¿Alguna vez has empezado algún proyecto por tu cuenta y te has sentido orgulloso de tus resultados a pesar de haber hecho cualquier mamarracho? ¿Te encanta ver guías por internet de cómo hacer cualquier cosa, incluso una casa para tu mascota (tú qué vas a saber si todo lo compras hecho)? El resultado de este tipo de actividades no solo es gratificante, sino que genera externalidades positivas en la economía. ¿Por qué? Tal vez el contexto musical pueda ilustrarnos mejor (con videos de bandas locales para contribuir al ambiente).
DIY (Do it yourself) consiste en la práctica de realizar proyectos por uno mismo y sin recurrir a un profesional. Pero, ¿qué beneficios podría traer? Pues, como primer resultado, se abaratan los costos, aunque esto es evidente, dado que no se paga para que alguien preste un servicio. Además, hacerlo de forma casera añade un valor emocional a la creación, lo cual aumenta la utilidad de algunas personas.
Este proceso no sólo se da en un proyecto personal. Un buen ejemplo de DIY es Fugazi, una banda estadounidense fundada alrededor de los años 80’s en Washington DC. Esta banda se caracterizó porque hacía todo por su cuenta. Grababan sus canciones en la disquera fundada por el vocalista, Ian Mackaye; armaban conciertos en lugares poco complicados para asegurar que pudieran cobrar cinco dólares por entrada y, de esa manera, hacer que el arte que creaban sea accesible para cualquier persona. Los bajos costos significaron un mayor alcance de su música y un gran respeto hacía ellos por no “venderse al sistema comercial” o tener un afán rentista.
Algo similar sucede en la escena de rock local, como en Barranco (o Barrancore para los asiduos). Diversas bandas locales se juntan para realizar conciertos en bares o locales pequeños con sus propios recursos. Una de las características más importantes del DIY es que la experiencia es fácil de pasar de una persona a otra, lo cual genera knowledge spillovers #Queseso. Este fenómeno consiste en que el descubrimiento de una empresa o persona se “rebalsa” sobre otras en la industria de forma que todos obtienen los beneficios en productividad del nuevo conocimiento. De esta manera, las bandas logran aprender como armar tocadas de forma más eficiente (sin perder mucho tiempo ni dinero en intentar y fallar) como tú al cocinar o conseguir flac@, al grabar y mezclar canciones de forma casera o al solucionar los problemas habituales que se presentan en esta escena. Esto genera finalmente que la curva de aprendizaje sea más rápida y, en consecuencia, se optimizan y reducen los costos.
El siguiente cuadro ilustra un poco a lo que me refiero #NoMásClasesDeEco1 #MismoMankiw. ¿Qué ocurre cuando hay muchas bandas para la realización de un evento? Este tipo de eventos requieren de tiempo y de una inversión muy elevada. Esto es por los gastos en los equipos (instrumentos, amplificadores, cables, pedales, afinadores, etc.) y transporte. Esto es un signo clásico de un mercado de monopolio natural, en el cual una banda incurre en un costo fijo altísimo para tocar (barrera de entrada), pero el costo marginal por canción (o minuto) es cero. Entonces para obtener un resultado óptimo se requiere, entre otras cosas, que exista una sola “empresa” en este mercado y aproveche las economías de escala.
En fácil, si una sola “gran banda” o asociación de bandas pagara el costo fijo y luego toque las varias horas que dure el concierto sería mejor que diversos grupos gasten por su cuenta en equipos y otros gastos fijos que pueden compartir. La filosofía del DIY genera un ambiente de trabajo que impulsa la ayuda mutua entre personas o bandas y las hace operar como si fueran un solo grupo de trabajo. Esto reduce los costos (equipo, transporte, entre otros) y por ende, abaratan la inversión necesaria para realizar una tocada. Como resultado, muchos eventos que no serían factibles pasan a ser realidad gracias al ahorro en costos.
¿Cuál es la importancia de aprovechar las economías de escala y los knowledge spillovers en este caso? Como ya se mencionó, al compartir los costos fijos y ser más productivos por tener más experiencia se está reduciendo el costo promedio de tocar. Según la teoría, esto disminuye los precios, por lo que el DIY estaría generando que varios músicos le den mayor alcance a su arte. Conciertos de cinco soles en el bar Hensley o festivales con una gran cantidad de bandas con gran calidad de sonido demuestran que se están aprovechando estas externalidades.