Para ser un país que lleva poco más de un cuarto de siglo de historiacomo nación independiente, Kazajistán por momentos ocupa un lugar relevante aunque comúnmente ignorado. Este año se está poniendo a la vanguardia de las nuevas tecnologías energéticas
Ya vamos más de 25 años de la disolución de la Unión Soviética, y solamente se oye hablar de Rusia tras este cuarto de siglo de transformación. Uno puede estarse preguntando dónde están las otras repúblicas ex soviéticas. Ciertamente, no se les presta la atención requerida, dado que estas ejercen cierta influencia en la política global como puentes entre Oriente y Occidente.
Por este motivo, es importante hablar de lo que sucede en Asia central para entender esta región tan menospreciada. Entre ellas destaca Kazajistán, país en camino a ser considerado un país desarrollado y un líder en el mercado energético. Si bien es conocido rol como exportador de petróleo y carbón, es en el mercado de energía nuclear en el que goza de mayor peso, pues es el mayor exportador de uranio y tiene, después de Australia, las mayores reservas de este mineral en todo el mundo. Cabe destacar que podría ser el primero, debido a recientes dudas sobre la veracidad de la existencia de Australia.
Fun fact: sabes que un país suele ser ignorado cuando en Kuwait se equivocan de himno con el de una película satírica. #LoSientoRusiaVerdeCeleste
Bajo este contexto, la Exposición Universal de este año se ha celebrado en Kazajistán y el tema ha sido precisamente energías del futuro (¿Coincidencia?, no lo creo. ¿Hotel?, Trivago.). Primero, hay que describir brevemente la historia de las ferias mundiales. Iniciaron en el siglo XIX con el fin de mostrar los avances de la industrialización. Sin embargo, durante los 1940s, el enfoque cambió al intercambio cultural entre países. Para los 90s, ello había evolucionado en una forma de branding para el país anfitrión. La oportunidad de naciones en desarrollo para llevar a cabo tal meta le abre una puerta a la industrialización. Sin embargo, ha sido muy raro que estas ferias se realicen en un país en desarrollo. El primer caso fue el 1950 en Haití, después de lo cual se tuvo que esperar hasta la Expo 2010 en Shanghai, que, con 73 millones de asistentes, superó el record de 50 millones que había mantenido la Exposition Universelle el 1900, en París. Esta vez fue el turno de Kazajistán y, como Forbes indica, Astana tiene la primera feria del mundo en Asia Central y en el espacio post soviético. La nación centroasiática ha aprovechado para posicionarse en el mercado energético, en el que no deja qué desear.
No, no es Dubai, es la Expo 2017 en un país que la mayoría creía que se encontraba en medio de la nada.
Otros países también han intentado mostrar lo que pueden ofrecer en el asunto. Caso común fue el uso de la fotosíntesis para catalizar energía solar, repetido por las exposiciones francesa, alemana y estadounidense. Aparte de ello y otros mecanismos con energía solar, las fuentes renovables no han cobrado mucha relevancia. Cabe destacar que Kazajistán produce solamente el 8.78% de su energía de fuentes renovables -uno de los últimos en la lista de la Administración Internacional de Energía-, y esta tampoco está muy diversificada pues es prácticamente solo hidroeléctrica. Además de ello, la exposición rusa destacó por ser poco convencional al recalcar el futuro de la explotación de combustibles fósiles en el ártico, lo cual probablemente le haya encantado a Trump tras rechazar el acuerdo de París. Y hablando de Trump, la exposición estadounidense había empezado a ser planeada durante la administración de Obama, que pretendía enfocarse en la lucha contra el cambio climático. Al final, si bien hubo menciones de alternativas a los combustibles fósiles, en realidad no se le dio relevancia al cambio climático, tal vez porque ya sabemos lo que pasa cuando los Estados Unidos tocan el tema. Naciones exportadoras de petróleo como Qatar mencionaron el cuidado del agua, pero no mucho sobre fuentes alternativas.
Para variar, Rusia haciendo alarde de sus exploraciones en el ártico.
Para ser una feria hecha en medio de tanta relevancia quese le está otorgando a las fuentes renovables, todavía existen indicadores de un futuro distinto. La mayor parte de exposiciones, incluyendo la de Kazajistán mismo, mostraban el futuro como basado en fuentes renovables, y bien podría serlo, pero todavía no todo está decidido. Los combustibles fósiles y la energía nuclear siguen siendo mucho más rentables por el momento. Y, a pesar de quienes muestran la evolución de las energías renovables como porcentaje de la producción total, cuatro quintas partes de ella siguen siendo hidroeléctrica, mientras que el resto hacen aportes poco significativos. Hay naciones que están sacando beneficio de los combustibles fósiles y, desde su punto de vista, estos son el futuro. El hecho de que Kazajistán haya sido el anfitrión de una exposición sobre principalmente energías renovables puede ser tomado como una alegoría de lo confuso que es el futuro energético. Porque podemos hablar de los avances en energías renovables, pero las potencias energéticas parecen estar mostrando una dirección alternativa, que tampoco podemos ignorar.
