El Internet es un gran logro de la humanidad. Gracias a él, podemos enterarnos inmediatamente de las últimas noticias por más lejos que ocurran, conversar en tiempo real con cualquier persona que cuente con conexión, acceder a prácticamente todo el contenido creado desde el inicio de la escritura y, sobretodo, ver GIFs de gatos en Tumblr. Ahora que anuncian el fin del Internet como lo conocemos, es importante informarse sobre las consecuencias de las nuevas políticas.
Desde sus inicios en Estados Unidos, este se regía bajo la neutralidad de red, según la cual todo tráfico de Internet debía ser tratado equitativamente. Al respecto, la Federal Communications Commission creó la Open Internet Order of 2010, ley posteriormente derogada este 14 de diciembre bajo el mando de Ajit Pai. Pai había estado en contra de la neutralidad de red y en 2014 ya había intentado permitir mayor discreción para las empresas de telecomunicaciones.
A todo esto, ¿qué decía la política anterior sobre la neutralidad de red? Esta normaba tres principios para los proveedores de servicio de internet (entiéndase empresas como Claro o Movistar). Primero, debían ser transparentes respecto a lo que les ofrecían a sus clientes. En segundo lugar, no podían bloquear contenido lícito de ser consumido ni subido por sus clientes. Por último -y este era el principio más controversial- no podían discriminar irrazonablemente en cómo trataban el tráfico.
En lo relacionado a los dos primeros principios, no se sabe de ningún caso previo a las normas en el que un proveedor de servicios incidiera en las prácticas que se pretendían impedir. De lo que sí se tiene conocimiento público de sitios web con actividades similares. Por ejemplo, cuando Google priorizó resultados de sus propios productos o los casos de censura en Facebook y Twitter. Es decir, quieren ser ellos los únicos que controlan lo que vemos en Internet.
El tercer asunto tiene varias aristas por donde ser tratado. Podemos empezar con una analogía: el internet es como un servicio de aguacque es transportado por tuberías para distintos usos. Difícilmente creeríamos que se necesita el mismo ancho de tubería para todos ellos. Del mismo modo, el ancho de banda que necesita el texto no va a ser el mismo que los videojuegos. Si puedes pagar más para tener mayor velocidad de conexión solo para los videojuegos, el resto del contenido no se hará más caro por ello. Sin la neutralidad de red los consumidores en realidad ganarían al poder dirigir mejor cómo se distribuye el ancho de banda.
Para evitar que puedas hacer eso se argumenta a favor de un Internet abierto y libre. A lo que esto se refiere es a que el internet no debe ser controlado por los proveedores de servicio (lo que haga Google no importa, al parecer). Es una narrativa de David y Goliat en la que el internet lo controlan unos pocos gigantes. Sin embargo, The Economist nos proporciona un gráfico que nos muestra lo que en realidad sucede: la neutralidad de red solo inclinaba la balanza hacia aquellos que tienen más poder.
Más allá del tamaño total, las empresas de telecomunicaciones son monopolios naturales que han recibido el apoyo del gobierno estadounidense. Hay quienes se basan en ello para pedir mayor regulación estatal. Es decir, como la FCC permitió que algunas empresas tuvieran mucho poder debe ahora perjudicarlas. De nuevo, vamos a ver las estadísticas. Good Jobs First compara los subsidios de los Estados Unidos a cada industria: 5120 millones de dólares para tecnología de información y 1743 millones para telecomunicaciones. Las compañías de tecnologías de información son los monopolios (sí, Google y Facebook también son monopolios) más grandes que han recibido más subsidios y siguen pidiendo aun así más beneficios con la neutralidad de red.
Ahora, la neutralidad de red también beneficiaría a los pequeños del Internet, ¿verdad? Hoy en día contamos con muchos start-ups que logran financiarse exclusivamente gracias al Internet y se verán perjudicados sin la neutralidad de red. Pero también existen algunos proveedores de servicio de internet más pequeños que no podrían sobrevivir las regulaciones de la neutralidad de red. En el fondo, la neutralidad de red nada más refuerza los monopolios naturales al no permitir la competencia.
De todo esto, podemos sacar una reflexión: debemos pensar en quiénes controlan lo que vemos a diario. Igual a lo que Google hizo antes, si buscas net neutrality es claro lo que vas a encontrar: Goliats disfrazados de Davids para que parezcan estar de nuestro lado. Pero basta con pensar en lo que ellos hacen para entender lo que son. ¿Qué acaso no escuchas cada mes que Facebook cerró otra de tus páginas favoritas por “infringir las normas comunitarias”? Este es un asunto serio y deberíamos pensarlo cada vez que nos dicen que debemos mantener el Internet o cualquier otro espacio libre. ¿Libre de qué debe estar el Internet?