Estando tan cerca de la Navidad, hay alguien que está en la cabeza de todos: Papá Noel (o Santa Claus, si no quieres ser amigo de mi antiguo profesor de Ciencias Sociales).
Desde que era pequeño (era un niño bien raro) me he preguntado cómo es que este indudablemente real personaje que invade nuestros hogares una vez al año podría completar la enorme tarea de repartir regalos a todos los niños del mundo –aunque sigo esperando mi pista de Hot Wheels desde el 2006. Por suerte, otras mentes se han hecho la misma pregunta y han dedicado tiempo para hacer investigaciones al respecto, por lo que me ahorraron gran parte del trabajo.
Muy bien, el primer problema que enfrenta nuestro acosador amigo es el de la velocidad. Por ello tenemos que determinar la velocidad mínima a la cual se tendría que viajar para poder llegar a todos los niños del planeta. Según datos de la Unicef, existen 2100 millones de niños en todo el mundo y, si consideramos una media de 2,5 niños por hogar, eso supondría que Papá Noel debería llegar a 840 millones de casas en esa noche, lo cual significa unos 510 millones de kilómetros de viaje. Tomando en cuenta que esta proeza debe realizarse durante la Noche Buena y que, si se viaja en dirección contraria a la rotación de la Tierra, se tienen 32 horas de noche en todo el mundo, Santa debería viajar a una velocidad promedio de 15,93 millones de kilómetros por hora (o 4.43 millones de metros por segundo A.K.A 1,5% de la velocidad de la luz), lo cual produciría una explosión sónica que le reventaría los tímpanos a cualquier persona que esté cerca –los niños- y dañaría estructuras cercanas.
Por otro lado, el gordito bonachón debe cargar con una inmensa cantidad de regalos en su trineo. Para hacerle la vida más fácil, supondremos que su saco es una especie de TARDIS y que los regalos no ocuparían espacio en el trineo. Además, consideraremos que cada niño recibiría el mismo regalo de 1 kilogramo. Por ende, el trineo de nuestro amigo tendría que cargar con 2,1 millones de toneladas de regalos y, considerando que el reno promedio puede cargar 150 kilogramos, se necesitarían 14 millones de los cornudos animales para cargar ese peso, elevando el peso total a 5,9 millones de toneladas para poder llevar regalos a todo el mundo.
Entonces, ¿cómo es que ese barbudo puede hacer semejante hazaña todos los años? ¿Acaso mis padres son el verdadero Papá Noel? No. Existen varias hipótesis para explicar cómo lo logra.
Algunos dicen que podría estar aliado con la NASA, haciendo uso de la Estación Espacial Internacional para guardar sus regalos y desplazándose con cohetes. Otros dicen que tal vez sea el dueño de FedEx el que le preste una mano esa noche y pueda utilizar su enorme flota de repartidores para que cada niño tenga su regalo.
¿Yo? Yo creo que esas explicaciones son muy sencillas. Prefiero las teorías que se basan en principios de la Física muy complicados, como la hipótesis de Daniel Tapia, doctor en Física Experimental de Altas Energías, el cual mencionó que Papá Noel podría comportarse como un fenómeno cuántico, existiendo en varias partes al mismo tiempo, pudiendo repartir varios regalos al mismo tiempo-lo malo es que, si una persona lo viese, su estado cuántico colapsaría y sólo podría estar en un lugar. Otra hipótesis, propuesta por el doctor en Matemáticas e Ingeniería Aeroespacial, Larry SIlverberg, sugiere que el trineo sería en verdad una nube de relatividad, en la cual el tiempo se percibiría de distinta manera, por lo que Santa tendría varios meses para completar la entrega de los regalos.
Así que, la próxima vez que alguien te diga que es imposible que una persona pueda repartir regalos a todo el mundo, cuéntale de las varias formas en que se puede hacer y mira cómo, poco a poco, empieza a cuestionar su propia existencia.