Resulta interesante conocer las historias de éxito de personas que partieron de una situación inicial poco favorable. Aún más cuando sus riquezas acumuladas superan individualmente a la del PBI anual de varios países del mundo. Por ejemplo, Jeff Bezos, CEO de Amazon, quien alguna vez trabajó en Mc Donalds. Sí, una de las personas más ricas del mundo alguna vez pudo haberte entregado una hamburguesa. También sucede todo lo contrario: personas que parten de una situación inicial acomodada no utilizan ni distribuyen bien sus recursos. Pues, esto último también sucede a nivel de países y el fenómeno fue una Paradoja profundizada por el economista Jeffrey Sachs.
Desde los inicios de la historia, la humanidad ha logrado el crecimiento económico a punta de reproducción a gran escala a través del buen manejo de los recursos. La caza y recolección planteaba utilizar complementariamente distintos insumos tales como piedras, madera, entre otros, para que la población subsistiera. ¡Utilizaban únicamente lo que la tierra brindaba como insumos! Nuestros antepasados prehistóricos no estudiaban, trabajaban en centros empresariales ni tenían mayores complicaciones que conseguir comida, pero la esperanza de vida era bajísima. Poco a poco esto fue cambiando: surgieron nuevos factores del crecimiento (capital humano, capital físico y más). Hace aproximadamente 300 años, las grandes potencias de la época empezaron utilizar el carbón, el vapor y electricidad para desarrollar el ferrocarril y el telégrafo, entre otras innovaciones. Estos cambios permitieron un aumento en la renta y bienestar per cápita de la población, dadas las nuevas tecnologías en transporte y comunicación.
Aunque la participación de los RRNN en el crecimiento disminuía con el paso del tiempo (mientras que crecía la del capital físico e intangible), nunca dejó de ser relevante. Sin disponibilidad de RRNN, ni la industria mobiliaria ni la automovislista habrían surgido, al fin y al cabo, ¿cómo se fabricaría un Bugatti Veyron Supersport de 1200 caballos de fuerza sin el acero, fibra de carbono y otras materias primas? No obstante, el crecimiento del capital físico, humano, del desarrollo tecnológico y de otros factores de producción son cruciales para ello. Venezuela tiene la reserva de petróleo más grande del mundo, México es el principal productor de plata así como Brasil de los productos agrarios. Y he aquí algunas ironías de la vida: estos países tienen en común elevadas tasas de pobreza y males sociales, a pesar de tener una “ventaja comparativa natural”
Es relativamente más fácil basar la economía en el “efecto transpiración” (trabajo bruto) que impulsar el efecto “inspiración” (innovación). La paradoja en mención explica que los países ricos en RRNN se conformaron con el crecimiento proveniente de las exportaciones de materias primas extraídas de sus territorios. Sin embargo, no desarrollaron bienes finales en base a estas. A este proceso se le conoce como el “Mal Holandés” y, no, no me refiero al patita del intercambio.
Es cierto que existe una dependencia del sector extractivo, en especial de minerales. Pero, no es que no se pueda hacer nada. Según papi Mankiw, “El Estado puede mejorar muchas veces los resultados del mercado”. Así como los países con pocos RRNN pudieron ajustar sus políticas para lograr el crecimiento económico de largo plazo, las instituciones locales de los distintos países “malditos” pudieron confrontar la dependencia mediante incentivos para la industralización y el desarrollo interno. Corea del Sur, en la década de 1960, cuyo nivel de vida era totalmente comparable con Perú de esa misma época, ni siquiera tenía RRNN en abundancia. Sin embargo, hoy en día, posee industrias de alta tecnología y compañías que operan a escala mundial como Samsung. Si ellos pudieron partir de una situación peor, ¿por qué los países ricos en recursos no? Con ustedes damas y caballeros, la Paradoja de “Los Recursos Naturales”.