en países como Perú, Brasil y México aún existe una persistente desigualdad debido al origen indígena.

Niños indígenas en México recibiendo clases antes de la pandemia. Foto: UNICEF

Sin embargo, a pesar de las gigantescas desigualdades educativas que aqueja a América Latina y el Caribe, es celebrable lo resaltado en el informe de la UNESCO en cuanto a la disminución constante del analfabetismo durante los últimos 30 años ojalá que el 2020 no sea el año en que se acabe la racha (para leer el informe ver aquí).

El ahora

En el contexto educativo, se ha tratado de apalear las consecuencias de la pandemia migrando a medios digitales, en otras palabras, con la educación online. Por ello, la tecnología ha jugado un rol preponderante en la inserción educativa de este año. No obstante, es claro que, en la región de Latinoamérica, no muchos tienen acceso a ella.

Las estadísticas elaboradas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la UNESCO, a partir de la información de la prueba PISA 2018, revelan la brecha tecnológica en América Latina frente a los países de la Organización de la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Es así que, en los países de la OCDE, el 92% de los estudiantes de 15 años reportó contar con internet desde cualquier dispositivo y el 82% contaba con una computadora, mientras que en nuestra región el 79% de estudiantes de 15 años reportó contar con internet y solo el 61% tiene acceso a una computadora (más información aquí).

Ilustración: Alainet.com

Asimismo, según otro estudio de CEPAL elaborado en el 2019 (ver estudio aquí), las brechas tecnológicas en Latinoamérica resultan ser pronunciadas al observar los datos de internet de las zonas urbanas, donde el 42% tenía internet en el hogar y en las zonas rurales, el 14% reportó que contaba internet en el hogar (excluye internet móvil).  Es por ello que, de acuerdo con un informe publicado en los blogs del Banco Mundial, los países de América Latina han optado por llevar la educación a través de distintos medios que no necesariamente requieran de una conexión a internet como la TV o la radio (ver informe aquí).

Cabe destacar que, algunos países del Caribe, como El Salvador y Nicaragua, han optado también por utilizar las redes sociales (WhatsApp y Facebook) para una mejor interacción entre docentes, padres y estudiantes. Particularmente, en nuestro país se ha tratado de que las clases lleguen por TV y radio y, si el estudiante tiene acceso a internet, migre totalmente a lo digital.

Niña en Perú recibiendo clases por TV. Foto: El Comercio

Lamentablemente, la diferencia entre los medios con conexión y sin conexión a internet implica una pérdida de la calidad del procesamiento de la información en los estudiantes. Mientras algunos tienen la posibilidad de interactuar con los profesores y sus compañeros, lo que implica tener una educación que trata de acercarse a lo presencial. Por ejemplo, muchos tienen clases al día por televisión (en el Perú solo son 30 minutos de clase por grado escolar) sin la posibilidad de realizar preguntas a sus profesores o trabajar en grupo con sus compañeros. Esta desigualdad en el sistema educativo actual tendrá un impacto negativo en la productividad de las personas que habitan en la región de América Latina en el futuro.

Pensar en soluciones y nuevas políticas que traten de minimizar las consecuencias de esta problemática son una necesidad imperante. Si bien es rescatable cómo los países de América Latina y el Caribe han realizado grandes esfuerzos por llevar la educación a todos a través de distintos medios como se mencionó anteriormente, las políticas educativas deberían tener como prioridad asegurar los medios por los cuales se recibe la educación, así como también, asegurar una buena calidad educativa, todo ello tratando de asegurar la inclusión de todos los estudiantes. Pitágoras alguna vez dijo y fue muy acertado en esto: “Educar a los niños hoy para no castigar a los hombres del mañana”.

Fuentes:

https://es.unesco.org/news/GEM-Report-2020

https://es.unesco.org/news/unesco-muestra-que-40-paises-mas-pobres-no-apoyaron-alumnos-situacion-riesgo-durante-crisis-del

https://www.eltiempo.com/vida/educacion/la-educacion-en-america-latina-entre-el-racismo-y-la-discriminacion-511814

https://www.bbc.com/mundo/noticias-53146030

https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article243828227.html