“No tenemos tiempo para perder en discusiones estériles entre políticos”

Irónica frase de Martín Vizcarra.

El rompecabezas de esta situación penosa que vive el país está conformado por piezas que involucran a varios sectores: el precario sistema de salud, la ausencia de una reforma en el sistema de pensiones, la informalidad, la irresponsabilidad ciudadana y más piezas que se unen a este juego que parece imposible de armar. Este conflicto entre los poderes de estado no pudo esperar mejor oportunidad que ser protagonizado durante esta pandemia. Días perdidos, un enfrentamiento continuo y una crisis que espera ser combatida. Así se resumen las semanas del pedido y el rechazo de vacancia de Martín Vizcarra. El rumbo al bicentenario en estos últimos cinco años significó tres intentos de vacancia y una disolución ¿Cómo llegamos a esto? ¿A quiénes elegimos como representantes?

PERÚ Y LA POLÍTICA DE AUDIOS

Ha sido natural para el país desenmascarar a las autoridades con grabaciones ilegales, desde los Vladivideos hasta los Mamanivideos, las filtraciones que involucran al presidente por el proyecto de Tía María y los últimos tres audios por el caso Swing.  Pues, el incentivo para seguir con estas prácticas es el de provocar escándalos políticos. Al ser estos testimonios de interés público, son tomados como instrumentos para una posible vacancia, juicios y reformas, según Augusto Townsend, abogado y periodista peruano.

EL DRAMA DE UNA PROMESA INCUMPLIDA

Nadie promete tanto como el que no va a cumplir. Durante su gestión, Vizcarra fue aplaudido continuamente por las reformas del sistema de justicia[1], reformas políticas[2] e incluso por la polémica disolución del congreso. Reformas que involucraban una promesa: la lucha anticorrupción. La desilusión llegó cuando se desató el escándalo por la relación no esclarecida con Richard Swing y los audios donde figuran un urdido encubrimiento sobre las visitas. El Congreso utilizó este hecho para cuestionar la capacidad moral del presidente ¿Era realmente razón suficiente para someter al país a una crisis política en medio de la emergencia sanitaria?

Fuente: Portal virtual Lima Gris

La vacancia se archivó con 78 votos en contra y el drama no faltó. Primero, y contra todo pronóstico, el presidente se presentó ante el Pleno y sostuvo que lo único ilegal comprobado hasta el momento eran los audios. Asimismo, su abogado, Roberto Pereira, aclaró que el Congreso “no tiene competencias constitucionales para investigar delitos”. Los congresistas no desaprovecharon tal acontecimiento sin instar a un debate “arduo” y frases peculiares ¿Es este un Congreso inmerecido? Pues, nosotros los elegimos.

ENFRENTAMIENTOS

Ambos poderes tuvieron desencuentros, desde la aprobación de leyes por insistencia[3] hasta el rechazo del gabinete Cateriano. La subsistencia de un ejecutivo sin una bancada sólida que lo respalde es complicada. Su lucha populista ha significado atentar con esa estabilidad económica que se pretende conservar. Según Roberto Abusada, economista peruano, el país tardará ocho años en recuperar el ingreso per cápita de diciembre pasado, ya que ambos poderes habrían impedido la continuidad de proyectos de inversión minera y otros relacionados a otros sectores.

QUERIDO CONGRESO, ESTÁS DESPEDIDO

Tras la disolución, este legislativo al final quedó dividido; por un lado,  están aquellos políticos que sí buscan un bienestar común y construir una carrera abocada al servicio del país y, por otro lado, aquellos que solo buscan representar sus propios intereses a través de un escaño. ¿Cómo así? Los partidos políticos en el Perú solo sobreviven si pasan una valla del 5% de votos en las elecciones y, en esa búsqueda de seguir en carrera, abren sus listas al Congreso a personas que poseen cierto carisma popular y que disponen de recursos para financiar su campaña. De esta forma, es más fácil llegar al poder. Como lo afirma Mauricio Zavaleta, politólogo peruano, la forma en cómo los partidos negocian estos cupos equivale a compras de nominaciones.

En una democracia correcta, los partidos políticos funcionan como esa herramienta que permite que el estado funcione al servicio del ciudadano. Los partidos sólidos logran construir “capital político”, el rendimiento de cuentas los vuelve sensibles para buscar ese bienestar común a través de políticas públicas eficientes, sin una miopía que no responde a procedimientos técnicos para realizar propuestas.

Fuente: Gestión

REFLEXIÓN                        

En fin, ¿podríamos decir que en estos momentos el país se encuentra en las mejores manos? La gobernabilidad del presidente fue indudablemente afectada por esos audios y es que la admiración se construye por la moral, no por un puesto político. Asimismo, el Congreso ya ha sido cuestionado varias veces por los peruanos. Y es que, al parecer, ambos bandos no están direccionados hacia un mismo objetivo.

Sin embargo, la conformación de estos organismos solo ha sido efecto de nuestro desdén hacia el sistema político. El hacer de estas instituciones más sólidas nos compete y, si no queremos ser “las víctimas” de estos eventos, debemos ser más conscientes de los votos que emitimos. Haciendo hincapié a la primera frase del artículo, no hay tiempo para seguir con confrontaciones. Hay una crisis que no se soluciona y no lo hará sin una clase política que quiera ser responsable y sin una población que quiera contribuir al cambio.


[1]Por ejemplo, la ley que faculta al MINSA el uso de clínicas privadas, cuando exista un riesgo. Esta fue observada por el ejecutivo y luego negociada con las clínicas privadas. Por este mecanismo, también se promulgó el retiro del 25% de los fondos de las AFP.

[2] Transformación del Consejo Nacional de Magistratura a Junta Nacional de Justicia, que busca recomponer el sistema pasando de uno representativo a uno meritocrático.

[3]Relacionados a la inmunidad parlamentaria, financiamiento de organizaciones políticas, voto preferencial, elecciones internas, listas de candidatos a elección popular, así como la inscripción de organizaciones políticas. (El Comercio, 2019)

Editado por Camila Villalobos